La mezcla de buen tiempo, aire libre y comida hace de la barbacoa la celebración por excelencia del verano pero, para que todo salga perfecto, hay que tener en cuenta una serie de consejos y contar con varios utensilios básicos. 

A priori, alcanzar el cocinado perfecto para unas tiras de panceta puede parecer relativamente sencillo, pero conseguir el punto perfecto de un buen filete o de distintos tipos de verduras no lo es tanto. Estos son los fallos más habituales a evitar y las recomendaciones más básicas para hacer una barbacoa perfecta:

1. Mantenimiento

Antes de echar la leña al fuego, hay que asegurarse de que no haya rastro de una ocasión anterior. Y es que

Por eso, limpiar la barbacoa es un paso esencial, no solo para mantener la parrilla en buenas condiciones, sino para extender su vida útil y cocinar de manera más segura. Además, hay que hacerlo con las herramientas más adecuadas.

Un cepillo para la parrilla con cerdas de acero, utensilios para rascar los restos y eliminar la grasa residual del interior del quemador, una esponja de dos caras con un estropajo, un espray de limpieza, un paño de microfibra para limpiar y pulir el exterior de la barbacoa o una bandeja de goteo para recoger la grasa serán los mejores aliados. 

2. Líquido de encendido

Aunque parezca que puede ayudar, prender una barbacoa utilizando algún líquido de encendido no es recomendable. La consecuencia de aplicarlo no será una llama rápida sino un regusto químico en la comida capaz de alterar cualquier plato. 

Lo aconsejable es usar en su lugar otro tipo de productos disponibles en el mercado, como las pastillas de encendido de Weber. Esta conocida marca, que lleva dedicada a las barbacoas desde 1952, cuenta además con una herramienta más sofisticada para quienes buscan el camino más simple y rápido para calentar el carbón y comenzar a cocinar: la chimenea de encendido Rapidfire.

Hay que tener en cuenta que estos productos no solo ayudan a encender la barbacoa, también son una vía para conseguir brasas ardientes de forma segura y para que la barbacoa alcance la temperatura adecuada antes de exponer la comida al fuego.

3. Temperatura

Eso sí, antes de ello, hay que precalentar la barbacoa a la temperatura de cocción deseada para evitar dos riesgos innecesarios: que la comida se pase por dejarla demasiado tiempo en la parrilla y que se pegue al metal, lo que hará mucho más ardua la limpieza posterior.  

Para que los alimentos tengan las marcas perfectas y adquieran un sabor ahumado es imprescindible colocarlos en la barbacoa cuando esta haya alcanzado la temperatura de cocción óptima. Nunca antes. 

Además, precalentar la barbacoa no lleva mucho tiempo -y, en cualquier caso, vale la pena esperar-. Si tienes una barbacoa de gas, enciéndela al menos diez o quince minutos antes de empezar a cocinar.

4. En su punto

Lo que a priori no es sencillo es saber cuándo la carne está en su punto de cocción. El método más fiable es usar un termómetro para detectar en qué momento los filetes alcanzan la temperatura ideal.

La tecnología ha supuesto aquí un punto y aparte y ha revolucionado la manera de salvar este paso con herramientas como el BBQ Smart Grilling Hub, un asistente personal con el que hacer un seguimiento constante de lo que pasa en la parrilla mediante un dispositivo inteligente: desde cuánto queda para que esté lista la comida hasta el momento en que hay que darle la vuelta a la pieza o servirla. Toda la información en la pantalla del teléfono.

5. La tapa

Una de las reglas de oro para cocinar a la parrilla es mantener la tapa cerrada. Por muy tentador que sea escuchar el chispeo de la carne mientras se cocina o grabar el momento para presumir en redes sociales, mantener la tapa cerrada tiene múltiples beneficios que hacen que valga la pena sacrificar todo lo demás. 

Además de controlar la temperatura, ayuda a que el humo circule dentro de la parrilla y se impregne en los alimentos para conseguir ese sabor especial a barbacoa. La comida quedará más jugosa y se cocinará más rápido, lo que ahorrará por otra parte tiempo y combustible.

6. Alimento a alimento

La última clave para rozar la perfección y convertirte en un maestro de la barbacoa está en conocer sus

En cambio, si el plan es cocinar alimentos que necesitan mucho tiempo -más de 30 minutos- lo recomendable es optar por el método de cocción indirecta. Para ello, hay que evitar colocar la comida directamente sobre el calor y procurar que esta se cocine "indirectamente" a través del calor que circula dentro de la barbacoa.

En otras ocasiones, la opción idónea es combinar ambas técnicas. Este otro método suele utilizarse con alimentos que tardan entre 15 y 30 minutos en cocinarse como carnes con cortes más gruesos de carne o salchichas.

7. El filete perfecto

Con los pasos anteriores, puedes estar imaginando ya cuál será la próxima receta en la barbacoa: unas hamburguesas al más puro estilo americano, una parrillada de verduras o unos filetes a su punto. 

Si la elección pasa por unas carnes, el proceso empieza en la compra. Primero hay que elegir entre distintas opciones de marinado: existen muchas combinaciones de especias que aportarán sabor adicional y, además, los marinados ayudan a ablandar la carne, aunque requieren dejarla empapando durante al menos una hora. Puede ser también que prefieras la opción más sencilla o que la prisa apremie. En este caso, una generosa cantidad de sal y pimienta por ambos lados será más que suficiente. 

Lo segundo será seleccionar el corte de carne. Hay que tener en cuenta que las piezas más finas se cocinan muy rápido y tienen poco margen para diferenciar lo crudo y lo demasiado hecho. Por eso, lo más recomendable es optar por piezas de al menos 2,5 centímetros de grosor.

También hay que prestar atención al aspecto de la carne: si una vez cocinada la pieza queda sin apenas grasa, estará dura y tendrá poco sabor. Para evitarlo, lo ideal es elegir filetes de entreverado en los que la grasa se extienda en finas infiltraciones.

El siguiente paso es -¡sin olvidar las recomendaciones anteriores!- precalentar la parrilla. Una vez adquiera el punto de calor idóneo, coloca el filete combinando el método de calor directo para dorar el exterior con el indirecto. El filete irá cocinándose hasta alcanzar la temperatura interior óptima sin que se carbonice por fuera. 

Pero ¿cuál es esa temperatura? Al final, es cuestión de gustos: hay quienes prefieren un filete bien marcado por fuera y rojo por dentro, mientras que otros se decantan por un punto de cocción uniforme. Y siempre tendrás a mano herramientas que te ayuden a controlarlo y que te ayudarán a que cada barbacoa sea un rotúndo éxito. 

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