Montaje con una imagen de Pablo Miser y una imagen de archivo de Agencia Tributaria.

Montaje con una imagen de Pablo Miser y una imagen de archivo de Agencia Tributaria. Europa Press

Sociedad

Pablo Miser, inspector de Hacienda: "Dentro de la escala de funcionarios en España, somos los que más ganamos"

El funcionario fue sincero a la hora de señalar sus condiciones laborales en la Agencia Tributaria.

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Las claves

Los inspectores de Hacienda son funcionarios clave en la recaudación y control fiscal en España, pertenecientes a la Agencia Tributaria.

Su función incluye comprobar declaraciones, detectar fraude fiscal, investigar operaciones económicas y proponer sanciones por irregularidades.

Estos funcionarios destacan por tener uno de los salarios más altos dentro del sector público, con un sueldo inicial de unos 53.000 euros brutos anuales.

La percepción social de los inspectores de Hacienda es ambivalente: para algunos son garantes de justicia fiscal, mientras que otros los asocian al control y la presión burocrática.

Debido a su papel en la recaudación de impuestos y el control del cumplimiento tributario, la Agencia Tributaria es una de las instituciones españolas con mayor presencia en la vida cotidiana de los ciudadanos.

La conocida como Hacienda se encarga de garantizar que todos los contribuyentes formen parte del sistema fiscal, una labor en la que los inspectores de Hacienda desempeñan un papel fundamental.

Por tratarse de un puesto clave dentro del funcionamiento del Estado, existe cierta curiosidad sobre la retribución de estos funcionarios, un tema que el inspector de Hacienda, Pablo Miser, abordó parcialmente en el programa La Quinta Pared.

Funcionarios de la Agencia Tributaria

Los inspectores de Hacienda son funcionarios públicos pertenecientes a la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) cuya labor principal es garantizar el correcto cumplimiento de las obligaciones fiscales.

Entre sus funciones se encuentran la comprobación de declaraciones, la detección del fraude fiscal, la investigación de patrimonios y operaciones económicas, así como la propuesta de sanciones cuando se detectan irregularidades.

Su trabajo resulta clave para asegurar que el sistema tributario funcione con equidad y que todos los contribuyentes aporten conforme a la ley.

Gracias a la labor de los inspectores, la Agencia Tributaria puede recaudar miles de millones de euros cada año que se destinan a financiar servicios públicos esenciales como la sanidad, la educación o las pensiones.

Además de su función recaudatoria, también cumplen un papel disuasorio frente al fraude, ya que su presencia y actuaciones fomentan una mayor conciencia fiscal entre empresas y ciudadanos.

En este sentido, contribuyen de manera directa a la sostenibilidad del Estado de bienestar y a la lucha contra la economía sumergida.

Sin embargo, la percepción de los inspectores de Hacienda entre los españoles es ambivalente. Para una parte de la población representan una figura necesaria para garantizar la justicia fiscal y evitar que unos pocos se aprovechen del sistema.

Para otros, en cambio, se asocian a una imagen de control, sanción y presión burocrática, especialmente entre autónomos y pequeños empresarios.

Esta dualidad hace que su labor, pese a ser fundamental, no siempre goce de una valoración social positiva.

"Todo es relativo", aseguraba sobre si consideraba si estaba bien pagado o no. "Sobre si estamos mal vistos, en las series dicen que los inspectores lo ocultan en las bodas, pero yo sí cuento que soy inspector de Hacienda; no voy escondiéndome".

"Respecto al sueldo, me hace gracia porque en Radio Aragón me dijeron que "estamos forrados", mientras que en la Cadena SER, Javier del Pino y Juan José Millás, me miraban como al 'pobre funcionario'", indicaba.

No obstante, en relación a otros trabajadores públicos, Miser defendía que estaban mejor pagados: "Dentro de la escala funcional, somos de los que más ganamos, pero si lo comparas con la empresa privada, un asesor debería cobrar el doble o el triple: si no, no tendría sentido".

"Además, nuestro sueldo es estándar: está muy bien en Soria, pero es más "flojito" aquí en Madrid", reflexionaba.

Para ejercer como inspector de Hacienda del Estado, es necesario contar con estudios de Economía, Administración y Dirección de Empresas (ADE) o Derecho y superar las oposiciones. A cambio, el salario inicial, según el BOE, ronda los 53.000 euros brutos anuales, es decir cerca de unos 3.785 euros mensuales distribuidos en 14 pagas.