Ramiro Gil, secretario de organización de Alternativa Republicana, y dos vecinas de Madrid protestando,

Ramiro Gil, secretario de organización de Alternativa Republicana, y dos vecinas de Madrid protestando, R. G. / Reuters

Sociedad #CoronaCiao

Ramiro, el 'jefe' de la cacerolada contra Juan Carlos: "La Casa Real se cava su tumba"

El secretario de organización de Alternativa Republicana dice que la protesta es por los millones 'sucios' del emérito y contra la monarquía "en sí misma".

20 marzo, 2020 02:48

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"La gente gritó vivas a la República, sacó la tricolor al balcón e incluso algunos pusieron el himno de Riego. El resultado nos ha sorprendido gratamente e indica un cambio de mentalidad: la sociedad española está indignada con el papel de la Casa Real". Al otro lado del teléfono habla Ramiro Gil Morel, secretario de organización de Alternativa Republicana. La formación que dirige este barelonés de 35 años ha sido la principal impulsora de la cacerolada que el miércoles a las 21 horas contraprogramó el mensaje excepcional del rey Felipe VI por la crisis del coronavirus y resonó en toda España.

La protesta, con el mismo formato que la de ese mismo día por la mañana, fue el rugido del pueblo que reclamaba a Juan Carlos I la donación a la sanidad pública de los 100 millones de dólares que el rey de Arabia Saudí le había ingresado a través de una fundación offshore por mediar en las obras del AVE a la Meca. Pero también algo más: el partido republicano pretendía subir la intensidad de la iniciativa, conducirla al terreno político: "Nuestro objetivo era protestar contra la monarquía en sí misma y pedir la República ya", explica Gil a este periódico desde su casa, en un pueblo de la provincia de Lleida.

Este mismo martes, poco tiempo después de que Felipe VI anunciase para la noche siguiente su comparecencia ante la nación, Alternativa Republicana lanzó un comunicado llamando a la rebelión estruendosa contra la Casa Real por sus "turbios asuntos de corrupción", amortiguados por la grave situación sanitaria en la que está inmersa el país ¿Pero por qué dar golpes a las ollas? ¿Por qué no otra cosa, como reproducir al unísono el himno de la Segunda República? "Al estar todos confinados, no podemos manifestarnos en la calle. Pero pensamos que sí podíamos hacer ruido, y de ahí la cacerolada", relata el 'jefe' del movimiento bautizado como #CoronaCiao.

Cacerolada contra el Emérito: que done los 100 millones

El alboroto proferido con el menaje de cocina fue la respuesta social a las informaciones que en las últimas jornadas han sacudido el Palacio de la Zarzuela, sobre todo la revelación de los más de 60 millones de euros saudíes con los que fue congraciado el emérito. A esto se ha sumado el hallazgo del nombre del Rey como beneficiario de un dinero que la gente está reclamando para ser empleado en la producción de material sanitario ahora que es tan necesario, y sus consecuencias: la renuncia a la herencia personal y la retirada de la asignación económica de Juan Carlos I que hasta ahora contemplaban los presupuestos de la Casa Real. Esto último fue anunciado a través de un comunicado y pocas horas después de que Pedro Sánchez decretase el estado de alarma en todo el país.

"Veníamos de varios días escuchando estas noticias sobre los millones evadidos a las que se sumó una nota explicativa que nos pareció fuera de lugar por el momento. Por eso pensamos que había que hacer una protesta de algún tipo", detalla Ramiro Gil. "Fue bastante improvisada, pero hemos obtenido un resultado inesperado". Miles de casas de Galicia, País Vasco, Cataluña, Madrid, Valencia y otros tantos rincones de España abrieron sus ventanas o balcones a las nueve de la noche y aporreraron los cazos durante siete minutos, mientras Felipe VI decía que de la crisis del coronavirus iba a brotar "una sociedad más comprometida, más solidaria, más unida".

