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Drones, un barco nodriza iraní apresado y 42 rehenes libres: así se dirigió desde Rota la mayor cacería de piratas en el Índico

El jefe de la Operación Atalanta, el vicealmirante Ignacio Villanueva, narra la exitosa operación culminada esta semana por esta misión naval de la UE, fruto de un trabajo previo y de una coordinación milimétrica en la que la cooperación internacional y el intercambio de información a través de redes de Inteligencia son fundamentales.

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El primer ataque conocido tuvo lugar el 2 de noviembre, a 500 millas de la costa somalí. Fue una lancha rápida, con cuatro piratas a bordo, la que intentó aproximarse al atunero por la popa.

Pero el Intertuna 3, perteneciente a la armadora Albacora de Bermeo ya venía curtido desde hace muchos años: contaba con seguridad privada a bordo, que lanzó varios disparos a modo de advertencia que disuadieron a los atacantes.

A más de 9.000 kilómetros de distancia, en la sede principal del Cuartel General Operacional (OHQ) de la fuerza naval de la UE (EUNAVFOR) ya estaban encendidas las alarmas.

Comenzó así una labor de seguimiento durante varios días que ha culminado con la liberación de dos barcos secuestrados por un grupo de trece piratas, así como de sus 42 rehenes.

La operación, una de las más exitosas de Atalanta en los últimos tiempos, se ha orquestado desde la Base Naval de Rota (Cádiz), donde se encuentra la sede internacional de la EUNAVFOR.

Se trata de un enorme edificio, con personal militar de los 20 países que componen este organismo. Responsable, entre otras competencias en materia de seguridad marítima, de vigilar las 24 horas del día los 365 días del año los ataques piratas en el Océano Índico.

La piratería en la zona había permanecido estable en los últimos tiempos, pero ha vuelto a registrar episodios coincidiendo con el fin del monzón y la mejora de las condiciones del mar.

"En la zona hay dos épocas de monzones. Uno menor, de enero a marzo, que es más suave y no lo consideramos como tal, y el más fuerte, que tiene lugar de mayo a septiembre".

El mismo día que el vicealmirante Ignacio Villanueva tomó el mando como jefe de la Operación Atalanta, en noviembre de 2023, hubo un ataque pirata. El alto mando recibe a EL ESPAÑOL en la sede del EUNAVFOR, y narra que la calma en el mar es la que propicia que haya un mayor número de ataques.

La actividad de piratería marítima, por tanto, se ciñe a nueve meses, en los que siempre hay desplegado un buque de la Armada española. Cada buque permanece en la zona cuatro meses, más los 15 días de navegación de ida y otros 15 de vuelta. Actualmente se encuentra allí la fragata Victoria.

Su comandante, el capitán de fragata Jorge Fernández de Navarrete Bedoya, cuenta a EL ESPAÑOL, vía telefónica, que "mientras no haya acción, en la Victoria hacemos labores de adiestramiento. Si luego actuamos así, con éxito, es porque hay mucho trabajo detrás, y mucho ensayo. Aunque cada situación es distinta".

Fernández de Navarrete abunda que, en los cinco meses que permanecen allí, experimentan "las buenas relaciones que tenemos con otros barcos en alta mar y también en puerto. Porque todos sabemos lo dura que es una navegación larga, en la que se pasa mucho tiempo sin ver a las familias ni a los seres queridos, y eso crea un vínculo".

Todo ello, además, cuando la tripulación de la fragata Victoria, el buque insignia de la Operación Atalanta, es en gran parte responsable de la seguridad marítima de la zona. "Hemos recibido muchas felicitaciones, las primeras, a nuestro mando".

Un militar del ejército de Italia, país que participa en la Operación Atalanta, en las oficinas del Euronavfor.

Un militar del ejército de Italia, país que participa en la Operación Atalanta, en las oficinas del Euronavfor. Pablo Padira

Esa implicación y respaldo "se nota cuando, a mitad de esta operación, tuvimos que repostar combustible, y lo hicimos gracias al esfuerzo de las Fuerzas Armadas norteamericanas, que sabían de la complejidad de la operación y del esfuerzo que estamos haciendo".

El vicealmirante Ignacio Villanueva subraya que "en España, la gente debe saber que hay gente trabajando mucho. Y habiendo estado allí, lo que motiva a las dotaciones es que se les reconozca este trabajo por parte de sus paisanos".

El vicealmirante Ignacio Villanueva Serrano, comandante en jefe de la Operación Atalanta, posa para EL ESPAÑOL en su despacho.

