Educación

Cuando Celaá aseguraba que sin vacuna sólo podrían asistir la mitad de los alumnos a clase

La ministra, en mayo, supeditaba la asistencia a los centros en función de que hubiera un remedio contra el coronavirus. 

28 agosto, 2020 13:49

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Isabel Celaá, este jueves, tras la reunión con las Comunidades Autónomas, esgrimió, una vez más, su máxima para este curso: “La presencialidad será la norma general”. Ocurre, sin embargo, que no siempre fue así. Antes de que acabara el tercer trimestre, en pleno mes de mayo, con clases telemáticas –el día 4, para ser más exactos–, la ministra de Educación y Formación Profesional no creía en esa fórmula. “Si no hay vacuna, los colegios tendrán la mitad del alumnado en las aulas”, reconocía.

¿Qué ha cambiado desde mayo hasta ahora? Se podría decir que muchas cosas: España ya no está en estado de alarma, los establecimientos (bares, comercios...) han abierto con medidas de seguridad… Sin embargo, la situación es, aun así, la misma: aumentan los casos por coronavirus (este jueves se notificaron un total de 9.658) en una segunda ola que, cada vez, se asemeja más a aquella primera que acabó con el confinamiento entero del país. Con Madrid -de nuevo–, Andalucía, Cataluña y País Vasco a la cabeza de infectados en los últimos 14 días.

En este contexto, el curso comenzará de manera presencial en prácticamente la totalidad de España (a excepción de Madrid y Murcia). Algo que, entonces, no sostenía la ministra. “Hasta que no tengamos un remedio o una vacuna, la única herramienta para combatir el virus es el confinamiento. No podemos poner en riesgo lo avanzado. Si hablamos, por poner una cifra, de tres millones de niños en Primaria, que acuden al colegio acompañados por un adulto, imaginemos el movimiento que se produce. Además, si todos los niños acuden a la vez, no podremos salvaguardar la distancia obligada”, explicaba la ministra.

Y, al ser preguntada por una posible medida para que los escolares pudieran mantener la distancia, contestaba: “Es en lo que estamos trabajando. Si no hay un remedio (vacuna), los centros tendrán que estar a la mitad de su capacidad. Esto obliga a que una parte de los alumnos esté trabajando presencialmente y otra parte, telemáticamente”, explicaba.

Sin herramientas telemáticas

La realidad es que, pasado el tiempo, España sigue sin tener un sistema a nivel nacional que garantice la enseñanza telemática y, de nuevo, los escolares acudirán de manera presencial –y como norma general– a los colegios –tal y como ha estipulado el Ministerio de Educación. Eso sí, no se garantiza –a pesar de las instrucciones– que la distancia vaya a ser la adecuada ni que el ratio de alumnos se cumpla –no se obliga a ningún número en concreto de alumnos por aula–.

Las Comunidades Autónomas serán las encargadas, en base a las instrucciones del ministerio, de adaptar sus protocolos –muchos de ellos ya publicados– de cara al curso que comienza en pocas semanas. De hecho, Murcia y Madrid han optado por un modelo mixto. En la capital, los alumnos hasta tercero de primaria comenzará las clases el ocho de septiembre y lo harán presencialmente. Y, hasta los seis años, los niños no tendrán la obligación de llevar mascarilla ni de guardar la distancia de seguridad. El ratio será, en principio, de 20 alumnos por aula.

A partir de ahí, los alumnos hasta segundo de la ESO comenzará el 17 de septiembre y sus clases serán, también, 100% presenciales. No será así para los más mayores (Tercero y Cuarto de la ESO) y Bachillerato, donde se compaginará la asistencia a clase con las lecciones telematicas a partir del 18 de septiembre.

El resto de las Comunidades están adaptando sus protocolos –publicados ya, en la mayoría de los casos– para tratar de que la tasa de contagio no crezca con el inicio del curso escolar. Eso sí, está por ver si se cumplen los ratios y las medidas de seguridad. Entre ellas, la de que todos los alumnos mayores de seis años lleven mascarilla, o de que se laven las manos cinco veces al día como mínimo. Todo está por concretar y por ver. En cualquier caso, también puede cambiar. Si no, echen un vistazo a la hemeroteca. No tiene desperdicio.