La república de Guinea-Bissau es uno de os países más pequeños de África, con solo 36.120 kilómetros cuadrados. Al norte limita con Senegal, al sur con Guinea-Conakry y al este con el Océano Atlántico. Fue colonia portuguesa hasta 1973, cuando se llamaba Guinea Portuguesa. Este país está dividido en ocho regiones y un sector autónomo, sin apenas montañas y con varios kilómetros de playa. Los ríos son abundantes, como Cacheu, Corubal y Geba, que son los más importantes. También posee algunas islas y gran cantidad de bosques.

Es un país bastante pobre, donde la agricultura y la ganadería son la base de la economía, a parte de las exportaciones marítimas. El turismo no está muy explotado. Por eso, viajar a Guinea-Bissau y adentrarse por completo en la cultura y las costumbres locales es espectacular. El clima es tropical, con una estación lluviosa de mayo a noviembre y otra seca de diciembre a abril.

Bissau es la capital, situada en el estuario del río Geba cuenta con 400.000 habitantes y es la mayor ciudad del país. Se puede caminar de un lado a otro, por las calles anchas y con poco asfalto viendo la artesanía local: se basa en tallas de objetos de madera, como artículos para el hogar y muchísima cerámica. Los sitios de mayor interés son:

La fortaleza d’Amura, cuya estructura original fue construida por los portugueses desde 1696, posteriormente fue destruida y de nuevo reconstruida. En el siglo XX se restauró y se encuentra abierta al público y en ella se alberga el mausoleo de Amilcar Cabral, uno de los principales líderes anticoloniales de África.

El instituto de artes nacional de Guinea-Bissau, el nuevo estadio de Guinea-Bisáu, Bijagos, el Palacio Presidencial, la Sede del PAIGCV (Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde), la catedral, la plaza Che Guevara o el mercado central. Bissau es el centro administrativo del país y cuenta con el principal puerto. Su economía está basada en las exportaciones a través del mar de determinados productos locales, como: cacahuetes, aceite de palma, madera, copra, nueces, pieles, arroz y cera.

Durante la Guerra Civil de Guinea-Bissau, entre 1998 y 1999, muchos de los edificios emblemáticos fueron destruidos, incluyendo el Palacio Presidencial y el Centro Cultural Francés, por lo que parte del centro de la ciudad está en ruinas o en construcción.

En Bissau confluyen el catolicismo, el islamismo y los hechos de la liberación nacional. Por eso, son festivos el Año Nuevo y la Navidad, pero también el inicio y fin del Ramadán y los días de la Independencia y la muerte del líder independentista Amilcar Cabral.

Muy cerca de la ciudad se encuentra el Parque Nacional de la Isla de Orango y la Reserva de la Biosfera del archipiélago de Bolama-Bijagós. El Parque Nacional de las islas de Orango está formado por 5 islas, la población reside en aldeas de religión animista, con un gran misticismo a sus rituales y ceremonias con máscaras y danzas tradicionales. Adentrarse en estas culturas es una experiencia digna de vivir si visitas Guinea-Bissau.

Además, encontrarás tu rincón favorito en alguna de sus interminables playas de arena fina y blanca, en los manglares a pie de playa o en la sabana herbácea de altas gramíneas y árboles dispersos. La fauna es muy rica, se pueden observar diversas aves, cocodrilos, macacos, hipopótamos marinos, antílopes… Incluso se puede ver el desove en estas playas de las tortugas verdes.

Por su parte, el archipiélago de Bolama-Bijagós está formado por 20 islas principales y docenas de islas más pequeñas. Cuenta con una gran diversidad de entornos, todos ellos repletos de vida: manglares, palmerales, bosques, playas, lagunas… Sus civilizaciones tienen una cultura de subsistencia, viviendo del campo y de las granjas únicamente para sobrevivir.

En cuanto a la gastronomía, el arroz, el pescado y el pollo son parte indispensable de su cocina junto al maíz y la yuca. Destacan platos locales como la carne de cerdo con maíz y judías, arroz con pollo, ternera o pescado, tieboudienne de pescado y verduras o carne con jengibre y guindilla. Como postre, el preferido es la fruta y la bebida más consumida la cerveza local. Probar el sabor intenso y natural de las frutas recién recolectadas es una experiencia gastronómica que se debe probar en un enclave natural como Guinea-Bissau.