Pío II

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La Jungla / Social

Pío II, el papa que tuvo hijos y que escribió literatura erótica

En la Jungla. Pío II fue un Papa del Siglo XV que tuvo una vida y obra algo atípica para ese cargo eclesiástico. Mantuvo relaciones con amantes, tuvo hijos y hasta escribió su autobiografía. Y no solo eso, también dejó escrita una novela erótica.

21 septiembre, 2018 12:22

La vida de un Papa comienza con la fumata blanca y termina cuando le llega el momento de partir hacia la otra vida; o renuncia, como en el caso excepcional del Papa Benedicto XVI. Por lo general son personas consagradas al oficio eclesiástico que huyen de gran parte de las experiencias que el resto de los mortales asumimos como "comunes". Los Papas no mantienen relaciones con mujeres, tampoco tienen hijos; toda su obra literaria se mantiene dentro de una temática acorde con los dictámenes de la Iglesia Católica; y no dejan para la posteridad textos que en su momento (y ahora) podrían considerarse obscenos. Pío II rompió moldes allá por el Siglo XV.

Pío II, cuyo nombre de nacimiento era Eneas Silvio Piccolomini, nació en Italia en 1405. Como hombre del Renacimiento que era, abrazó las artes ya desde muy joven convirtiéndose en escritor y humanista. Pese a que la Historia le recuerda principalmente por su periodo papal, Eneas no fue ordenado sacerdote hasta 1446; de ahí que llevase una vida alejada de la Iglesia hasta bien entrada la edad madura.

Durante los más de 40 años que Eneas vivió fuera de las fronteras eclesiásticas este renacentista dedicó su pasión a la literatura mientras desarrollaba su carrera en la jerarquía de la Iglesia como orador, secretario y diplomático. Eneas cursó estudios jurídicos, lo que le sirvió para ganarse la vida trabajando para los jerarcas sin ser sacerdote.

Dado que la mayor parte de la vida de Pío II transcurrió fuera de la Iglesia este transformador Papa abrazó la mentalidad abierta de la época y mantuvo relaciones con multitud de mujeres sin llegar al matrimonio. Fruto de dichas relaciones, Eneas tuvo al menos dos hijos, el segundo con una mujer que estaba casada. Normal que con esa vida tan alocada su faceta literaria se empapara de libertinaje y escribiese una novela que ya en su momento podía considerarse erótica: Historia de dos amantes. La obra fue un auténtico bestseller para la época. Puedes leerla traducida en Wikisource.

Página original de Historia de dos amantes

Página original de Historia de dos amantes Wikimedia

Historia de dos amantes narra las aventuras y desventuras entre Euríalo (un cortesano del Duque de Austria) y Lucrecia (la mujer de un noble rico). La novela está narrada intercalando cartas enviadas entre sí por los amantes y la acción propia de la historia. Cuenta de forma detallada el romance y cómo ambos burlan al marido de Lucrecia para conseguir varios encuentros amorosos. El tono de la novela es en todo momento didáctico, tratando de mostrar las consecuencias del libertinaje y las relaciones extramaritales. No obstante, las situaciones y la narrativa causaron gran revuelo en la época llegando a influir en numerosas obras posteriores.

Eneas Silvio Piccollomini fue ordenado sacerdote en 1446 y, tras una carrera meteórica, se convirtió en Ovispo de Trieste en 1447, ascendió a Arzobispo de Siena en 1449 y a Cardenal Presbítero de Santa Sabina en 1456. Tras el cónclave de agosto de 1958 Eneas se convertía en el Papa Pío II.

Tras convertirse en Papa Eneas no tuvo más remedio que renunciar a todo lo que había escrito antes, especialmente a Historia de dos amantes. Lo hizo a través de una carta, una de las epístolas que forma parte de sus Opera Omnia, la número CCCXCV, En ella pidió explícitamente que se dejara darle más importancia a su faceta de escritor que a la pontificia; en la época no se entendió la moralidad de la historia ya que aquello que destacaba eran las escenas de adulterio. En la citada Opera Omnia CCCXCV Pío II escribió:

"... En aquel librito hay dos cosas, a saber, una historia de amor atrevida, pero ¡ay! muy obscena y provocativa y la moral que le sigue como consecuencia, dando así ejemplo. Veo que muchos insensatos se equivocan al pretender lo primero; lo segundo, ¡qué lástima!, casi ninguno".

Parece que el Siglo XV tampoco se distanciaba demasiado del actual...