Desde la formación republicana denuncian la "falta de transparencia y de franqueza" de Felipe VI a la hora de gestionar la patata caliente que le brindó su padre, de la que tenía conocimiento desde hace más de un año. Pero más que eso, la llama que prendió la indignación ciudadana fue un nuevo y oscuro episodio relacionado con la fortuna del Rey emérito. "Los ciudadanos, a través de las redes sociales, piden a la Casa Real que obligue a Juan Carlos de Borbón a donar a la sanidad pública los millones de euros recibidos de Arabia Saudí. Este dinero contribuiría a paliar la falta de material clínico y equipos sanitarios y ayudaría a frenar el coronavirus cuanto antes", se decía a uno de los mensajes virales que se difundieron por las redes sociales.

Incluso desde el Gobierno, a través de su vicepresidente Pablo Iglesias, se ha justificado la cacerolada como la respuesta de muchos españoles enfadados por los negocios opacos de Juan Carlos: "Cuando la gente quiere manifestar cívicamente, respetando, por supuesto, las condiciones del estado de alarma, su indignación ante situaciones que han molestado a muchos ciudadanos, este Gobierno siempre va a defender la libertad de expresión", ha asegurado. "La cacerolada, sin duda, la merece él", le ha respondido Santiago Abascal a través de Twitter.

"El Preparado"

Además de los efectos del fuego amigo, las críticas han apuntado a Felipe VI por su forma de gestionar la crisis. ¿Por qué no haber renunciado a ser el beneficiario del dinero ingresado en la offshore cuando tuvo conocimiento? ¿Por qué rehusar la herencia de su padre el día que España se adentraba en un escenario caótico? ¿Por qué no aprovechar el mensaje a todo el país para pedir perdón por los tejemanejes de su antecesor en el trono? Todas esas preguntas las lanza Ramiro Gil.

"Mis compañeros y yo le apodamos el Preparado en plan cachondeo", desvela. "Estamos viendo que tiene las mismas amistades que su padre y están saliendo a la luz sus relaciones con regímenes corruptos. No se no está explicando qué pasa en la Casa Real. Al ser una institución tan opaca nos resulta muy difícil saber la verdad sobre Felipe, conocer sus trapos sucios. La propia Casa Real esta cavando su propia tumba con sus actuaciones".

Una vecina de Pamplona, protestando contra el rey Juan Carlos I.

Una vecina de Pamplona, protestando contra el rey Juan Carlos I. Efe

Para el secretario de organización de Alternativa Republicana el comportamiento de Felipe VI en relación con la oscura fortuna que le había legado Juan Carlos es el de "echar balones fuera": "A los ciudadanos este mensaje no nos ayuda y está fuera de lugar en un momento en que la Casa Real esta rodeada por corrupción", valora en relación a la comparecencia televisiva del monarca. "Les ayudaría un ejercicio de sinceridad, pero están metiendo la pata cada vez más: su mensaje es contradictorio y cuando alguien que se supone que debe dar ejemplo no lo da, pierde toda la credibilidad. Quizá la institución ya no dé más de sí".

—¿Qué pasaría si hoy en día se llevase a cabo un referéndum en el que los españoles tuviesen que elegir entre monarquía o república?

—Es curioso pero hace tiempo que el CIS no pregunta sobre la monarquía. Según los últimos sondeos extraoficiales, la opción republicana ganaría por un estrecho margen. Al menos sería bueno tener un debate público —como no se hizo durante la Transición y sí hicieron otros países como Portugal o Grecia tras sus dictaduras— que siempre se le ha coartado a la sociedad. Hoy en día la Casa Real no actúa de la forma transparente que reclama un régimen democrático.

Un nuevo terremoto ha sacudido la Zarzuela en plena emergencia sanitaria, con el país parado por una epidemia que ya se ha cobrado la vida de más de 800 españoles. El Covid-19 terminará derrotándose, pero los más ácidos ya han desplegado sus metáforas por las redes sociales, fantaseando con un escenario en el que la emergencia sanitaria y las corruptelas de Juan Carlos se traduzcan en el fin del "virus de la Corona".