Edificios okupados con pintadas en España.

Edificios okupados con pintadas en España. iStock

Sociedad

Okupan una casa en España y los dueños logran recuperarla gracias a un detalle: “Habíamos dejado fotos y cartas dentro”

La Policía pudo desalojar rápido al probar que era la vivienda habitual: los dueños habían dejado facturas, fotos y cartas que confirmaban su residencia.

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La okupación es un problema que afecta a ciudadanos españoles alrededor de todo el planeta, suponiendo grandes problemas para todos aquellos que se ven afectados por ella y que ven cómo personas ajenas acceden a su vivienda.

Este es un problema creciente en Castilla y León, donde los procedimientos judiciales crecieron en un 130% en el tercer trimestre del año 2024. Sin embargo, a pesar de todo, hay casos que son curiosos al respecto, como el que tuvo lugar en la madrugada del viernes 8 de agosto de 2025.

Una llamada al 112 alertaba de que una vivienda situada en el barrio de Parque Alameda amanecía con una cerradura cambiada y voces desconocidas en su interior. Los propietarios de un inmueble llegaron de un viaje laboral a su hogar, y se encontraron frente a la puerta con sus llaves, y no podían abrirla.

A partir de ese momento dio comienzo un operativo policial que destapó una trama de ocupación express, pero también una estrategia vecinal que marcó la diferencia y que permitió que los propietarios pudiesen recuperar su vivienda.

Los dueños habían dejado en el interior del inmueble una gran cantidad de documentos personales, así como correspondencia con sus nombres y fotografías familiares, para que así fuese una prueba de que la vivienda era su hogar habitual.

La Policía Nacional y Local se desplazaron a la vivienda rápidamente, donde los okupas, que eran un hombre y una mujer, aseguraban que llevaban en la vivienda desde el 3 de agosto y que pensaban que la vivienda estaba abandonada.

Aseguraban que era su derecho, tal y como recoge el parte policial, pero su relato se desmoronó por completo cuando los agentes hicieron la comprobación del buzón, repleto de cartas dirigidas a los propietarios. Además, los vecinos confirmaron que la familia residía allí desde hace años.

Los okupas fueron detenidos, lo que los llevó a lanzar amenazas y verter insultos, lo que hizo que tuviesen que acabar siendo reducidos y trasladados a comisaría. Horas más tarde quedaban en libertad con cargos, a la espera de que se celebra el juicio por un delito de allanamiento de morada.

La estrategia clave para recuperar la vivienda

El desenlace de la situación que tuvo lugar en Parque Alameda no fue algo fruto de la casualidad, ya que la recuperación de la vivienda por sus legítimos propietarios tuvo que ver gracias a la estrategia de estos.

Los dueños del inmueble se anticiparon a un escenario de posible okupación, para lo cual dejaron dentro de la vivienda un rastro importante de su vida cotidiana, con facturas de servicios, álbumes de fotos e incluso medicamentos con sus nombres en el botiquín.

Toda esta documentación fue clave para que la Policía pudiese actuar sin esperar a una orden judicial, tal y como pudo confirmar un agente. Hay que recordar que la ley permite el desalojo inmediato cuando se pueda probar que es la morada habitual y se trata de una okupación reciente (menos de 48 horas).

Sin embargo, en los casos en los que no hay pruebas de que el propietario disfrute de esa vivienda como habitual, el proceso se alarga. El plazo medio para una sentencia por desahucio en España se sitúa en torno a los 24 meses.

Esta preocupante situación ha llevado incluso a vecinos de pueblos en los que hacen turnos de vigilancia las 24 horas para disuadir a los okupas y evitar así que puedan tener acceso a las viviendas que no les pertenecen.

La prevención es la mejor arma contra la okupación

Visto el caso de Parque Alameda, queda claro que la mejor arma para tratar de evitar la ocupación es a través de la adopción de medidas de prevención con las que se pueda desalojar una vivienda en el caso de que sea okupada e incluso evitarla.

Una de las recomendaciones principales es dejar documentación personal en el interior, con la que se puedan dejar claras pruebas de habitabilidad del inmueble. Este es el caso de la correspondencia, fotografías, etcétera, que facilitan la actuación policial inmediata.

Otra medida interesante es la de poder llevar a cabo vigilancia vecinal, como ya se está haciendo en determinadas poblaciones de nuestro país, ya que este hecho, sumado a la colaboración con las fuerzas de seguridad, disuaden a los okupas.

En tercer lugar, se recomienda el uso de refuerzos de seguridad, como cerraduras antibumping y alarmas conectadas a centrales, con las que tratar de conseguir evitar la entrada de terceras personas a las viviendas.

Con respecto a estas últimas, más allá de instalar puertas blindadas con cerraduras de seguridad de alta calidad o bombines antibumping para dificultar el acceso forzado, también se pueden colocar rejas en las ventanas, especialmente en plantas bajas, y considerar la colocación de cristales laminados o persianas de seguridad.

Además de todas estas medidas de seguridad, es importante simular que la vivienda está habitada, para lo que se pueden utilizar temporizadores para encender y apagar luces o radios, creando la ilusión de que hay gente en el interior o tener el exterior cuidado, con césped y jardín en buen estado.

Por otro lado, convendría evitar dar información que pueda ser utilizada por terceros para entrar en las viviendas, como publicar los planes de vacaciones o información sobre ausencias prolongadas a través de las redes sociales. De esta manera se reduce el riesgo de okupación.