Un tipo regalando metal

Un tipo regalando metal

La Jungla / Social

Un tipo regalando metal y otras cosas raras que te puedes encontrar en EE.UU.

En La Jungla. Las cosas que pueden encontrarse en los patios de EE.UU. son verdaderamente sorprendentes y para muestra estas que hay más abajo.

25 julio, 2017 19:09

Imagina que viajas a Nueva York en avión y llegas al aeropuerto internacional J.F.K. Pasas el control de pasaportes, te acercas hasta el mostrador de alquiler de coches y te entregan las llaves de tu coche desproporcionadamente grande. Sales del aeropuerto y cruzas una zona residencial llena de las casitas esas que estás acostumbrado a ver en las sitcoms americanas. Pero de repente, antes de coger la autopista ves a este individuo repartiendo metal.

A pesar del cartel, y con toda la emoción que te embargaba por haber encontrado alguien que regalase cobre en lugar de robarlo, este buen americano está regalando música metal. En concreto, está tocando Seek and Destroy de Metallica y no lo hace del todo mal.

No es el único que aprovecha el patio

Después de disfrutar de tan agradable melodía decides continuar con tu viaje, aunque te detienes un momento al ver una muchedumbre haciendo cola para entrar dentro de un patio posterior. Decides acercarte a ver qué hay de bueno ahí dentro y, oh sorpresa, una montaña rusa.

Después de ver lo bien que se lo pasan los niños, y desear tener 5 años otra vez, continuas con tu viaje pero los ruidos y chapoteos de la casa de al lado te llaman la atención. "Ya que he parado, voy a ir a mirar" piensas. Cuál es tu sorpresa al ver el parque acuático más pequeño, casero, improvisado y, posiblemente, inseguro de la costa este.

Horas después de disfrutar de estos parques de atracciones improvisados decides continuar con tu viaje. Unos momentos más tarde te llama la atención un niño empujando una carretilla llena de tierra y decides seguirlo con la mirada. Vacía la carretilla en un montón de tierra bastante considerable y, comido por la curiosidad, te acercas a ver qué hace.

Resulta que el chaval lleva un año haciendo un túnel subterráneo por el simple placer de hacerlo y como se puede ver en las imágenes no lo hace nada mal. Se queja, eso sí, de que su hermano no le ayuda y no puedes evitar pensar a dónde habría llegado de lo contrario.

Una vez vuelves a tu coche, un pensamiento sacude tu cabeza: "La América profunda está más cerca de lo que parece". Y eso que aún no has cogido la autopista.