Salvador de Bahía es la capital del estado de Bahía en Brasil, una de las principales ciudades del país sudamericano. Es una ciudad muy cultural ya que se mezclan las tradiciones amerindias, europeas y africanas que, además, se pueden apreciar en la gastronomía, en el folclore y en la producción artesanal. Sus playas cristalinas, los valiosos vestigios históricos coloniales y el conjunto del entramado de las diversas culturas hacen de Salvador de Bahía uno de los mejores destinos turísticos de Brasil.

Sus kilométricas playas cristalinas y pequeñas calas son uno de sus principales atractivos, ya que la ciudad también cuenta con un clima tropical cálido y bastante húmedo que lo hace ideal para ir a disfrutar de un baño en cualquier época del año. También son perfectas para los amantes del surf y el submarinismo.

Salvador de Bahía es un hermoso rincón donde disfrutar de la arquitectura colonial, con torres y pináculos que emergen del laberinto de callejuelas empedradas adornadas con coloridos edificios, mercadillos artesanales y museos e iglesias barrocas. Como visitas imprescindibles en la ciudad se destacarían las siguientes:

El barrio del centro histórico, Pelourinho, es considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco gracias a su perfecta conservación de la arquitectura colonial portuguesa. Se deben recorrer sus callejuelas, como la Baixada do Zapateiro, para disfrutar del ambiente popular y tradicional de su gente, sus casas de colores, las iglesias del siglo XVII…

La iglesia de San Francisco es la Catedral de la ciudad. Es de estilo barroco, su interior es espectacular porque está decorado con oro y piedras preciosas. Es conveniente visitarla también por la noche ya que su iluminación la convierte en un gran espectáculo para la vista. También sorprenden otras Iglesias como la de Santo Domingo; la de Nossa Senhora da Penha; la Iglesia da Ajuda, la más antigua de la ciudad; la de Nosso Senhor do Bonfim, que cuenta con el patrón de la ciudad y la Iglesia da Ascensao do Senhor, la más moderna ya que fue construida en 1975.

Para disfrutar desde las alturas de las mejores vistas de la ciudad, hay que subir al Elevador Lacerda. Es importante por su carácter histórico y es símbolo de Salvador de Bahía. Además, conecta la ciudad alta con la ciudad baja y sus cuatro cabinas pueden llevar hasta veinte pasajeros cada una.

En esta ciudad brasileña se pueden encontrar varios recintos defensivos construidos durante la época colonial. Uno de ellos es el Fuerte de San Antonio da Barra, situado al norte y data de 1536; el otro es el Fuerte del Monte Serrat, terminado de construir durante el siglo XVIII. En ambos se ofrecen visitas guiadas ideales para conocer su historia.

Por su parte, los museos más importantes son el Museo de Arte, donde se enseñan artículos y piezas de la época colonial; el Museo Carlos Costa Pinto, con las colecciones de las familias más adineradas de los siglos XVII y XVIII; el Museo Abelardo Rodrígues, con pinturas, esculturas y obras locales; y el Museo de Arte Sacro, situado en el Convento de Santa Teresa y que alberga obras de carácter religioso.

La vida nocturna en Salvador de Bahía es el claro ejemplo de las típicas fiestas brasileñas. Al caer el sol, las calles, restaurantes o clubs nocturnos se inundan de un ambiente alegre y propicio para bailar durante horas: gente sencilla, lugares pintorescos y el ritmo efervescente de los brasileños y su popular música, como la capoeira o la samba, son una gran atracción para los turistas más fiesteros.

La gastronomía es uno de los ámbitos donde se puede apreciar claramente esa mezcla cultural de la ciudad. Las tradiciones culinarias traídas por los colonos portugueses se integran con los sabores de las etnias africanas llegadas durante la época de la esclavitud y con las más populares costumbres de los indígenas de la región. Destaca el uso de malagueta (especie de guindilla) y de aceite dende (de palmera africana).

Los platos bahianos más típicos son a base de mariscos, sobre todo gambas, leche de coco, plátano y quibombó. La Moquera es un plato de pasta con marisco y coco, el Vatapá, una especie de crema a base de mariscos o pollo, el Corurú de camarao, guiso de gambas secas y rodajas de quimbombó. Como postres destacan la Cocada, la Ambrosía y el Quindim.