La crisis mundial de suministros y la inflación disparada siguen impactando en los distintos sectores y empresas, como es el caso del Sector de Tecnología Sanitaria. En su caso, con el agravante añadido de ser una industria estratégica y esencial para el sistema sanitario y el cuidado y atención de los pacientes. La limitación de materias primas y componentes electrónicos, junto al incremento impredecible y sin precedentes de los costes de las materias primas, de la energía, de la cadena logística/de transporte y laborales, dificulta que estas empresas puedan desarrollar su actividad con normalidad y, en consecuencia, que se pueda asegurar el acceso de profesionales y pacientes a Tecnología Sanitaria de calidad.

En caso de no aplicarse medidas eficaces e inmediatas, esta situación podría acarrear importantes complicaciones para el normal funcionamiento de los centros sanitarios, pero también para las compañías de Tecnología Sanitaria debido, fundamentalmente, a la falta de viabilidad económica de los contratos vigentes con las administraciones públicas. Se trata de un aspecto clave, si se tiene en cuenta el rol estratégico de esta industria como proveedor de equipamiento y productos sanitarios que son indispensables en la prevención, diagnóstico y/o tratamiento de enfermedades.

Por ello, a la par que continúan trabajando para minimizar los efectos de esta situación, las empresas del Sector de Tecnología Sanitaria solicitan la puesta en marcha de un ‘plan de choque’ que ofrezca soluciones a la actual problemática, tanto en el ámbito productivo como el económico-financiero. Para Margarita Alfonsel, secretaria general de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria, Fenin, “el actual entorno macroeconómico hace de este plan de choque un factor clave para asegurar el acceso al conjunto de tecnologías y terapias que tan grandes beneficios aportan a los pacientes y a la población”.

El actual entorno macroeconómico hace de este plan de choque un factor clave para asegurar el acceso al conjunto de tecnologías y terapias que tan grandes beneficios aportan a los pacientes y a la población

Margarita Alfonsel, secretaria general de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria

Además de garantizar la disponibilidad de materias primas y componentes electrónicos, entre las medidas propuestas por este Sector se encuentran el establecimiento de mecanismos de indexación de costes en los contratos públicos que aseguren su equilibrio económico-financiero, así como bonificaciones fiscales que ayuden a minimizar el impacto que la inflación está teniendo en el sector.

En 2015, la Ley de Desindexación de la economía española cambió el mecanismo tradicional de la contratación pública, al desvincular desde entonces los precios de los contratos a la evolución del IPC. Esto provocó que los precios de los servicios o productos que contrataban las administraciones pasaran a ser fijos, situación que en un entorno extraordinario y extremo como el actual está poniendo en riesgo la viabilidad de algunas compañías que contratan con los servicios de salud. La espiral inflacionista actual que ha llevado al IPC a situarse en el 10,2% (datos de junio), podría desembocar en la falta de viabilidad económica de muchos contratos con las administraciones públicas.

La secretaria general de Fenin recuerda que “no hay que olvidar que la propia Ley señala que el uso de la indexación debe ceñirse a casos en los que sea necesario y eficiente; en particular, vinculando la evolución de los precios a la de los costes de su producción”. Por ello, Alfonsel incide en que “es prioritario el diseño de nuevos modelos de adquisición de Tecnología Sanitaria que contemplen la evolución de los costes en los contratos públicos, con el fin de adecuarlos a los incrementos que se están produciendo y a las potenciales reducciones de costes que se puedan producir”.

Actualmente, esta indexación ya se está empleando en contratos de obras públicas, por lo que el Sector de Tecnología Sanitaria recuerda la importancia de que también se aplique en contratos de suministros y servicios sanitarios, ya que impactan directamente en la salud de la población y en un correcto funcionamiento de la actividad asistencial.

IVA reducido para productos sanitarios

Junto a la vinculación de los precios de los contratos al IPC, otras de las medidas paralelas —pero complementarias— que proponen las empresas de Tecnología Sanitaria para optimizar los recursos del sistema y la prestación sanitaria es la de establecer un IVA reducido para todos los productos sanitarios. Una medida que ya es posible desde el pasado mes de abril tras la publicación de la directiva europea 2022/542, que avala la aplicación de tipos reducidos de este impuesto en los productos sanitarios en los Estados miembros de la Unión Europea al tratarse de bienes que cubren “necesidades esenciales”.