Elvas es una pequeña ciudad portuguesa situada en la cima de una colina y a muy pocos kilómetros de la frontera con España. Es pequeña pero muy agradable, además fue clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2012 debido a que cuenta con las mayores y mejor conservadas fortificaciones abaluartadas terrestres de todo el mundo, siendo un perfecto ejemplo del arte holandés de fortificación. A lo largo de los siglos ha sido una ciudad histórica y estratégica que defendía la frontera de Portugal de las invasiones.
Todo el complejo sistema defensivo, el estrecho centro histórico y el acueducto han sido declarados Patrimonio de la Humanidad. Elvas dispone de hasta cuatro líneas de murallas construidas en diferentes épocas, remontándose la primera de ellas al siglo IX, en la época de ocupación árabe. También destacan sus siete bastiones y dos fortalezas:
La fortaleza de Nuestra Señora de Gracia se encuentra en lo más alto del cerro de Nuestra Señora de Gracia y gracias a esta posición ha conseguido mantener en buen estado de conservación la mayor parte de las murallas medievales y casi la totalidad del complejo abaluartado debido a que tiene una vista muy amplia del terreno colindante. Este fuerte data del siglo XVIII, y ha sido la fortificación más inexpugnable del mundo, diseñada por el inglés Conde de Lippe. Otra función desarrollada por este fuerte ha sido la de cárcel, principalmente como destino para presos políticos durante la guerra civil del siglo XIX.
La fortaleza de Santa Luzia también ha jugado un importante papel en la protección de Elvas ya que es una de las fortificaciones más destacadas y grandes de Portugal. Fue construida en forma de estrella y en su interior se encuentra el Museo Militar, donde se exhibe una interesante colección de armas que abarcan desde el la Edad Media hasta el siglo XIX.
La antigua Catedral de Nuestra Señora de la Asunción es el principal edificio religioso de Elvas, su construcción se inició a principios del siglo XVI sustituyendo a una antigua iglesia gótica. Su fachada sobria ha sufrido reformas a lo largo de su historia, incluyendo elementos de arquitectura manuelina, barroca y rococó.
Otra de las edificaciones más conocidas y populares de Elvas es el Acueducto de Amoreira, ubicado en la parte baja de la ciudad. Fue construido entre los años 1498 y 1622, de ahí que no tenga nada que ver con una construcción propiamente romana. Este proyecto fue realizado por Francisco de Arruda, autor de la Torre de Belem en Lisboa. La longitud actual se extiende durante 8 kilómetros y cuenta con 843 arcos en cinco niveles, lo que lo convierte en el acueducto más grande de la Península Ibérica.
En Elvas también se puede encontrar un Castillo, construido durante el periodo de la Reconquista, en el siglo XVI. Se encuentra en la parte más alta y más antigua de la ciudad, sobre las ruinas de estructuras árabes. Este es uno de los mejores lugares que ver en Elvas por su entorno, ya que ofrece una excepcional vista de la ciudad y del valle colindante. Muy cerca del castillo se encuentra el Cementerio de los ingleses, donde fueron enterrados los oficiales ingleses que cayeron luchando junto al bando portugués durante la guerra contra las tropas napoleónicas.
Pasear por el centro histórico de Elvas debe ser una actividad imprescindible. La vida gira alrededor de la plaza central, la Plaza de la República: en ella se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, además de varias cafeterías, edificios administrativos, tiendas y el mercadillo semanal de la ciudad. De esta plaza parten estrechos y silenciosos callejones en los que se van encontrando pequeños restaurantes, comercios e interesantes edificios civiles y religiosos, como la Iglesia del Salvador. Subiendo desde la plaza hasta la parte de la ciudad se cruzará la más antigua línea de muralla, donde se encontraba la puerta de la antigua alcazaba.
Cerca de Elvas se pueden encontrar otras localidades de gran interés turístico y patrimonial, como son Évora y Marvão. La ciudad de Évora está situada a una hora de distancia y sorprende por su importante número de monumentos y edificios históricos. Por su parte, Marvão es uno de los pueblos más bonitos de Portugal.
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