Feligreses temen ser arrestados por los agentes del ICE dentro de sus parroquias.

Feligreses temen ser arrestados por los agentes del ICE dentro de sus parroquias. ChatGPT

Estados Unidos

“Hay un miedo real”: la drástica decisión que tomó un obispo en EE.UU. por temor a las redadas del ICE

El gesto busca proteger la seguridad y dignidad de quienes viven bajo amenaza de deportación.

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Carlos Dileo
Publicada

El obispo Alberto Rojas, líder de la diócesis de San Bernardino en California, tomó una decisión sin precedentes: liberar formalmente a sus feligreses de la obligación de asistir a misa los domingos y días de precepto. Esta medida, generalmente reservada para situaciones extraordinarias como desastres naturales o pandemias, surge a partir del temor que manifiestan los inmigrantes de ser detenidos por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La reciente presencia de autoridades migratorias en dos propiedades parroquiales generó un ambiente de alarma entre los católicos inmigrantes, que temen ser arrestados incluso dentro de sus propias iglesias.

El impacto de las redadas en la comunidad católica

“Hay un miedo real que afecta a muchos en nuestras comunidades parroquiales”, afirmó Rojas en un comunicado. La aprehensión de personas dentro de espacios religiosos subió la tensión, especialmente en zonas como los condados de Riverside y San Bernardino, donde más del 50% de la población es extranjera. Para el obispo, permitir que los fieles no asistan a misa sin culpa moral es una manera de proteger su bienestar físico y emocional, en un momento donde la presencia de agentes federales creció en espacios públicos y privados por orden de la Administración de Donald Trump.

Rojas, inmigrante originario de Aguascalientes, México, defendió abiertamente a los migrantes desde su llegada al obispado. En junio, denunció que agentes federales ingresaron a propiedades de la diócesis para realizar detenciones, lo que calificó como un acto que no representa los valores del Evangelio. “No es del Evangelio de Jesucristo”, escribió, en un claro llamado a los líderes políticos a replantear las tácticas migratorias actuales por enfoques más respetuosos de la dignidad humana.

El apoyo de otras diócesis frente a un contexto crítico para los inmigrantes en Estados Unidos

Organizaciones locales, como Inland Congregations United for Change, respaldaron públicamente la medida. Su pastor, Omar Coronado, la describió como “un acto extraordinario de valentía moral y cuidado pastoral”. Para él, en momentos de miedo e incertidumbre, la acción del obispo ofrece protección, pero también esperanza. La diócesis de San Bernardino, la segunda más grande de California y la quinta más grande del país, se convierte así en un referente en la defensa espiritual y social de los inmigrantes.

Aunque la diócesis de Nashville en Tennessee emitió recientemente un mensaje similar, no fue una dispensa formal como la de San Bernardino. En contraste, la arquidiócesis de Los Ángeles y la diócesis de Orange, que juntas reciben a más de 6 millones de católicos, aún no adoptaron una postura similar. Sin embargo, implementaron protocolos para enfrentar la presencia de agentes migratorios en sus instalaciones, incluyendo misas en hogares y apoyo espiritual en tribunales de inmigración.

El miedo a las redadas del ICE paraliza la práctica de la fe

El obispo Rojas señaló que muchos inmigrantes evitarían con gusto faltar a misa, pero que las redadas los obligan a elegir entre su fe y la seguridad de sus familias. “Con toda la preocupación y ansiedad que están sintiendo, quería quitarles, por un tiempo, la carga que podrían estar sintiendo por no poder cumplir con este compromiso”, expresó. Su objetivo es liberar a los fieles del sentimiento de culpa religiosa frente a una realidad que no pueden controlar.

La comunidad inmigrante, en palabras del obispo, contribuyó de forma positiva a sus barrios sin otro “problema” más que su estatus legal. Muchos de ellos llegaron al país buscando salvar a sus familias. “Les encantaría tener estatus legal, pero ¿quién puede ayudarlos?”, se preguntó. El gesto de quitarle la obligatoriedad a la misa no solo es una acción simbólica, sino también una declaración de que la Iglesia está dispuesta a actuar ante el sufrimiento de su gente.