Belén con elementos de la ciudad de Sevilla como el arco de la Macarena o las casetas de Feria.

Belén con elementos de la ciudad de Sevilla como el arco de la Macarena o las casetas de Feria. E.E.

Sevilla

La fiebre del Belén traspasa fronteras: una familia viaja desde Viena a Sevilla para comprar el Misterio perfecto

Los vendedores aprecian que el interés por los belenes "va a más" cada año, así como que los turistas franceses y americanos son "muy compradores".

23 diciembre, 2023 05:45

Más de 2.700 kilómetros son los que separan Sevilla de la capital de Austria, Viena. Un vuelo de casi tres horas y media que llevó a cabo una austríaca para comprar un belén del que se enamoró a través de Instagram.

"Habló con nosotras por redes sociales", cuenta a EL ESPAÑOL Sandra, la tercera generación de belenistas de la familia Pichardo. "Le gustaron tanto nuestros belenes que se compró un vuelo y vino a comprarlo".

Una vez en Sevilla, la mujer dijo a las dueñas del negocio que "su presupuesto era de 1.500 euros", lo que permitió a la vienesa volver a Austria con "el misterio y los Reyes Magos con sus pajes". Días más tarde, la familia Pichardo narra con alegría que ya han podido ver el belén en este hogar austríaco gracias a las fotos que ella les manda.

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Esta clienta de Viena visitó el puesto de Pichardo en la Feria del Belén que este año, como los treinta anteriores, ha conquistado la Avenida de la Constitución. Este sábado los puestos echarán sus cortinas hasta el 2024 con la satisfacción de ver los estantes casi vacíos.

Este año, la feria empezó el 28 de octubre, algunas semanas antes de lo habitual debido a la celebración del Congreso Internacional de Belenistas. Esta convención se celebró en Sevilla entre el 29 de octubre y el 5 de noviembre con motivo del octavo centenario del primer belén que montó san Francisco de Asís, que, por ello, es patrón de los belenistas.

Por este motivo, señala María Pichardo, se han visto "muchos extranjeros" por la feria, dado que han viajado hasta Sevilla para participar en el Congreso. Esta mujer, que representa a la segunda generación a cargo de Pichardo, apunta que "franceses, alemanes y sudamericanos" son "muy compradores".

Así, señala que desde su puesto han mandado belenes hasta California (EE.UU.), México y República Dominicana, donde vive un cliente que "todos los años viene" a la feria del belén para añadir un nuevo adorno a su nacimiento.

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Frente a esta caseta se ubica la de Jorge Antequera, por donde también han notado la afluencia de clientes extranjeros. Eli, que se sienta tras el mostrador, también ve a los franceses como grandes compradores, aunque "este año" los Estados Unidos han competido por ese título.

Hasta Norteamérica han viajado "misterios grandes y caros", productos de artesanía que sirven como punto de inicio a la tradición de montar el portal de belén.

María, dependienta en San Juan Bosco, ve por su parte que los extranjeros "compran porque les llama la atención" la estética de los belenes y también el trabajo artesano que se esconde tras las figuras y demás objetos que complementan la representación. A sus ojos, muchos optan por comprar algún personaje del belén a modo de "recuerdo de Sevilla". 

La tradición continúa

Los Pichardo llevan 72 años regentando su negocio de la calle Javier Lasso de la Vega, por lo que han podido ver cómo evolucionan las tendencias en el mundo del belenismo, y evaluar si la tradición está a salvo. Por su parte, María Pichardo puede afirmar que se "sigue con la tradición, gracias a Dios" y no solo eso, sino que el uso de montar un portal de belén "va a más"

Tras la costumbre de montar el nacimiento, sea en su modo más reducido, el Misterio, o con mayor número de personajes y adornos, es una tradición que se transmite de generación en generación.

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Así, los regentes de las casetas en la Feria del Belén pueden ver cómo "vienen los abuelos con sus nietos" a continuar con una de las costumbres navideñas más arraigadas en la sociedad española.

No es de extrañar, por tanto, que las líneas infantiles sean de las más vendidas. Es lo que ocurre en San Juan Bosco, que este año ha dado salida a sus belenes y figuras con diseño infantil, mientras han quedado atrás los misterios artesanos clásicos.

En este negocio, además, ha habido un claro ganador en cuanto a ventas: "el cagón y la cagona", de los que apenas ha quedado un ejemplar en el estante. 

Es lo contrario de lo que ocurre en Pichardo, donde lo más vendido cada año son "los misterios buenos de barro", aunque los siguen los "pastores, mesitas y complementos" como el serrín o el musgo que se incluye en los portales para darles un mayor realismo. 

Precisamente esos accesorios son los que triunfan en el puesto de Jorge Antequera, que se diferencia por sus productos "de naturaleza", como "ríos, fuentes y árboles".