Miguel Ángel Gordillo, aparejador en Nueva Zelanda:

Miguel Ángel Gordillo, aparejador en Nueva Zelanda: Cedida

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Miguel Ángel Gordillo, aparejador en Nueva Zelanda: "Cobro 3.400 euros al mes libres de impuestos"

Nacido en 1981 en Sevilla, la crisis inmobiliaria de 2011 le llevó hacia la isla oceánica. Eso y el terremoto de Christchurch que dejó 185 muertos, lo que se presentó como una oportunidad laboral.

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Muchos españoles salen del país en la búsqueda de un futuro mejor, menos incierto. Este fue el caso de Miguel Ángel Gordillo, que dejó una ciudad como Sevilla, con su alegría y su buen tiempo, para ir a Christchurch, ciudad neozelandesa ubicada en la costa este de la Isla Sur de Nueva Zelanda. Esta ciudad es relativamente nueva, puesto que fue fundada en 1850 y se ubica a 300 kilómetros al sur de Wellington, la capital.

La ciudad ha vivido muchos terremotos a lo largo de su historia, pero fue en 2011 cuando más se cebó la naturaleza con sus habitantes, provocando 185 muertos, un seísmo de magnitud 6,3 que provocó el derrumbe de muchos de sus edificios. Esta catástrofe hizo que la ciudad quedase destrozada y ante esa tesitura, hacía falta mano de obra, gente que estuviese dispuesta a dar su brazo a torcer con el fin de devolverle a la ciudad su forma.

Ese fue el caso del sevillano, que también movido por sus circunstancias personales recaló en un país al que le costó aclimatarse, ya que el clima era frío, cayendo muchas veces bajo cero grados, y donde las casas eran "viejas y mal aclimatadas". Eso sí, un aspecto que hace a Nueva Zelanda un gran país es su civismo y educación. "En Nueva Zelanda apenas hay barrenderos, hay mucho civismo, es muy raro encontrarse algo de basura tirada por la calle", explica Miguel Ángel Gordillo en conversación con EL ESPAÑOL.

Miguel Ángel en el estadio de Waikato junto a su pareja viendo a los Chiefs del Super Rugby

Miguel Ángel en el estadio de Waikato junto a su pareja viendo a los Chiefs del Super Rugby Cedida

Por otro lado, el sevillano afrontó una de las peores nostalgias que se puede sentir como español fuera del país, hacia la gastronomía. "Lo que más se echa de menos es la comida, aunque lo bueno es que al ser mi mujer española, podemos cocinar recetas españolas con los ingredientes de aquí".

Aunque lo que más le sorprendió y más gustó de Nueva Zelanda fue la naturaleza. "Muchos lugares de la isla son vírgenes, es una isla virgen, fue una de las últimas islas descubiertas", explica Miguel Ángel, lo que la hace una isla llena de vida, lagos, cataratas, playas, calas vírgenes, volcanes antiguos y muchos lugares interesantes para visitar.

Sobre el salario allí, el sevillano comenta que su primer salario fue de "2.000 euros", pero su situación ha mejorado bastante desde entonces, "ahora cobro 3.400 euros libres de impuestos". Él en España trabajaba como aparejador, pero su función en Nueva Zelanda ahora mismo es de jefe en el Departamento de Licitaciones y Preproducción de una empresa que suministra e instala estructuras metálicas por toda la isla norte, en la que actualmente vive y donde goza de mejores condiciones climáticas.

Respecto al coste de vida allí, comenta lo siguiente: "Es caro, pero con los dos sueldos vamos desahogados y al no tener niños también. Además, algo positivo que tiene Nueva Zelanda es que las casas se venden en semanas. Hemos encontrado un terreno y como yo conozco el tema, estamos diseñando para construir una casa y ver cómo poder hacerlo bien".

Miguel Ángel y su pareja disfrutando de la naturaleza neozelandesa.

Miguel Ángel y su pareja disfrutando de la naturaleza neozelandesa. Cedida

Sobre si su trabajo está mejor remunerado allí que en España, lo afirma y además comenta que "en España vas con miedo, a ver qué problema me van a colar...La filosofía del trabajo en España es completamente distinta a la que hay aquí, se habla y se dialoga mucho, si alguien está mal o con problemas mentales se le ofrece ayuda, consejo. A eso le sumas que estás bien remunerado y no vuelves a España ni loco".

Además, algo a tener en cuenta a la hora de ir a otro país son también los impuestos. Miguel Ángel comenta lo siguiente: "A nivel de impuestos es similar, pero yo pago por lo que trabajo como autónomo, no como en España, que lo digo y se quedan flipando. Estoy a favor de pagar impuestos porque veo nuevos colegios, etc. No como en España que los políticos se llenan el bolsillo a costa de las arcas públicas.

Aunque él ahora mismo no recomienda del todo ir a vivir allí: "Ahora no, porque aunque se vive bien, desde el COVID hubo un cambio de gobierno y el país ha estado en recesión y ahora hay un paro del 5%, cuando yo vine había del 3%. Han endurecido las condiciones para ofrecerte el visado. Si eres español, tienes que tener un curso de inglés muy alto y equiparado a lo que te indique el Ministerio de Educación. La desventaja está en que las empresas kiwis trabajan cara a cara, no suelen dar entrevistas por llamada y es una apuesta seria la de pagar el visado por alguien de fuera".

Sin embargo, una buena forma de aproximarse al país es la visa working holiday: "Es una forma de asomar la cabeza por el país, con trabajos básicos como la hostelería y el salario mínimo. Conozco casos de españoles a los que les han ofrecido trabajo definitivo. Para alguien mayor de 35 años lo tiene complicado. Yo me vine sin ninguna oferta de trabajo, pero eran otros tiempos. Hay casos de españoles que vinieron y se volvieron sin nada, cómo te vas a gastar el dinero sin saber qué hacer cuando vengas"

La pareja es muy fan de El Señor de los Anillos.

La pareja es muy fan de El Señor de los Anillos. Cedida

Sobre una posible vuelta a España, el sevillano ha vuelto en vacaciones, e incluso ha hablado con su mujer sobre jubilarse y comprar una casa en Málaga, pero concluye en "que si volvemos será de visita y ya el día que falten los padres habrá menos motivos para volver".

En cuanto a la cultura neozelandesa Miguel Ángel explica lo siguiente: "Aquí están los kiwis europeos y de ascendencia maorí. Los kiwis europeos son formales, muy británicos, cerrados, cuesta entablar una amistad con ellos, mientras que los maoríes son como los andaluces, más abiertos, receptivos, da gusto hablar con ellos. Son católicos, pero tienen sus dioses, su mitología, su culto al agua, mar y naturaleza, es una cultura que me gusta mucho y de la que quiero estudiar más". Además, la pareja se ha integrado muy bien en la cultura neozelandesa, puesto que son socios del equipo de rugby de los Chiefs que juega en el Estadio de Waikato, además son grandes fans de El Señor de los Anillos, una película que cuenta con muchos escenarios reales que se pueden encontrar allí.