
La mejor calle de Galicia para ir de tapas está en Pontevedra.
La mejor calle de Galicia para ir de tapas está en Pontevedra: tortilla, zamburiñas y ambiente único en el casco histórico
Esta calle se ha convertido en el corazón del tapeo gallego gracias a su variada oferta gastronómica, su ambiente animado y su ubicación privilegiada.
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Irse de tapas es una costumbre profundamente arraigada en Galicia, y si hay una ciudad que lo demuestra con creces, esa es Pontevedra. Con su casco histórico peatonalizado, lleno de plazas con historia y callejuelas adoquinadas, es el escenario perfecto para recorrer a pie y dejarse llevar por los aromas de las cocinas locales. Entre todas sus calles, hay una que se ha ganado a pulso el título de la mejor para disfrutar de una buena ruta de tapas.
La calle en cuestión combina lo mejor de la gastronomía gallega con el encanto arquitectónico de una ciudad que ha sabido reinventarse sin perder sus raíces. Aquí, el visitante puede probar desde una tortilla jugosa al estilo de Betanzos hasta unas zamburiñas recién hechas, siempre acompañadas de un buen vino albariño o una caña bien tirada. No se trata solo de comer, sino de vivir una experiencia.
Y es que el tapeo en esta calle no entiende de prisas. El ambiente que se genera al atardecer, cuando los pontevedreses y los visitantes llenan las terrazas, convierte a este rincón en un imprescindible. Música suave, conversaciones animadas y el ir y venir de platos con productos de la ría hacen de esta zona el punto de encuentro perfecto para quienes buscan autenticidad y sabor.
La calle Michelena, situada en pleno corazón del centro histórico de Pontevedra, se ha consolidado como uno de los referentes gastronómicos de la ciudad. Aunque antiguamente era una vía comercial importante, hoy su esencia ha cambiado: ahora es uno de los epicentros del tapeo pontevedrés, con bares y tabernas que fusionan tradición y modernidad. A lo largo de esta calle, y en sus alrededores inmediatos, es habitual encontrar propuestas que van desde las clásicas empanadas gallegas hasta tapas más creativas basadas en productos de temporada.
Uno de los platos estrella de esta calle es, sin duda, la tortilla. En locales como Casa Fidel, se sirve poco cuajada, cremosa por dentro y con ese punto de sal que solo las buenas tortillas gallegas saben conseguir. Las zamburiñas a la plancha, con un toque de limón y ajo, son otro de los imprescindibles. Y si se quiere completar la experiencia, no faltan los pimientos de Padrón, las croquetas caseras de lacón con grelos o las raciones de pulpo á feira sobre cama de cachelos.
Además de la calidad de su oferta gastronómica, lo que hace especial a esta calle es su entorno. La arquitectura de piedra, los soportales tradicionales y la iluminación cálida durante las noches hacen que cada visita se sienta única.
Es habitual encontrarse con conciertos al aire libre, pequeños mercados artesanales o exposiciones improvisadas, lo que aporta un carácter cultural al tapeo. En definitiva, tapear en esta calle de Pontevedra no es solo una forma de comer: es una manera de conocer Galicia desde su esencia más sabrosa.
Tapear en Pontevedra es una forma de descubrir Galicia desde dentro. Y hacerlo en esta calle concreta es asegurarse una experiencia sabrosa, auténtica y, sobre todo, muy gallega. La cercanía de los hosteleros, la calidad del producto local y el entorno único hacen que esta ruta de tapas se haya convertido en una de las más valoradas del noroeste peninsular.
Así que si estás planeando un viaje a Galicia y quieres combinar cultura, gastronomía y buen ambiente, guarda este nombre: calle Michelena. Porque a veces, los mejores recuerdos de un viaje empiezan con una caña fría, una ración de tortilla y una buena conversación entre piedras centenarias.