Una mujer envenena a sus hijos y se raja el cuello en Vizcaya: la llamada 'in extremis' que los salvó

Los vecinos de Barakaldo han recibido 2023 con el corazón en un puño. A primera hora de la mañana las sirenas de la Ertzaintza y la Policía Local de la ciudad vizcaína alarmaron a los habitantes del barrio de Zuazo. Las autoridades acudían para investigar uno de los primeros intentos de asesinato en lo que va de año. Se trataba de una madre que, presuntamente, habría intentado envenenar a sus dos hijos, de 8 y 10 años, para después quitarse la vida.

Aún se desconoce cuál es la sustancia con la que la progenitora habría tratado de drogar a los menores. Sin embargo, la dosis aplicada fue lo suficientemente fuerte como para que el Departamento vasco de Seguridad tuviera que desplazarlos de urgencia al Hospital Universitario de las Cruces, donde actualmente se encuentran ingresados, pero estables.

Las fuerzas de seguridad desplegadas en el lugar de los hechos han confirmado que la madre también presentaba heridas en el cuello, previsiblemente autoinfligidas tras el intento de asesinato de los niños, en lo que a todas vistas parece un intento de suicidio. Cuando la Policía irrumpió en el domicilio, ella ya se había desmayado.

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Si el suceso no acabó en tragedia fue porque la madre y presunta autora del crimen, a la que ya se investiga por tentativa de homicidio, llamó a su expareja para informarle de lo que estaba ocurriendo. Gracias a esa revelación y a al rápido del hombre con las autoridades, estas han podido desplazarse con presteza al barrio barcaldés y salvar la vida de los tres implicados.

Este hecho supone uno de los primeros intentos de asesinato en lo que va de 2023, ya que ocurrió a lo largo de la mañana del domingo 1. La Ertzaintza ha confirmado que ha abierto una investigación para averiguar las causas que llevaron a la mujer a tratar de acabar con la vida de los menores, pero aún se desconoce el detonante.

La crudeza del suceso recuerda al caso de Paola, la Guardia Civil que en diciembre asesinó a tiros a sus dos hijas, de 9 y 11 años, en Quintanar del Rey, Cuenca, y posteriormente se quitó la vida, todo para evitar que su exmarido se quedara con la custodia de los pequeños.