Montaje con una imagen de archivo de una reserva y una imagen de la dueña del restaurante.

Montaje con una imagen de archivo de una reserva y una imagen de la dueña del restaurante. Freepik

Sociedad

La dueña de un restaurante, sobre las reservas: "Cobramos un porcentaje por adelantado y 10 € por persona si no vienen"

La hostelera explicó cómo les afecta las reservas canceladas por sus clientes y por qué optaron por cobrar por ellas.

Más información: David, emprendedor y dueño de un bar: "Necesito que cada trabajador genere 7.000€ y si no tengo que poner yo el dinero"

Publicada

Las claves

Muchos restaurantes enfrentan pérdidas por la falta de asistencia de clientes a reservas durante la temporada alta de cenas y reuniones.

Para evitar estas pérdidas, algunos locales han implementado el cobro de un porcentaje por adelantado y un cargo de 10 euros por persona si no se presentan.

Estas medidas han hecho que los clientes sean más responsables a la hora de reservar, especialmente en grandes grupos y cenas de empresa.

Las políticas de anticipo y cancelación permiten a los restaurantes planificar mejor su servicio y proteger la viabilidad del negocio.

En plena temporada de cenas de empresa, reuniones familiares o reencuentros de amigos, muchos restaurantes encuentran su momento clave durante el año.

Es una época de alta clientela, mucha demanda y, sobre todo, muchas reservas. Sin embargo, en ocasiones estas reservas no llegan a concretarse y los clientes que habían prometido aparecer acaban fallando a su cita.

Por ello, muchos hosteleros, como la dueña de un restaurante en Aragón, decidieron tomar medidas y establecer algunas políticas para asegurarse de que el establecimiento no pierda dinero.

Las reservas...canceladas

Durante las navidades, la hostelería en España vive uno de los momentos de mayor actividad del año. Las fiestas unen a las personas y las reservas se multiplican mientras muchos locales cuelgan el cartel de completo con días o incluso semanas de antelación.

En este contexto, la gestión de las reservas se vuelve clave para el funcionamiento de los establecimientos.

Los restaurantes organizan turnos, refuerzan plantilla y ajustan compras de producto en función del número de comensales previstos. Todo para poder satisfacer al cliente de la mejor manera.

Cada mesa reservada implica así una planificación previa y un coste que, en estas fechas, es especialmente elevado por el aumento de precios y la alta rotación de clientes.

Sin embargo, no es extraño que parte de estas reservas no se materialicen. Cancelaciones de última hora, clientes que llegan con menos personas de las previstas o directamente no se presentan son situaciones habituales durante esta campaña.

"No se presentan, no te avisan, llamas por teléfono y no te lo cogen", contaba la dueña de un restaurante en Aragón Televisión. "Entonces es algo que genera un poco de angustia porque no sabes si van a venir, sobre todo en días especiales como el día del Pilar, Navidades...es algo que afecta negativamente a la empresa".

Estas ausencias generan pérdidas económicas y dificultan la gestión del servicio, lo que ha llevado a muchos hosteleros a replantearse sus políticas de reserva para proteger la viabilidad del negocio.

"Implementamos en nuestros restaurantes la política tanto de anticipo como de cancelación", aseguraba la hostelera. "La de anticipo es que cogemos una cantidad por adelantado. Y ese dinero luego se descuenta de la cuenta final del restaurante".

Por otro lado, a la hora de cancelar también significaba un desembolso: "Y ya de cancelación cogemos una tarjeta para que, en caso de que no se presenten a la reserva, se realice un cargo de 10 euros por persona".

Estas medidas han traído consecuencias positivas para los hosteleros, provocando que las reservas se tomen más en serio y tanto comensales disfruten de su cena como los restaurantes puedan completar su planificación.

"Ahora ya son más sinceros, reservan si es verdad, si no no se comprometen porque esto sucede mucho con grupos grandes, cenas de empresas", indicaba la hostelera.

Asimismo, incluso cancelar sigue estando encima de la mesa, solo que con la antelación suficiente para que nadie salga perjudicado.

"Generalmente damos un plazo dependiendo de si es festividad, si es un día normal, generalmente pues el fin de semana con 24 horas de antelación es suficiente", afirmaba.

En un sector marcado por la alta demanda y los márgenes ajustados, medidas como estas buscan proteger el trabajo del restaurante y fomentar un mayor compromiso por parte de los clientes.