El vicealmirante Ignacio Villanueva Serrano, comandante en jefe de la Operación Atalanta, posa para EL ESPAÑOL en su despacho. Pablo Padira

Porque, subraya, "Atalanta funciona por esta motivación: pasan cinco meses fuera de España, de los cuales el 70% es en alta mar, y el 30%, en puerto. Cuando hay una crisis pirata, este porcentaje no existe. Se quedan lo que demande la situación".

Pregunta.- ¿Los piratas (Pirate Action Group) están vinculados a grupos yihadistas?

Respuesta.- Allí en el Índico operan los hutíes, Al-Shabaab, que es un grupo terrorista yihadista, y los piratas. Contrabando de armas entre Yemen y Somalia ha existido siempre. No hay una evidencia concreta de eso. Que dieran ese paso sería muy peligroso. No tienen un objetivo común, aunque sí mantienen buenas relaciones entre ellos.

Inteligencia y cooperación

Antes de que se produjera el ataque al atunero vasco, el jefe de la Operación Atalanta abunda que "nos llegó información de las fuerzas marítimas de Puntlandia: que se estaban gestando ataques piratas a cargo de un grupo que había tenido que abordar un dhow, un buque mediano, en las cosas de Somalia".

El comandante de la operación (Operation Commander), el vicealmirante Ignacio Villanueva.

El comandante de la operación (Operation Commander), el vicealmirante Ignacio Villanueva. Pablo Padira

Luego se sabría que ese buque mediano era el 'Issamohamadi', un pesquero de bandera iraní, secuestrado con éxito por los piratas a finales de octubre. Con él como barco nodriza, y con el Sistema de Identificación Automática (AIS) desactivado para evitar su localización, habían comenzado a desplegar esquifes para tratar de asaltar los barcos.

"Para atacar, los piratas eligen barcos más grandes. Y ese aviso que nos llegó, que nos llegan muchos, nos hizo movilizar recursos y servicios de Inteligencia, en busca de fuentes veraces para corroborarlo", precisa.

Al día siguiente de atacar el atunero, el mismo grupo pirata también trató de asaltar el "Stolt Sagaland", un quimiquero que logró repeler el abordaje, a unas 330 millas náuticas al este de Mogadiscio.

Dos días después, el 6 de noviembre, el buque metanero 'Al Thumama', con bandera de las Islas Marshall, informó de la aproximación de una lancha con tres personas a bordo cerca de la zona donde se encontraba un petrolero: el 'Hellas Aphrodite', con bandera maltesa.

Movilizada la fragata Victoria y medios aéreos, al día siguiente les llega la confirmación de que el 'Hellas Aphrodite' ha sido apresado por los piratas.

El centro de control, el corazón de Atalanta, funciona 24 horas con información en tiempo real sobre navegación en el Índico.

El centro de control, el corazón de Atalanta, funciona 24 horas con información en tiempo real sobre navegación en el Índico. Pablo Padira

Fue el Centro de Operaciones de Comercio Marítimo del Reino Unido (Ukmto) el que informó a la fuerza naval de la Unión Europea, en Rota, que el abordaje había sucedido a unas 560 millas náuticas de la ciudad somalí de Eyl, en Puntlandia.

El 'Hellas Aphrodite' pertenecía a ese 20% de buques que no llevan seguridad privada en el Índico. Navegaba cargado de gasolina con destino a Durban, en Sudáfrica. Fue abordado por un esquife que había partido del 'Issamohamadi', ya funcionando como nave nodriza pirata.

Para hacerse con él, habían hecho uso de las armas. Hubo disparos de ametralladoras y lanzagranadas, hasta que los piratas lograron hacerse con el control del mercante maltés.

La habitación del pánico

Los 24 miembros de la tripulación del 'Hellas' habían logrado refugiarse desde el primer momento del ataque en la citadelle: la cámara acorazada del barco, en la que había agua y comida para unas pocas horas.

En este punto, el vicealmirante hace un inciso para explicar que la zona "es enorme". Para llegar a cualquier punto hacen falta entre 48 y 72 horas de navegación.

"Estábamos a día y medio de donde se encontraba el petrolero secuestrado", continúa Villanueva. Lo invirtieron en trabajos de coordinación y trámites para ejecutar el plan táctico, que debe ser aprobado y que, para que se ejecute con rapidez y éxito, precisa de mucho trabajo antes, durante y después.

