El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha despertado de su sueño de agotar la legislatura. Lo ha tenido que hacer después de que los mismos separatistas que le encumbraron hayan cortado el grifo de los escaños y tenga que convocar elecciones generales. Este viernes ha confirmado que la fecha definitiva que es el 28 de abril: el día en el que se celebra San Pánfilo. 

Que pánfilo sea, además, una palabra de la lengua con un significado tan particular da para más de una coincidencia. Según el Diccionario de la RAE, alguien que es pánfilo es cándido, bobalicón y que tarda en obrar. Y aquí hay para todos.

¿Acaso uno no es por definición cándido, simple e ingenuo cuando deposita un voto en una urna? La fiesta de la democracia tiene esa particularidad que obliga a uno a pecar de cándido cuando simplifica la complejidad de las ideas propias para comprar el argumentario de uno u otro color. Es inevitable y todos tienen su parte de pánfilos y la tendrán sobre todo el día de San Pánfilo. 

Pero no todo va contra los votantes. Se puede decir también que Pedro Sánchez es un pánfilo. No por lo de bobalicón, que eso ya para gustos, sino por la acepción de “tardo en obrar”. Es decir, que va tarde. Y aunque Sánchez quisiera agotar la legislatura en el calor de la Moncloa, lo cierto es que durante la moción de censura contra Rajoy anunció que su intención era la de convocar elecciones cuanto antes. Desde entonces ya va pánfilo.

Que Sánchez va tarde es una de las principales reclamaciones que se le ha hecho desde el primer momento en el que dejó de ser y empezó a tener oposición. Lo han repetido hasta la saciedad y se lo ha dicho hasta Nicolás Maduro cuando el Ejecutivo español exigió comicios en Venezuela. "Convócalas tú", le sugirió el presidente Maduro. Que Pedro Sánchez es un pánfilo era uno de los principales motivos de la manifestación celebrada el pasado domingo en Colón. 

Un socialista auténtico

Pero chascarrillos del lenguaje a parte: San Pánfilo fue un personaje histórico que tiene algo de socialista de la época. Su nombre real era Pablo de Cesárea y vivió entre los siglos III y IV. Se sabe poco de él porque una biografía que le escribió Eusebio -el padre de la historia de la Iglesia- se perdió. 

Venía de una familia de nobles, recibió una buena educación pero abandonó todas sus pertenencias y se las regaló a los pobres para estudiar la palabra de Dios. San Pánfilo era, de algún modo, un socialista auténtico, y un adelantado a su tiempo. Entre lo que más destaca de él es que transcribió en numerosas ocasiones la Biblia. Pero vivió en una época en la que se perseguía a los cristianos y fue martirizado en el año 309. 

La opción de celebrar las elecciones el día de San Pánfilo no era la única alternativa, de todas formas. Aunque con menos peso, también se barajaba ir a las urnas el día 14 de abril, que en España no es una fecha corta de simbolismo. Es el día que se proclamó la Segunda República en 1931 después de las municipales que sacudieron todo. Sin embargo, votara cuando se votara uno de por sí ya es pánfilo, pero queda más resguardado al hacerse el día del patrón de todos los pánfilos.