Salir de noche sola sigue siendo una experiencia cargada de tensión para muchas mujeres. El temor a ser acosadas, seguidas o agredidas ha llevado a muchas a desarrollar estrategias para sentirse más seguras.
Algunas optan por enviar su ubicación en tiempo real a amigas, otras llevan llaves entre los dedos como defensa improvisada, y algunas incluso evitan salir del todo.
Sin embargo, una joven llamada Marina Mese ha llevado este instinto de autoprotección a otro nivel: se pone una barba falsa para caminar por la calle de noche sin miedo.
En un video viral publicado en TikTok, Marina explica con absoluta naturalidad y determinación su decisión.
"Así voy cuando vuelvo a mi casa por la noche sola. Efectivamente, me pongo una barba falsa, ¿qué pasa?", comienza diciendo.
Su tono no es de broma ni de exageración: simplemente comparte una táctica que, para ella, ha sido eficaz.
Lo más llamativo es la tranquilidad con la que relata su experiencia. Lejos de victimizarse o dramatizar, Marina se apropia del miedo que tantas mujeres sienten y lo transforma en una forma creativa y hasta irónica de defensa.
"Yo voy con mi barba, mi spray pimienta y os juro que yo no paso nada de miedo, de hecho la que da miedo soy yo", relata.
La idea de hacerse pasar por un hombre para evitar el acoso no es nueva, pero pocas veces se ha expresado con tanta franqueza y humor.
Por otro lado, Marina comparte una anécdota que refleja con claridad el impacto que tuvo su disfraz en la percepción de una chica que se cruzó con ella por la calle.
"El otro día por la noche yo iba con mi barba, llevaba unos pantalones sueltos, parecía un tío literal. Había una chica enfrente de mí y cuando me vio se asustó mazo y empezó a andar súper deprisa", expone.
Ese momento, lejos de hacerla sentir poderosa, le provocó un fuerte sentimiento de empatía.
Reconoció en esa mujer el mismo miedo que ella ha sentido incontables veces: "Os juro que me sentí fatal porque sé exactamente lo que estaba sintiendo porque yo lo he sentido un montón de veces también".
La experiencia, aunque insólita, arroja luz sobre una realidad cotidiana: el miedo está tan presente que algunas mujeres deben cambiar su apariencia para moverse con seguridad.
Marina lo expresa sin rodeos: "La verdad es que es una mierda pensar que muchas mujeres vivimos con ese miedo constante hasta el punto de cambiarnos la forma de vestir o incluso de ponernos una barba".
Más allá de lo anecdótico, su testimonio es una crítica poderosa al estado de inseguridad que enfrentan las mujeres.
La normalización del miedo, la constante necesidad de estar alerta, y la transformación del cuerpo como escudo son síntomas de una sociedad que aún no garantiza la libertad de movimiento sin amenazas.
Marina cierra su mensaje con una recomendación tan sarcástica como realista: "Así que si os da miedo volver a casa solas, poneros la barba tranquilamente, la guardáis en el bolso y de chill, todo genial".