Así, desde la Base Naval de Rota "nos empezamos a coordinar con Gobierno de Malta, con la Marina India, y también con nuestras autoridades". Porque a bordo de la 'Victoria' hay un equipo de Operaciones Especiales "que también comienza a prepararse para el ataque definitivo", y para hacerlo necesita ser autorizado.

El equipo de Operaciones Especiales, dirigiéndose al barco para liberarlo.

El equipo de Operaciones Especiales, dirigiéndose al barco para liberarlo. M.Defensa

En esta etapa logran la implicación del ministerio de Defensa de Japón, "que puso a nuestra disposición una aeronave P3C de las Fuerzas Marítimas Combinadas". También consiguen la cooperación y apoyo de la patrulla marítima de las Seychelles.

Mientras, en la habitación del pánico, los 24 tripulantes logran establecer contacto con la EUNAVFOR a través de un teléfono satelital. La información que transmiten llega también al Maritime Security Centre Indian Ocean, una sección de Atalanta que se localiza en Brest (Francia). Encargada de lanzar en tiempo real alertas sobre ataques, se trata de información muy valiosa para la industria que depende del tráfico marítimo de la zona.

Los rehenes informaron con detalle de datos cruciales como el número de piratas o que iban fuertemente armados. También, que estaban intentando entrar en la cámara acorazada.

De nacionalidades griega, filipina y montenegrina, "los secuestrados pasaron un día encerrados de auténtico miedo, esperando el rescate", cuenta el vicealmirante. Y al mismo tiempo, y desde la experiencia, apunta a EL ESPAÑOL que la puerta acorazada suele ceder en torno a las 24 horas, en función del asedio y la violencia a la que sea sometida.

La estrategia

En este punto entra en juego la cooperación internacional, forjada desde mucho tiempo atrás. "Le pedimos al P3C japonés que sobrevolara el petrolero secuestrado. Y que hiciera el mayor ruido posible. Para que los piratas supieran que los habíamos descubierto", precisa el vicealmirante.

La fragata Victoria llegó al lugar al día siguiente por la mañana. "Fue un acierto lo de las pasadas del P3C japonés, porque los piratas supieron que nosotros sabíamos que habían secuestrado el barco y que íbamos a llegar en horas. Así que optaron por abandonarlo, dejándolo a la deriva".

Con su helicóptero, un dron, la aeronave de patrulla y reconocimiento marítimo y el equipo de operaciones especiales, la fragata de la Armada española Victoria abordó el barco y liberó a los rehenes, que no se habían atrevido a salir de la cámara acorazada.

El comando de Operaciones Especiales, tras la liberación del barco.

El comando de Operaciones Especiales, tras la liberación del barco. M. Defensa.

A partir de aquí, el objetivo de la operación, "el más completo de la historia de Atalanta", subraya Villanueva, cambia: buscar a los piratas.

La labor de coordinación con otras fuerzas armadas en esta fase continúa siendo fundamental. Con la Armada india, Atalanta mantiene excelentes relaciones, por lo que desde la Base Naval de Rota se les pidió colaboración para buscar la nave nodriza junto con la 'Victoria'.

Fueron los indios los que localizan el 'Issamohamadi', mientras que la fragata española se encontraba a 6 horas de distancia. En ese tiempo, contactan con la embajadora de la Unión Europea en Somalia para poder perseguir el barco en aguas somalíes, que es cuando el barco indio se retira.

"Nuevamente los piratas abandonaron el barco. Lo abordamos y liberamos a los rehenes, que eran 18 personas. Lo habían pasado muy mal. Logramos información muy valiosa de dónde se sitúan los piratas, para pasársela a la inteligencia somalí, para que los detengan y los enjuicien".

La fragata Victoria, junto al dhow iraní, secuestrado por los piratas para usarlo como nave nodriza.

La fragata Victoria, junto al dhow iraní, secuestrado por los piratas para usarlo como nave nodriza. Euronavfor

El retrato robot del pirata somalí es que opera en grupos de entre 10 y 15 miembros. "Entre el 70% y el 80% son muy jóvenes, y el 20% tiene más experiencia", precisa el vicealmirante. Además, "el 80% de ellos, en su conjunto, no son más que gente pobre que se suma a esto por la necesidad de dinero".

Son estos, los más experimentados, "los que lideran las acciones, manejan el control de las armas ilegales y son más agresivos. Además de que pertenecen a clanes de piratas. Ahora están siendo muy agresivos, amenazan con matar a las tripulaciones y no pertenecen a clanes pesqueros ni son pobres. Son piratas".