Montaje con una imagen de Javier y la Lotería de Navidad.

Montaje con una imagen de Javier y la Lotería de Navidad. Europa Press

Sociedad

Javier, dueño de una administración de lotería: "Si el IPC ha subido, el precio de los décimos también debería subir"

El lotero fue claro sobre cómo la inflación ha subido los precios de todo menos de los décimos.

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Las claves

Javier, dueño de una administración de lotería, propone subir el precio de los décimos acorde al IPC para mejorar la rentabilidad del sector.

El precio de los décimos de la Lotería de Navidad se mantiene en 20 euros desde 2002, pese al incremento de la inflación y los costes de vida.

Los loteros solo obtienen 90 céntimos por cada décimo vendido, lo que les obliga a depender del volumen de ventas para obtener beneficios.

La tradición de la Lotería de Navidad une a millones de españoles cada año, aunque crece la competencia de las plataformas electrónicas para la compra de décimos.

Con la Navidad cada vez más cerca, las administraciones de lotería viven sus momentos de mayor venta de todo el año de cara al próximo sorteo del Gordo.

Millones de españoles juegan con ilusión y esperanza de llevarse algún premio con el que alegrarse de forma excepcional estas fiestas.

Sin embargo, pese a las grandes cifras de premio o al costo de los décimos, los loteros señalan cómo no les sale tan rentable debido a su pequeña comisión. Algunos como Javier incluso defienden una subida de los precios acorde al IPC.

El costo de la Lotería

Desde su fundación en 1812, la Lotería de Navidad se ha convertido en uno de los eventos sociales y culturales más importantes del año en España, más allá de su dimensión económica.

Cada 22 de diciembre, millones de personas siguen el sorteo como una tradición colectiva que une a familias, amigos, barrios y compañeros de trabajo, compartiendo décimos y celebrando la ilusión de que toque algún premio.

Al fin y al cabo, el Gordo y los otros premios simbolizan esperanza, solidaridad y costumbre que convierten el sorteo en un ritual que marca el inicio real de la Navidad y refuerza el sentimiento de comunidad en el país.

En ese sentido, en su primer sorteo, el precio de un billete completo era de 40 reales, por lo que un décimo se vendía a 4 reales cada uno. De por sí esa cantidad era bastante elevada pero se vendía como una oportunidad única de hacerse rico.

Con el paso de las décadas, el precio de los décimos fue subiendo a 500, 1.000 o 2.000 pesetas, siempre ajustándose a la inflación y a la manera que crecía la cuantía de los premios.

Ya cuando el país dio el paso al euro en el 2002, se fijó un precio de 20 euros por décimo. No obstante, sorprende cómo cuando alimentos, vivienda y gastos han subido, el precio de los décimos se han mantenido.

De hecho, según la inflación en las últimas décadas los 20 euros de aquel entonces hoy en día serían 34 euros, por ello los loteros reclaman que por su propio beneficio y supervivencia, los precios suban.

"Te llevas comisión por la venta de billetes y luego te llevas una comisión por el pago de premios", afirmaba Javier, dueño de la administración El Tortazo. "El IPC ha subido, entonces claro, si subimos todo lo subimos todo".

Lo cierto es que del precio de un décimo, la administración se queda únicamente con 90 céntimos, un porcentaje minúsculo y que hace que su beneficio se halle en la cantidad de décimos vendidos.

En el caso de Javier, después de vender el número ganador del millón de euros del Euromillón en una ocasión, se tradujo en atraer muchos más clientes: "Esto fue un viernes por la noche, el sábado por la noche salió que habíamos repartido el millón y el lunes tenía aquí gente que no había visto en mi vida. Solo para comprar lotería".

"Es un negocio de temporalidad", apuntaba. "Esto lo gestionamos haciendo muy buena campaña de Navidad, hay que moverse mucho, buscar cliente fuera y trabajar los que tienes".

Pero a pesar de cómo les ayuda la fama a atraer jugadores, muchos prefieren confiar su suerte en las plataformas electrónicas para comprar décimos, algo que les deja sin esa comisión de venta... aunque no del todo.

"El cliente puede jugar a través de Loterías y pueden seleccionar el número amigo, entonces esa comisión que juegan a través de Loterías me recae a mí", indicaba el lotero. "La gente esto no lo sabe y se pierde un poco ahí. Es la página de Loterías, ¿qué hacemos? Son los jefes".

A pesar de todo, los vendedores de lotería lo que más disfrutan no es el beneficio de su negocio sino transmitir esa ilusión a sus vecinos, tal y como señaló Javier: "Lo chulo y bonito es el trato con la gente, hay muchos anuncios de Navidad que han dado en el clavo de lo que es la Lotería. La Lotería es muy esto y eso es lo bonito".