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Consumo

Bifrutas: una historia de innovación y sabor que se mantiene en plena forma

Bifrutas, la bebida que mezcla leche y zumo, se aproxima a su primer cuarto de siglo como pionera y referente de toda una categoría de mercado con mucho futuro por delante.

21 abril, 2021 02:01

El genio innovador, la mayoría de ocasiones, avanza quebrando los límites y conquistando territorios que, en apariencia, desafían toda lógica. A lo largo de la historia, esta filosofía ha ayudado a alcanzar hitos de los que se ha beneficiado toda la sociedad, a obtener descubrimientos que nos hacen la vida más sencilla a todos o a conseguir soluciones que nos aportan una calidad de vida imposible hace décadas.

Lo imposible se acaba haciendo posible en muchos ámbitos pero, hablando incluso de una escala tan cercana como los alimentos que consumimos en nuestro día a día, el sector de la alimentación también ha tenido momentos disruptivos en su historia que hacen que nuestros productos tengan más sabor, más higiene y conserven intactas sus propiedades naturales durante más tiempo. Por ejemplo quién, hace años, podía pensar que mezclar zumo y leche tendría éxito o, mejor dicho, que sería factible. La sabiduría popular se ha pasado décadas presagiando que esta mezcla no era viable porque la acidez de la fruta 'corta' el resultado.

En 1997, Pascual demostró que esa circunstancia no sería un problema nunca más. Ese año nació Biofrutas, que hoy conocemos como Bifrutas, una línea de productos única en el sector en aquel momento y cuya principal característica es precisamente el maridaje entre leche y zumo.

Hacer posible lo imposible

¿Imposible? No. Pero había que atreverse. Y aunque hoy estemos acostumbrados a convivir con Bifrutas, en vísperas de su relanzamiento con nuevas cualidades, cuando el alma mater de la empresa dio lo que parecía un arriesgado paso adelante para poner en práctica esta idea. Tomás Pascual, incansable en la búsqueda de nuevos formatos y de innovación con la que profundizar en las cualidades de sus productos, tuvo contacto con este concepto en una feria de productos en Alemania, en uno de los muchos eventos internacionales del sector que le vieron pasear por sus instalaciones en busca de nuevas oportunidades.

Aquella peculiar mezcla entre zumo y leche conquistó su paladar y despertó una chispa en su mente para abrir el proceso de desarrollo de lo que sería Bifrutas en su fábrica de Aranda de Duero. Dar con la fórmula precisa implicó tiempo y recursos, pero el éxito del resultado es incuestionable. Se puede explicar con palabras pero lo cierto es que, como dice el dicho popular, una imagen resulta más explicativa que todas ellas: baste la presencia de este producto en casi la totalidad de establecimientos de alimentación de toda España.

"Algo impensable para la época"

Su pervivencia en los lineales durante todos estos años responde a otro de los hitos de la compañía: el cuidado del producto. Y es que, como se suele decir, lo difícil no es tanto llegar, sino mantenerse. Y en este sentido entra en juego, lógicamente, la excelente aceptación de la marca por parte del público pero, igualmente, el cuidado de Pascual de su creación, a la que ha mimado durante estos años y a la que le ha aportado nuevas virtudes, sabores y variedades. Es un producto vivo, que evoluciona de la mano de la sociedad y que se adapta a los tiempos.

Es algo que explica Víctor Garijo quien, como responsable de I+D+i de Bebidas en Pascual, considera como un logro este éxito tan prolongado de Bifrutas en el mercado. Garijo, que lleva en la compañía desde 2000, afirma que desde el primer momento "supimos darle un volumen grande y el ver el enorme potencial".

La cosa es tan sencilla y a la vez tan complicada como "introducir todo en un trago, algo impensable en la época". Garijo no se refiere únicamente al hito de que no se cortara la bebida sino, por supuesto, a que resultara atractivo para el consumidor en base "al equilibrio de sabores en el que cada parte acentúa lo positivo de la otra. Desde entonces", señala, "no lo he visto en ninguna parte del mundo".

"Bifrutas creó un nuevo mercado y aunque normalmente los nuevos desarrollos tienen un recorrido corto", señala Garijo, "hoy podemos decir que es una categoría consolidada en el supermercado […] Siempre hemos sido los líderes de la misma desde que la creamos. Y pretendemos seguir siendo el motor".

Carisma cimentado en campañas rompedoras

Para alcanzar este estatus en el mercado español ha ayudado la aceptación del público pero lo cierto es que en el ámbito publicitario, el carisma de Bifrutas también ha crecido gracias a campañas rompedoras que han pasado a la historia. Desde aquella con la que el actor Alejo Sauras apadrinó a toda la 'Generación Funciona', en relación al cómo se denominó al producto en el periodo 2006-2010; a la campaña 'Ciento y la madre', de 2007, en la que un fan de la marca ganó un crucero de lujo para él… y para los 99 amigos que eligiera. Una idea genial que tuvo una segunda versión al año siguiente pero que, más allá de eso, quedó grabada en la memoria.

Son pequeñas fotografías de una historia que nace de la creatividad y del tesón del fundador de Pascual. Una idea que comenzó con dos sabores: Mediterráneo y Tropical, pero que hasta el día de hoy ha incorporado a la familia Bifrutas variedades que siguen apostando por unir los sabores más exóticos con ingredientes naturales, para lo cual "hemos hecho más de 200 prototipos para llegar al mejor producto", comenta Garijo.

La historia continúa y la innovación no se detiene. Igual que a la hora de apostar por esta desconocida mezcla Tomás Pascual descubrió en Alemania, o de ser pioneros en la uperisación y el uso del tetrabrik en España, la compañía mantiene su espíritu joven para que, dentro de otros 25 años, por lo menos, nos siga pareciendo que estas cosas que eran o parecían imposibles ya se vean como absolutamente cotidianas.