Juan David, padrastro, cargando con el cuerpo del fallecido Lucca, junto a Bárbara, de camino a la Caseta de la Playa Marina de La Torre en Mojácar (Almería), donde fue hallado el cuerpo sin vida del niño.

Juan David, padrastro, cargando con el cuerpo del fallecido Lucca, junto a Bárbara, de camino a la Caseta de la Playa Marina de La Torre en Mojácar (Almería), donde fue hallado el cuerpo sin vida del niño. Guardia Civil

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El padrastro de Lucca, el niño de 4 años violado y asesinado en Almería, dice que murió por un brebaje en un "ritual yoruba"

La autopsia indica que "la causa de la muerte fue provocada por un derrame intestinal" y que el menor sufrió una "agresión sexual con penetración".

Más información: El audio que Bárbara, detenida por matar a su hijo de 4 años en Almería, envió a su padre antes de inculparse: "Intenté salvarlo".

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El presunto asesino de Lucca, el niño de 4 años hallado muerto en una playa cercana a la localidad almeriense de Garrucha, ha presentado un escrito en el Juzgado de Vera indicando que el menor no fue asesinado, sino que fue "víctima de un ritual de sanación fallido".

EL ESPAÑOL ha tenido acceso al atestado de la Guardia Civil sobre la muerte violenta del menor, ocurrida el pasado miércoles 3 de diciembre.

Juan David R. C., padrastro del niño, sostiene que la culpa de la muerte de Lucca fue resultado de las creencias en santería de la propia madre de Lucca: Bárbara Ysmar B. O. Ambos se encuentran en prisión provisional sin fianza desde el 6 de diciembre.

Cabe recordar que Juan David no era el padre biológico del niño y que tenía vigente una orden de alejamiento por malos tratos sobre el menor y sobre Bárbara. Este había ejercido violencia de género sobre la mujer y doméstica sobre el niño.

Juan David argumenta que las creencias de la mujer en la santería, la brujería y la religión yoruba le llevaron a ejercer ritos santeros sobre su hijo, agravando los problemas de estómago que el niño padecía al administrarle "un brebaje" durante un supuesto "ritual de sanación".

Bárbara Ysmar junto a su hijo Lucca.

Bárbara Ysmar junto a su hijo Lucca. RRSS

"El menor llevaba entre siete y 10 días enfermo del estómago, su madre acudió a un curandero o a un santero, para recurrir a la medicina natural en vez de llevarlo a un centro de salud", según Manuel Martínez Amate, abogado que lleva la defensa de Juan David.

Maldiciones y brujería

Bárbara "achacaba su malestar a los malos espíritus y las maldiciones". "Incluso le llegó a manifestar que Lucca estaba sufriendo brujería", explica el letrado a EL ESPAÑOL.

Por ello, Martínez Amate avanza que va a solicitar al juez que se localice al curandero con el que Bárbara ejercía estas prácticas a las que, según el escrito de su cliente, supuestamente sometió al menor hasta provocarle la muerte. También solicita un análisis detallado de la autopsia del aparato digestivo del menor "para determinar si se le administró algún tipo de medicina natural o brebaje".

Juan José, dueño del quiosco en el que trabajaba Bárbara, recibió varios mensajes de voz de Juan David durante la tarde del crimen. Éste le decía que "no encontraba a Bárbara ni al niño", así como que "la mujer lo mandó a la iglesia a por agua bendita".

"A mí no me contesta, estoy preocupado. [...] Estoy muy estresado, no aparece", dice Juan David en estos audios, recibidos alrededor de las 20 horas del 3 de diciembre. "He salido a caminar a ver si la veo", agrega. A las 23 horas recibió el último mensaje de voz de Juan David: "Estoy aquí en la Guardia Civil".

Sin embargo, Juanjo el quiosquero, quien afirma abiertamente ser santero y practicar la religión yoruba, denuncia que "lo que han hecho no es santería, es un asesinato". Y sospecha que ambos estaban juntos en aquel momento y que se trata de "una coartada".

La religión yoruba es una tradición espiritual de origen africano, cuyos ritos se basan en la relación entre los seres humanos y los orishas, deidades que representan fuerzas de la naturaleza. Sus ceremonias incluyen ofrendas de alimentos, cantos, rezos, danzas y el uso de tambores sagrados. Estos rituales buscan el equilibrio espiritual, la protección y el bienestar de la comunidad. Tal y como explica Juanjo en conversación con este diario.

A pesar de que el quiosquero aseguró no tener conciencia de la situación que estaba aconteciendo, los agentes procedieron a su arresto al encontrar "una serie de contradicciones y otras incoherencias" en su versión de los hechos, que "infieren que esta persona podría ser conocedor y estar ocultando datos", según indica el atestado de la Policía Judicial.

Antecedentes de maltrato

El pasado 6 de diciembre, Bárbara Ysmar B. O. y Juan David R. C. –madre del menor y pareja sentimental de la mujer, respectivamente– fueron ingresados en prisión provisional sin fianza como presuntos autores del asesinato de Lucca.

Bárbara Ysmar es una mujer venezolana de 21 años, ahora embarazada, que ya "había sido detenida e investigada, unos meses atrás, por haber maltratado a su hijo", según detallaron fuentes próximas a la investigación. Además, estas mismas fuentes aseguraron que "es toxicómana y tiene problemas con las sustancias".

Por su parte, Juan David, también de nacionalidad venezolana, llegó a Garrucha en junio de este año después de que Bárbara le pagase el visado. En Venezuela, el hombre tuvo otro hijo que también murió cuando apenas tenía un año de vida.

Ambos practicaban la santería.

