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Manuela, una jubilada de 74 años a la que se le diagnosticó una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) de alto riesgo, cuenta con la cooperación de Lola, una IA que la llama para monitorizar su estado de salud y elabora informes médicos con los datos de centenares de pacientes.

En un sector tan importante como la medicina, ya se realizan experimentos en los que la IA se convierte en un aliado fundamental para los pacientes con enfermedades crónicas. Ahora, cuentan con la ayuda de una cuidadora virtual que ha reducido un 60% las visitas a urgencias en los hospitales públicos.

"No lo asocias con que estés hablando con una máquina, sino con tu amiga a la que le cuentas lo que te ha pasado ese día", confirma Manuela mientras es entrevistada por Informativos Telecinco en el salón de su casa.

Según la enfermera de Continuidad Asistencial, Ana Castejón, gracias a la IA "podemos llegar a una población mucho más grande y prevemos cuándo se va a agudizar este tipo de enfermedades", puesto que es capaz de llamar a varios pacientes de forma simultánea.

Un ejemplo concreto de cómo trabaja esta inteligencia artificial con vocación de enfermera es que llama al paciente y le pregunta por sus niveles de tensión. "¿Podría decirme en cuánto la tenía en la última medición?", le pregunta Lola a Manuela.

Manuela recibe una llamada de la IA.

De este modo, si recoge algún parámetro preocupante, la enfermera de carne y hueso recibe una alerta en su ordenador e inmediatamente llama al paciente. Una colaboración humana-algorítmica que promete grandes alegrías y capacidad de anticipación.

El resultado es prometedor: la cuidadora está presente en uno de cada diez hospitales públicos, ha conseguido que se reduzca un 30% los ingresos y en 6 de cada 10 casos se ha evitado el paso por las urgencias del Hospital Universitario de Torrejón de la Comunidad de Madrid.

Aunque no existe ninguna duda sobre el trabajo de los profesionales de la enfermería, esta tecnología es un gran apoyo, también a nivel emocional de los enfermos que ahora pueden comunicar sus problemas y miedos. Ahora "una misma se preocupa más de una", asegura Manuela.

Muchas personas se muestran inquietas con el boom de la inteligencia artificial porque se dejan llevar por opiniones apocalípticas que prevén que los robots dominarán al ser humano, empezando por robarles sus empleos. No obstante, si se utiliza bien, es el mejor aliado.