Proyecto ejecutado por los arquitectos Vicente Pintos Santiago y Javier Antonio Franco Rabuñal

Proyecto ejecutado por los arquitectos Vicente Pintos Santiago y Javier Antonio Franco Rabuñal COAG de Arquitectura

Cultura

Ni un chalet con piscina ni un lujoso pazo: los arquitectos de Galicia premian esta espectacular obra de Vigo

El proyecto fue destacado, explica el Colegio de Arquitectos de Galicia, por su capacidad de transformar un espacio anónimo en un entorno más funcional

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El Colegio de Arquitectos de Galicia (COAG) anunció la pasada semana los proyectos ganadores de la XXI edición de los Premios COAG, un evento bienal que premia las mejores obras arquitectónicas y urbanísticas de la región. De las 47 obras seleccionadas, se reconocieron finalmente a 13 proyectos y obras como los más destacados.

En este contexto, una de las obras premiadas que ha captado la atención de los arquitectos de Galicia se ha llevado a cabo en la comarca de Vigo, en concreto en el municipio de Gondomar.

Así es la espectacular obra de Vigo premiada

Proyecto galardonado en los Premios COAG

Proyecto galardonado en los Premios COAG COAG de Arquitectura

La obra reconocida con el premio a la mejor arquitectura efímera y diseño de pequeña escala en la reciente edición de los Premios COAG ha sido la instalación de un ascensor en Gondomar. El proyecto ha sido ejecutado por los arquitectos Vicente Pintos Santiago y Javier Antonio Franco Rabuñal.

El proyecto fue destacado, explica el Colegio de Arquitectos de Galicia, por su capacidad de transformar un espacio anónimo en un entorno más funcional, que contribuye a mejorar la calidad de la comunidad de vecinos del bloque sin perder su identidad original.

"Pola dificultade dunha proposta que explora arquitectónicamente introducir pezas e usos ben definidos como elementos transformadores de lugares sen identidad. Proposta que mostra unha fe constructiva que se mantén expresivamente independente de contextos anómicos. A súa naturaleza autónoma mellora o hábitat xeral e a vida comunitaria no contacto entre iguais".

Esta actuación, ejecutada en los números 12 y 14 de la calle Párroco J. Mariño, perseguía la eliminación de las barreras arquitectónicas y la dotación de un ascensor interior, pues la subida desde el sótano al último piso suponía 6 plantas de desnivel real, además de no permitir el acceso a personas en sillas de ruedas y otras limitaciones de movilidad.

Para realizar la obra, se habilitó temporalmente un andamio con escaleras exteriores, de forma que se pudo demoler todo el hueco de las escaleras, cerrándose las entradas a las viviendas.

En el hueco ocupado por la antigua escalera se instaló el ascensor y una nueva escalera de pequeñas dimensiones, para cuya construcción se utilizó chapa de acero de 6 mm y un pavimento porcelánico antideslizante. Se pintó de blanco para favorecer la luminosidad, limitada por la colocación del ascensor.