La autodeportación, una alternativa silenciosa que más migrantes están contemplando. Instagram @julieeear
Vivió más de 35 años en EE.UU. y decidió regresar a México por las crecientes redadas de ICE: “Siento alivio”
Regina Higuera es mexicana y decidió regresar a su país natal por voluntad propia para evitar ser deportada por ICE.
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Durante más de 30 años, Regina Higuera residió en Los Ángeles, California, donde formó una familia y trabajó sin documentos. Como madre soltera, crió a tres hijos nacidos en Estados Unidos mientras se ganaba la vida en la industria textil. Sin acceso a beneficios públicos y con ingresos limitados, enfrentó numerosos desafíos. Sin embargo, fue el reciente aumento de las redadas por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) lo que finalmente la llevó a tomar una de las decisiones más difíciles de su vida: regresar voluntariamente a México.
Eligió autodeportarse antes de ser arrestada por ICE
Higuera, de 51 años, decidió evitar el riesgo de una detención forzada al optar por una salida voluntaria. “Me entristeció mucho dejar atrás a mi familia. Pero al mismo tiempo, me alegré de reencontrarme con mi madre, a quien no había podido ver en 22 años”, expresó en diálogo con Business Insider. El creciente temor a ser arrestada y el alto costo de vida en California terminaron por inclinar la balanza. Su hija, Julie Ear, documentó en redes sociales el viaje de su madre desde Los Ángeles hasta Ciudad de México, pasando por Tijuana.
Después de 36 años en Estados Unidos, Higuera decidió instalarse en el estado de Guerrero, su lugar de origen. Aunque temía que su cruce hacia México pudiera generar complicaciones, el ingreso fue sorprendentemente sencillo. Con una identificación escolar mexicana como único documento, logró abordar un vuelo en Tijuana rumbo a la capital del país. “Nadie te mira, nadie te detiene, fue superrápido”, detalló su hija. Para Higuera, tener control sobre su salida era esencial: “Una vez que cruzamos la frontera a México sentí un gran alivio”, aseguró.
Costos, despedidas y silencio: lo que pocos saben sobre la autodeportación en Estados Unidos
El proceso no fue gratuito. La familia destinó más de 4.000 dólares en gastos vinculados al retorno, fondos que lograron reunir parcialmente gracias a una campaña de recaudación en línea. Además, Regina evitó hablar de su decisión con amigos o autoridades para minimizar los riesgos. Ni el gobierno estadounidense ni allegados cercanos sabían de su partida. “Ella tomó esta decisión hace meses y, aunque me rompe el corazón, preferiría verla irse que vivir aquí con miedo”, afirmó su hija en redes.
Ya en Guerrero, Higuera comenzó una nueva etapa en una casa que había empezado a construir años atrás. A diferencia de Los Ángeles, donde pagaba hasta 1.700 dólares al mes en renta, ahora vive sin esa carga financiera. Su nuevo presupuesto mensual oscila entre 500 y 800 dólares, una cifra mucho más manejable. Aunque su vivienda aún no está completamente terminada, disfruta de una mayor tranquilidad y cercanía familiar, especialmente con su madre de 90 años.
Aunque se considera en una etapa semi-jubilada, Higuera no descarta la idea de volver a trabajar. Está abierta a realizar actividades independientes, como ventas, tal como hacía en Los Ángeles. “Sé que siempre puedo vender cosas aquí”, aseveró. Esta flexibilidad le permite ajustar su rutina a sus necesidades y cuidar de su madre, con quien ahora desayuna todos los días. La sensación de haber recuperado parte de su libertad es algo que no quiere soltar.
El esposo de Higuera, con quien compartió 25 años en Los Ángeles, también contempla dejar Estados Unidos para reunirse con ella en México. Mientras tanto, Regina empieza a construir una vida distinta, alejada del miedo constante, pero también llena de nostalgia. “Por fin estoy en casa y eso nadie me lo puede quitar”, cerró.