Abuela y nieta amasando.

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Así se elabora el dulce de carnaval que hacen todas las abuelas gallegas: es un vicio y se hace en 30 minutos

Se trata de un dulce muy icónico durante la época de carnaval: masa frita con forma de oreja, crujientes y espolvoreadas con azúcar.

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En Galicia, los dulces tienen un papel protagonista durante el Carnaval, o Entroido, como se le conoce en gallego. Es una época en la que la gastronomía tradicional se luce con platos contundentes, tanto salados como dulces, que buscan reponer energías tras las largas jornadas festivas.

Entre estos dulces se encuentran las filloas, que se parecen a los crêpes franceses, pero con su propia identidad gallega. Se pueden hacer de leche, de sangre (más típicas en algunas zonas rurales) o incluso con caldo. Suelen servirse con azúcar, miel o rellenas de crema o chocolate.

Sin embargo, hay un dulce gallego que no puede faltar durante la época de carnaval: las Orejas de Carnaval (Orellas de Entroido). Quizás el dulce más icónico. Son finas láminas de masa frita con forma de oreja, crujientes y espolvoreadas con azúcar. Suelen llevar un toque de anís o ralladura de limón.

Las Orejas de Carnaval son uno de los dulces más emblemáticos del Entroido gallego. Se trata de una masa frita, fina y crujiente, con una forma irregular que recuerda a una oreja (de ahí su nombre). Se espolvorean con azúcar y, en algunas versiones, con un toque de canela o miel. Son típicas de toda Galicia y no faltan en ninguna casa o pastelería durante estas fechas.

Ingredientes

500 g de harina de trigo

100 g de manteca de vaca (o mantequilla en su defecto)

2 huevos

100 ml de leche o anís (según la versión)

50 g de azúcar

Ralladura de 1 limón o naranja

1 pizca de sal

1 chorrito de licor de anís o aguardiente

Aceite de girasol (para freír)

Azúcar glas o azúcar normal (para espolvorear)

Paso 1

Preparar la masa: En un bol grande, mezcla la harina con el azúcar y la sal.

Paso 2

Derrite ligeramente la manteca de vaca y añádela a la mezcla.

Paso 3

Incorpora los huevos, la ralladura de limón o naranja y el licor de anís.

Paso 4

Añade la leche o anís poco a poco mientras amasas hasta obtener una masa homogénea y elástica.

Paso 5

Cubre la masa con un paño y deja reposar unos 30-60 minutos.

Paso 6

Formar las orejas: Estira la masa en una superficie enharinada hasta que quede muy fina.

Paso 7

Corta en trozos irregulares (de unos 8-10 cm de largo), dándoles una forma parecida a una oreja.

Paso 8

Freír: Calienta abundante aceite en una sartén a fuego medio-alto.

Paso 9

Fríe las orejas por tandas, dándoles la vuelta hasta que estén doradas y crujientes.

Paso 10

Escúrrelas en papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Paso 11

Decorar y servir: Espolvorea con azúcar glas o azúcar normal mientras aún están calientes.

Paso 12

Se pueden comer solas o acompañadas de miel.

¿Cuáles son los consejos principales para elabora unas orejas perfectas? En primer lugar, la masa debe reposar para que sea más fácil de estirar y quede crujiente. Además, cuanto más fina se estire la masa, más crujientes serán.

También cabe destacar que hay que freírlas en aceite bien caliente pero sin que humee, para que queden doradas y no absorban demasiado aceite. Asimismo, se conservan bien un par de días en un recipiente hermético, aunque lo mejor es comerlas recién hechas.

En cuanto al origen de este dulce, se cree que este dulce nació en el ámbito rural gallego, donde se elaboraba con ingredientes básicos como harina, huevos, azúcar y manteca de vaca, productos fácilmente disponibles en las casas. El hecho de freírlas en abundante aceite hacía que fueran fáciles de preparar en grandes cantidades y aptas para compartir en las celebraciones de Entroido.

Además, el nombre "orejas" proviene de su forma irregular y alargada, que recuerda a una oreja, aunque en cada casa pueden variar un poco en tamaño y aspecto.

Durante el Entroido, las orejas se pueden encontrar en prácticamente todas las pastelerías y panaderías gallegas. Sin embargo, muchas familias prefieren hacerlas en casa, ya que forman parte de la tradición culinaria de estas fechas y su elaboración es sencilla y divertida.

En consedcuencia, aunque podrían prepararse en cualquier momento del año, es raro verlas fuera de la época de Entroido, lo que las hace aún más especiales.

También cabe destacar que cada casa tiene su propio truco o variante, desde el grosor de la masa hasta el licor utilizado para aromatizar. En definitiva, las orejas de Carnaval son un placer sencillo pero delicioso, un bocado crujiente y dulce que forma parte del alma festiva del Entroido gallego.