Almeida, durante la inauguración del campo en el Ensanche de Vallecas.

Almeida, durante la inauguración del campo en el Ensanche de Vallecas. Foto: PP

La Jungla / Social

El alcalde de Madrid José Luis Martínez Almeida la vuelve a liar... ahora con un balón de rugby

3 noviembre, 2022 21:42

Al alcalde de Madrid se le sabe aficionado del deporte. Seguidor confeso del Atlético de Madrid es un apasionado del golf, al que juega menos de lo que le gustaría pero en el que es amateur con un solo dígito de hándicap. Todo lo anterior, sin embargo, no ha podido impedir que José Luis Martínez Almeida se haga más famosos por sus errores deportivos que por sus aciertos. el último, en la tarde de este mismo jueves.

Si fue en febrero de 2020 cuando el alcalde de la capital saltó a la fama deportiva por un penalti fallado (¿?), será en este 3 de noviembre de 2022 cuando se confirme que el juego de pies no es lo suyo.

Horas antes de acudir a la gala de entrega de premios de Los Leones 2022 que entrega el periódico EL ESPAÑOL, Almeida asistió a la inauguración del Campo de Rugby Las Leonas en el Ensanche de Vallecas. Decidido como siempre, agarró el oval y se dispuso a dar un tiro a palos como acto honorífico de inauguración. La mala suerte, y ya van tres veces, quiso que el balón saliera en la dirección equivocada.

Golpe a bocajarro en la cara de un cámara y en todo el equipo. Nadie salió herido ni ningún objeto dañado, así que las risas culminaron una situación de la que el alcalde empieza a ser un clásico para las tomas falsas.

No ha sido esta la primera vez que el alcalde ha tenido que disculparse en un terreno de juego durante un acto oficial. La primera vez, que corrió como la pólvora en redes sociales, fue en febrero de 2020, cuando Almeida dio un pelotazo a un niño mientras lanzaba un penalti para inaugurar otra instalación municipal de la capital.

Su leyenda negra deportiva terminó de confirmarse en junio de 2021. Durante un acto promocional en el Wanda Metropolitano, el estadio de su Atlético de Madrid, el alcalde se enfrentó otra vez a a la pena máxima desde los 11 metros. En aquella ocasión el penalti no fue contra la cara de un niño, sino contra otro cámara que acabó riéndose mientras su compañero, que lo había grabado todo, le decía entre risas que "te dije que te borrases de Podemos".