Eva durante su ingreso en el hospital sevillano

Eva durante su ingreso en el hospital sevillano Facebook

La Jungla / Social

El alegato por la sanidad pública española de una embarazada: "No sabemos la suerte que tenemos"

En La Jungla. Una onubense embarazada de gemelos reivindica la necesidad de luchar por un sistema en el que nuestro país es una referencia.

5 febrero, 2019 03:24

Eva ha estado cinco días ingresada en el Hospital Universitario Virgen de Valme, en Sevilla. Está embarazada de gemelos y sus hijos corrían peligro. Cuando le dieron el alta, esta onubense no solo sintió el alivio del que se ve de nuevo en casa y a salvo, sino también la necesidad de lanzar un alegato a favor de la sanidad pública que no ha tardado en hacerse viral desde su muro de Facebook

"Las atenciones que he recibido y la eficacia de los profesionales me han hecho pensar en lo poco conscientes que somos de lo que tenemos, y en la necesidad de mantenerlo", explica Eva a EL ESPAÑOL. Por eso, en el post que publicó el pasado 30 de enero -compartido más de 12.000 veces-, pide que los pacientes sepan cuánto han costado las pruebas y los tratamientos de los que se han beneficiado tras su paso por el hospital.

"Me habría encantado recibir también la factura de todo lo que no he pagado", escribía, añadiendo que "no somos conscientes de la suerte que tenemos y de la necesidad de luchar por que no nos arrebaten este sistema". Ella querría haberse llevado a casa el detalle de todos los gastos que ha originado su paso por el hospital para tomar conciencia y que "las concentraciones las hiciéramos por motivos como no perder poco a poco esto que tenemos en lugar de esperar a futbolistas en las puertas de la Agencia Tributaria".

1.000 euros por un día en la UCI

En concreto, detalla, "he tenido a mi disposición 24 horas celadores que me llevaban (...), auxiliares de enfermería y enfermeras que venían a verme cada tres horas (...). Había un botón sobre mi cama por si necesitaba llamarlas entre visita y visita -tuve que hacerlo un par de veces de madrugada y no tardaron ni dos minutos-. (...) Ginecólogos que me han ido controlando las ecografías -tres al día-, obstetras que trabajan con ellos para comparar visiones y explorarme por dentro -dos veces al día-".

Además, sigue enumerando, ha contado con "matronas que controlaban mis contracciones en monitores tres veces al día, que me daban consejos y me enseñaban a tranquilizarme" y con "comida especial para mamá gemelar -cuatro veces al día-". No se ha olvidado de las medicinas, el suero, las inyecciones, las pastillas ni las pruebas de laboratorio. Tampoco del servicio de habitaciones, de las sábanas, las toallas y los pijamas limpios: "Y, por supuesto, quirófano listo por si hacía falta cesárea de urgencia".

Eva reivindica un desglose de todo lo que habría tenido que pagar al contado si no existiera la sanidad pública. Una tarea que realiza con discreción la Red Española de Costes Hospitalarios, un colectivo formado por médicos de toda España dedicados a calcular, analizar y documentar el paso de los pacientes por los hospitales. Desde el precio de las comidas hasta el coste de las intervenciones. 

Los datos que recopilan anualmente los hace públicos el Ministerio de Sanidad, añadiendo los números de unos 80 hospitales españoles y realizando las medias. Así, por ejemplo, sabemos que un parto vaginal vale 2.296 euros frente a los 4.087 que cuesta la cesárea. Los procesos con mayor coste medio son el de un neonato con bajo peso y procedimiento quirúrgico mayor (89.624 euros) y el trasplante de corazón y pulmón (65.847 euros).

Además, también sabemos que el coste medio de un ingreso en nuestros hospitales públicos supera los 5.000 euros y que cada día en la UCI cuesta unos 1.000 euros, mientras que la estancia en habitaciones de planta supone entre 300 y 400 diarios por persona. 

"Otra inmigrante que viene a parir gratis a España"

Lo que Eva no imaginaba cuando escribió su alegato es que mucha gente no entendería qué quería decir realmente con "la factura de todo lo que no he pagado". Consciente de que la sanidad pública se mantiene gracias a los impuestos que se pagan en nuestro país, ha estado encajando decenas de insultos -muchos de ellos racistas-, de personas que creen que "esta no tiene nómina y por eso dice que todo es gratis". 

"A mí me quitan dinero todos los meses para que venga gente como tú a aprovecharse de nuestra sanidad", "esta tía es otra inmigrante que viene a parir a España" o "vuelve a tu país, guapa" son algunos de los descalificativos que ha tenido que leer. "No han entendido lo que digo", se defiende. Considera que piensan que "alego que la sanidad es gratis" y que "no saben de dónde sale la inversión económica para la sanidad". También, apunta, hay mucho "racismo" y por eso "creen que soy extranjera y me echan en cara aprovecharme de lo que ellos creen que pagan y yo no"

Sin embargo, lejos de cambiar de opinión o retractarse, nos confiesa que "no basta con una factura simbólica para concienciarnos". Para ella también sería importante "dejar de colapsar el sistema como usuarios, no entrar en Urgencias y decir 'yo pago, tú me atiendes' a un profesional que, por los recortes, lleva 24 horas trabajando. Hay muchos frentes abiertos. La educación ciudadana es primordial en este aspecto". 

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