Bajo este conocido monumento de Santander se esconde la necrópolis más importante de España

España alberga una riqueza monumental y arquitectónica, que va desde antiguas fortificaciones y castillos medievales impecablemente conservados hasta construcciones modernas de vanguardia. Sin embargo, son las estructuras ancestrales las que nos invitan a sumergirnos en el pasado, explorando la herencia medieval que perdura hasta nuestros días. Este viaje temporal encuentra su expresión en la capital de Cantabria.

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Santander, además de sus históricas y antiguas calles, y sus edificaciones centenarias, es hogar de la necrópolis medieval más destacada de Cantabria y Santander. Este cementerio, hallado bajo uno de los monumentos más significativos de la ciudad, revela restos óseos de 86 individuos, ofreciendo una ventana única hacia la vida en la Edad Media.

Uno de los monumentos de Santander esconde una gran necrópolis medieval

Seguro que muchos de los que diariamente esperan en su parada de la plaza de Atarazanas en Santander, no se paran a pensar en lo que existe bajo el suelo que pisan en la calle Calvo Sotelo. Y es que bajo sus pies antiguamente pasaba una ría que atravesaba hasta la Plaza del Ayuntamiento y hasta la misma plaza dedicada a la Virgen de la Asunción. Algo para lo que tendríamos que viajar cientos de años atrás.

Catedral de Santander junto a la que se ha encontrado la necrópolis.

Incluso la majestuosa catedral de Santander, tenía una conexión más suave con el nivel inferior antes de ser "elevada" y de que quedase aislada de la calle Alta tras el incendio que azotó la ciudad en 1941. La pendiente que desapareció en ese proceso era en realidad un antiguo cementerio, cuyo único vestigio actual es un pequeño tramo en la cima, conocido como la calle Los Azogues.

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En la actualidad, esta área está siendo investigada por arqueólogos, ya que el pasado año y a consecuencia de una remodelación en estas calles fueron encontrados restos óseos medievales que han ofreciendo pistas sobre la vida en Santander entre los siglos XI y XIV.

¿Es Santander más antigua de lo que se pensaba?

En estos restos han aparecido dos tipos de cementerios: uno más antiguo, del siglo XII y XIII, y otro adyacente que se intensificó en uso durante el siglo XIV debido al crecimiento poblacional y la saturación de espacios.

También han podido encontrarse escasos utensilios, pero abundantes vestigios de enterramientos, como clavos de ataúdes, algunos de ellos confeccionados con materiales reciclados de estructuras previas.

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Los restos descubiertos, cuya antigüedad será examinada mediante datación, parecen además estar vinculados, según las investigaciones, con los vestigios de la cabecera románica de la iglesia que también fue hallada. A pesar de que inicialmente se pensaba que era de estilo gótico, los trabajos actuales están revelando características que sugieren que podría tratarse de un diseño románico, basándose en la forma de ensamblaje, el tipo de piedra utilizada y el mortero empleado.

Estos restos de la necrópolis y de una iglesia románica habrían sido encontrados dentro del proyecto arqueológico de Los Azogues (la calle más antigua de la ciudad) que se estaban llevando a cabo antes de la remodelación y pavimentación de la calle de Los Azogues, junto a la catedral. Un hallazgo que podría evidenciar que el origen de la ciudad fue incluso antes de lo que se pensaba.

¿Cuál es el origen conocido de Santander?

El nombre de Santander, evolucionó desde Sancti Emeterii en latín a la forma actual y tiene una historia rica que se remonta a la Edad Media. Originalmente era una villa de abadengo, recibió el fuero de Alfonso VIII en el siglo XII, otorgándole privilegios comerciales y exenciones aduaneras.

La actividad marítima y comercial floreció, y Santander formó parte de la Hermandad de las Cuatro Villas de la Costa de la Mar. En el siglo XVII, el puerto declinó, pero en el siglo XVIII, tras la apertura del camino de Reinosa, la ciudad experimentó una transformación significativa y se convirtió en sede de la diócesis.

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En el siglo XIX, Santander prosperó económicamente con el comercio de harinas y la conexión ferroviaria, alcanzando su apogeo como un importante centro portuario. Sin embargo, enfrentó tragedias como la explosión del barco Cabo Machichaco en 1893. La ciudad también se consolidó como un destino turístico, especialmente durante el veraneo.

A pesar de desafíos como el incendio de 1941 y la Guerra Civil, Santander se recuperó y se convirtió en la capital de la recién creada Comunidad Autónoma de Cantabria en 1983.