De las más conocidas a las más escondidas; cada viajero puede hacer su ruta particular. La personalidad histórica, artística y cultural ha otorgado a nuestro país un sinfín de peculiaridades, algunas de ellas muy particulares de una zona o comarca concreta.

En este reportaje ofrecemos cuatro rutas repartidas por toda la geografía española, desde la Galicia melancólica de Rosalía de Castro, hasta los altivos lugares de García Lorca, pasando por la galanura de la ruta cervantina en Alcalá de Henares o el centenario camino que compone cada uno de los lugares por los que pasó Rodrigo Díaz de Vivar, el mítico Cid Campeador. Cualquier momento es idóneo para sacar todo el partido a cada una de las rutas que aquí brindamos.

Ruta Cervantina

Alcalá de Henares, cuna del maestro de las letras españolas, encierra varias alternativas al viajero, una de ellas muy arraigada en la literatura y la cultura. De hecho, se han descrito cinco caminos a través de los cuales se puede descubrir a fondo la ciudad complutense, cuyos rincones emanan historia y belleza que sobrepasa en muchas ocasiones lo humano.

Estos son los caminos de la Ciudad de las Artes y las Letras donde se plasman la importancia de Alcalá de Henares como ciudad de Las Artes y las Letras. Basados en hitos, acontecimientos y experiencias intelectuales e históricas que han marcado el carácter de la ciudad a lo largo del tiempo. Éstos caminos se señalizan por placas a lo largo de sus recorridos y se detallan de la siguiente manera:

Camino de Cervantes: el itinerario recorre aquellos lugares de Alcalá de Henares que se relacionan con la vida y los hechos de Miguel de Cervantes, su casa de nacimiento en 1547, edificios relacionados con su familia y con sus obras literarias.

Fachada del Colegio de San Ildefonso.

Fachada del Colegio de San Ildefonso.

Camino de las imprentas: los mejores impresores de Europa encontraron en Alcalá de Henares, a partir del siglo XVI, el lugar idóneo para desarrollar su labor arropados por la más avanzada intelectualidad del momento. La calle Libreros tomó su nombre del gran número de imprentas que se asentaron en esa calle y en sus alrededores. 

Camino del Nuevo Mundo: El 20 de enero de 1486 Cristóbal Colón se entrevistó con los Reyes Católicos en el Palacio Arzobispal. Debido a ello Alcalá de Henares ocupa un lugar privilegiado en la historia del Descubrimiento de América. 

Camino del teatro: Desde comienzos del siglo XVII Alcalá de Henares cuenta con el teatro o corral de comedias llamado de "Zapateros". Es de los más antiguos de Europa, junto con el del municipio manchego de Almagro, y sigue en funcionamiento. Esta circunstancia permite que Alcalá sea un referente teatral a nivel nacional e incluso internacional. 

Camino de los estudiantes: Desde el Colegio Mayor de San Ildefonso se fueron creando a lo largo de los siglos XVI y XVII, colegios menores que fueron configurando un extraordinario conjunto universitario. Unos fueron de carácter secular y otros fueron religiosos (colegios-convento). Este camino recorre los más importantes Colegios históricos de la Ciudad.

Alcalá de Henares está muy cerca de Madrid, apenas a unos 35 km., y muy bien comunicada tanto por carretera como por transporte público. Tanto si vivís en la capital de España como si habéis venido a pasar unos días de vacaciones, no dejéis de visitar esta pequeña ciudad llena de personalidad y cuna de Miguel de Cervantes, nuestro universal autor de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha (1547-1616). Un solo día bastará para conocer lo más importante.

Una opción interesante para ir con niños a Alcalá de Henares, si la visita se hace en primavera o en otoño, es coger en la estación de Atocha el llamado Tren de Cervantes, que ameniza el viaje con actores vestidos de época que entre bromas y risas hacen el trayecto más corto.

Vista aérea del Foro Romano Complutum.

Vista aérea del Foro Romano Complutum.

Una vez en Alcalá de Henares –una ciudad accesible y muy asequible para el peatón– lo primero es dirigirse a la plaza de Cervantes, en uno de cuyos extremos se encuentra la oficina de turismo. Acercaos a ella para que os den información sobre horarios y precios, porque a veces hay excepciones que conviene confirmar, y también os proveerán de una hoja resumen con todos los monumentos y lugares cervantinos fundamentales, además de un plano de la ciudad. Con toda esa documentación, concederos unos minutos, tomad un café en alguna de las cafeterías de la plaza, y planificad vuestra visita a medida.

Ruta Rosaliana

Rosalía de Castro es, sin duda, la mujer gallega más conocida de la historia. Ella simboliza el llamado Rexurdimento de las letras autóctonas, que tuvo lugar en el siglo XIX y que constituye el reencuentro de la región con su propio idioma. Su vida atormentada, su matrimonio con el prestigioso historiador Manuel Murguía y su dramática muerte por enfermedad ayudaron a convertirla en todo un símbolo. 

La Casa-Museo Rosalía de Castro guarda detrás de los muros de su jardín un espacio verde que en tiempos de Rosalía era huerta. Se conserva como recreación de un jardín de la época, que forma con la casa un hermoso conjunto.

Fue después de la muerte de la escritora cuando se plantaron las camelias que rodean la propiedad. Entre los ejemplares interesantes hay que mencionar el cultivar de C. japónica "Rosalía de Castro" y otros de origen portugués: "María Irene", "Pomponia", "Magnolia Rosea", entre otras, formando parte del circuito de jardines gallegos pertenecientes a la Ruta de la Camelia.

Interior de la Casa Museo Rosalía de Castro.

Interior de la Casa Museo Rosalía de Castro.

Además, en el jardín se esconden otros ejemplares únicos como la Figueira (higuera), que pertenece al Catálogo de Árboles Señeros de Galicia, o el Quercus robur, descendiente del Roble de Guernica. Los gallegos nunca olvidarán la figura de la poetisa, y en O Espolón de Padrón un monumento y varias placas así lo atestiguan.

También se ha creado la llamada Ruta Rosaliana, reclamo turístico con más efecto psicológico que práctico, pues en realidad tan sólo un puñado de personas la recorren cada año. Esa sensación de tranquilidad que percibimos es la que nos hace recomendarla al viajero curioso, que debe comenzar en Santiago, donde nació la poetisa en 1837, para descender rumbo a Noia.

Al llegar a Bertamiráns nos desviamos a la izquierda, a Ortoño, donde se alza la casa en la cual la escritora pasó su infancia. Luego hay que dar marcha atrás, continuar hacia Noia, de nuevo girar a la izquierda antes de comenzar a subir y llegar hasta la iglesia de Bastavales, de altas torres y famosa por sus campanas. De allí a otros templos, A Escravitude, ya en la carretera Santiago-Padrón, e Iria Flavia o Adina, en cuyo cementerio fue enterrada en un primer momento Rosalía.

En Padrón se encuentra la Casa da Matanza, donde falleció, edificio ahora convertido en museo que recuerda la vida de la ilustre mujer cuyo cuerpo descansa en el Panteón de Gallegos Ilustres, en Santo Domingo de Bonaval.

*Más información en info.viajeselespanol@sccomunicacion.com