Audiencia Provincial de Pontevedra.
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El presunto agresor sexual de una menor de Pontevedra asegura que las relaciones fueron consentidas
La presunta víctima explicó ante el tribunal, entre lágrimas, los episodios de agresión sexual que vivió tanto en su casa como en la de él
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El acusado de agredir y abusar sexualmente de su expareja menor de edad ha defendido este jueves su inocencia en el juicio celebrado en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra.
El hombre ha afirmado que "nunca hubo ningún tipo de maltratos ni de violencia". "Mantuvimos relación sexual con consentimiento por ambos", ha aseverado.
Igualmente, ha negado con rotundidad haberla controlado o recriminado por su forma de vestir. En este sentido, ha mantenido que tenían una relación "normal" que era aceptada por la familia de la chica.
Su relación comenzó en septiembre de 2020, cuando ella tenía 15 años y finalizó en junio de 2021, cuando rompieron a causa de una infidelidad por parte de ella.
Además, el acusado sostuvo que varios amigos de la víctima le golpearon, unos hechos por los que presentó una denuncia en Comisaría a raíz de la cual la joven le amenazó con denunciarle si no la retiraba.
La joven, entre lágrimas
Por su parte, la joven ha descrito, entre lágrimas, los episodios de agresión sexual ante el tribunal pontevedrés. Uno de ellos en su propia habitación, donde el acusado habría entrado sin ser visto por el resto de la familia de la joven.
Sobre este suceso, ha explicado que ella intentó resistirse pero recibió un puñetazo en la cara y fue penetrada contra su voluntad. La denunciante relató un segundo episodio en casa del acusado: "Comenzó a tocarme. A mí me dolía y yo le decía que parara, pero él no quiso parar".
Por el delito de agresión sexual, el acusado se enfrenta a una pena de 10 años de cárcel, así como a la prohibición de aproximarse al domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro sitio frecuentado por la víctima en un radio inferior a 500 metros.
Por el delito de abuso sexual, Fiscalía pide siete años de cárcel y la prohibición de acercarse a ella a menos de 500 metros durante cuatro años. También reclama una indemnización de 8.000 euros.