Los cuidadores del menor no le llevaron al hospital por, supuestamente, no quebrantar la orden de alejamiento que prevalecía sobre la madre y sobre el fallecido. No obstante, los vecinos aseguran que vieron a Bárbara y Juan David "paseando al niño muerto por todo el pueblo". Además, este periódico ha tenido acceso a las imágenes que lo corroboran.

Juan David y Bárbara con el cuerpo sin vida de Lucca en brazos en el lugar en el que fue hallado el cadáver.

Juan David y Bárbara con el cuerpo sin vida de Lucca en brazos en el lugar en el que fue hallado el cadáver. Guardia Civil

La investigación, aunque todavía bajo secreto de sumario, apunta a que Lucca fue golpeado y violado hasta la muerte.

Según el atestado de la Guardia Civil, "la causa de la muerte fue provocada por un derrame intestinal", consecuencia de los golpes que recibió. De igual modo, la autopsia indica shock hipovolémico, desgarro hepático y politraumatismo intestinal, así como una "agresión sexual con penetración".

Además, el cadáver presentaba "múltiples lesiones, traumatismos y hematomas" por haber sufrido violencia física en momentos anteriores al día de su asesinato. Incluso se señala que fue golpeado "post-mortem".

Por su parte, el auto de ingreso en prisión dictado por el juez de la Sección Civil y de Instrucción número 4 del Tribunal de Instancia de Vera –municipio almeriense sobre el que ha recaído la causa– señala que Juan David "maltrataba y golpeaba" habitualmente al niño.

Además, esto se corrobora con los testimonios de los vecinos de Garrucha, que aseguran que "el niño acudía al colegio y al parque con moratones", incluso un día llegó "con el brazo roto".

"Una nueva vida"

En la mañana del 3 de diciembre, Lucca no acudió al colegio porque, presuntamente, estaba enfermo. El niño se quedó en casa –un piso patera– junto a Juan David, quien aprovecharía para abusar sexualmente del menor.

Mientras, alrededor de las 11 horas, la madre del niño acudió a un quiosco en el paseo del Malecón en el que había trabajado porque en su casa "no tenían cocina". "Ella ya no estaba trabajando, se estaba haciendo la comida", cuenta el dueño del local, Juan José, en conversación con este diario. Incluso asegura que "ella dejó la comida en el local".

Bárbara dejó de trabajar en el local porque "se iba a marchar de Garrucha para empezar una nueva vida". Además, el quiosquero ha señalado que la mujer "estaba mal de la cabeza", así como que el niño "tenía deficiencia intelectual y pesaba como mucho 10 kilos".

Sin embargo, no se descarta que la madre fuese testigo de los abusos que sufrió su hijo, ya que regresó al domicilio sobre las 12 horas, después de que Juan David le trasladase que el niño se encontraba "mal".

A este respecto, Martínez Amate, abogado defensor de Juan David, relata: "Bárbara estaba trabajando en el quiosco el 3 de diciembre y Juan David estaba al cuidado del niño, a las 15:30 horas, Lucca entró en una fase de trance y mi cliente llamó a su pareja para alertarla de lo que sucedía".

"Cuando ella llegó al piso, el niño murió. Entonces, Bárbara le pidió a Juan David que la ayudase a trasladarlo al búnker para tener un tiempo a solas con su hijo porque esa playa le gustaba al menor porque solía jugar allí". "Mi cliente lo llevó en brazos desde el domicilio hasta la Playa Marina de La Torre", expone el letrado sobre la versión de su representado.

Caseta de la Playa Marina de la Torre en Mojácar (Almería) en la que fue hallado el cadáver de Lucca.

Caseta de la Playa Marina de la Torre en Mojácar (Almería) en la que fue hallado el cadáver de Lucca. Cedida

El cadáver fue encontrado alrededor de las 23:30 horas por la Policía Local de Mojácar en la playa de Marina de La Torre en un antiguo búnker de la Guerra Civil, arropado "con una manta y un peluche de Stich". La localización pudo darse gracias a que Juan David les indicó específicamente que "mirasen dentro de la caseta".

Intento de huida

A las 3 horas de la madrugada levantaron el cadáver para llevarlo al Instituto Anatómico Forense de Almería, para realizarle la autopsia. Los informes señalan como hora estimada de la muerte las 15:30 horas del día anterior.

Durante la tarde de ese mismo día 3 de diciembre, las cámaras de una agencia de viajes de Garrucha grabaron a Juan David comprando unos billetes de autobús con destino Madrid. Los autores del crimen tenían previsto huir del pueblo, abandonando el cuerpo sin vida del menor en la caseta de la playa.

Juan David, padrastro del menor y pareja de Bárbara, en una agencia de viajes, comprando un billete de autobús para huir a Madrid.

Juan David, padrastro del menor y pareja de Bárbara, en una agencia de viajes, comprando un billete de autobús para huir a Madrid. Guardia Civil

Tras su detención, Bárbara B. se acogió a su derecho de no declarar. Sin embargo, fue la propia mujer quien acudió a la comisaría de la Guardia Civil para entregarse. Previamente, le envió un mensaje de voz a su padre exculpándose: "Voy a llamar a la policía. No me importa. Yo llamo a la policía y me entrego, porque en realidad yo no le hice nada".

Por el contrario, en las notas de voz que mandó a su pareja parece inculparse: "Perdón por arruinarte tu vida de esta manera, Juan", dice entre sollozos. Y agrega: "Yo sé que la mejor decisión habría sido haberte dejado en paz y que quedaras lejos de nosotros. Tal vez nada, nada de esto hubiera pasado".