Amalio de Marichalar sostiene una carta entre sus manos. La misiva se escribió en Ceuta y data del 6 de diciembre de 1921. Va dirigida a su abuelo, Luis de Marichalar y Monreal, vizconde de Eza y exministro de Guerra de Alfonso XIII. En ella, el teniente coronel Millán-Astray se siente compungido por la mala prensa que los ingleses, seguramente instigados por Francia, han vertido en sus medios sobre la Legión española, y reconoce al noble de Marichalar, al que se refiere como Jefe aunque ya no ostente el cargo, como auténtico artífice de esta fuerza militar de élite al tiempo que le agradece su amistad.
"Hay muchas cartas inéditas que no había sacado hasta ahora", asegura el nieto del vizconde, que hoy lleva el título de su padre, conde de Ripalda, mientras pliega de nuevo el documento y lo deposita sobre la mesa de madera que preside la estancia: una gran biblioteca atestada de libros antiguos en español, francés e inglés, de páginas quebradizas y empolvadas, y en cuya esquina reposa un cuadro del pintor soriano Maximino Peña.
Recuerda Amalio de Marichalar, hermano de Jaime de Marichalar, exmarido de la infanta Elena, y tío de Froilán y Victoria Federica, que aquella gesta de su antepasado fue ocultada de forma intencionada. "Al terminar la guerra, le pidió a Franco que devolviera la monarquía. Si no llega a ser porque murió pronto, lo destierra. Él trató de ocultar que mi abuelo fue el impulsor de la Legión porque no le interesaba. Igual que ocurre hoy con los políticos: si no les conviene, lo hacen desaparecer de la historia".
Amalio de Marichalar y Sáenz de Tejada, conde de Ripalda, en el Palacio de los San Clemente, durante la entrevista con EL ESPAÑOL.
Amalio de Marichalar y Sáenz de Tejada (Pamplona, 1958) ejemplifica su argumento con el caso del reconocimiento a Largo Caballero como propulsor de la jornada de ocho horas.
"Se olvida decir que esta se desarrolló bajo el gobierno liberal-conservador de Eduardo Dato, donde mi abuelo fue ministro de Fomento. Fue él quien lo ideó. También estuvo en la Conferencia de Washington en la que se constituyó la OIT y, después, viajó a Ginebra para la creación de su sede. Todo eso no interesa contarlo. No es fácil reconocer que ha sido la derecha la que ha creado los grandes avances sociales, y no el socialismo. Por eso, el PSOE reconoce a Largo Caballero y no a mi abuelo".
Por ello, y por tantas otras cosas, el conde de Ripalda, noveno entrevistado de esta saga de la Enciclopedia de la nobleza, le ha declarado la guerra –entiéndase, en un sentido de resistencia cívica y pacífica– al Gobierno y, concretamente, a Pedro Sánchez.
Hace cinco años, se le ocurrió lanzar, junto a un grupo de amigos, De español a español por la Constitución, una iniciativa social y cívica–"un movimiento ciudadano transversal y apartidista"– para defender la Constitución Española, el Estado de Derecho, la monarquía parlamentaria, la libertad y la democracia ante lo que consideraban "amenazas" o vulneraciones al espíritu de reconciliación derivados de la Transición.
Detalle de las cartas de Millán-Astray al abuelo de Amalio de Marichalar.
"El maremágnum que estamos viviendo no es comprensible desde ningún punto de vista", defiende Amalio de Marichalar. "La Transición, aquel abrazo, aquella reconciliación, la paz que nos dimos, fue un tesoro. Pero ese tesoro está siendo despreciado. Hay muchas personas vinculadas al Partido Socialista con las que hablo que no dan crédito, que están desesperadas, igual que tantos españoles normales. Mira toda esta corrupción, este silencio total para afrontar y dar explicaciones sobre cuestiones básicas".
La principal de ellas, la Constitución. Según Amalio de Marichalar, Sánchez "la ha transgredido hasta en 41 ocasiones", lo cual denunció en Bruselas en mayo de este año en nombre de 30 asociaciones de la sociedad civil española, mientras que el 19 de agosto, de nuevo, envió una misiva a Úrsula von der Leyen, Roberta Metsola y António Costa para señalar la situación "bochornosa" de España, que "se agrava día tras día".
En los textos criticaba la ley de amnistía, que consideraba "abiertamente inconstitucional"; la politización del Consejo General del Poder Judicial; el "asalto" con "afines" al Tribunal Constitucional y la Fiscalía; la condonación de la deuda a Cataluña; el incumplimiento de las exigencias del informe GRECO para atajar la corrupción; la falta de transparencia en el uso de los fondos europeos.
"Lo que pedimos es que, con carácter excepcional y extraordinario, signifiquen públicamente que un presidente del Gobierno está atacando los cimientos del rule of law europeo, además del Estado de Derecho español y su Constitución. El mismo mayo me reuní con el consejero jurídico de la presidenta del Parlamento Europeo y él no era capaz de negarme la razón a ninguno de los 15 puntos de reunión que le expuse ni a las siete demandas que hicimos. Eran casi 50 centímetros de documentación. Me confesó que la presidenta estaba sumamente preocupada con España".
Amalio de Marichalar y Sáenz de Tejada, conde de Ripalda, en el Palacio de los San Clemente, durante la entrevista con EL ESPAÑOL.
Para Amalio de Marichalar, Pedro Sánchez "se ha cargado la convivencia". "Es un personaje nefasto que está por encima de cualquier idea. Él mismo no tiene ideas. El problema de España es que no existen los resortes para obligar a que un tercero obligue a que quienes firman los contratos a cumplir sus promesas. Nadie imagina que alguien que dice estar de acuerdo con algo luego lo transgreda. Ha habido hombres regulares, malos y horribles, pero, como esto, jamás".
PREGUNTA.– ¿Qué es lo que reclama a Úrsula von der Leyen?
R.– Una declaración extraordinaria, porque la situación es crítica y así creemos que lo merece. España está siendo excluida de todo. Los europeos no nos han invitado para hablar ni siquiera de Ucrania. Hace unos meses Europa nos dio un toque de atención por decir que en China hablábamos en nombre de la UE. Si acaso, hablará usted en nombre de España, no de sus socios. Luego están los contratos con Huawei y las amenazas de Estados Unidos de retirarnos la inteligencia; o la expulsión del puerto de Algeciras de las rutas comerciales estratégicas. Eso demuestra la debilidad pasmosa del presidente del Gobierno, al que ya tomaron la medida con su negativa ante la OTAN a invertir más en defensa. Si un presidente pierde lo más sagrado, que es su credibilidad, está perdido.
P.– ¿Y qué le diría a él?
R.– Que mire el caso del primer ministro portugués socialista, António Costa, que dimitió porque a su jefe de gabinete le pillaron por un tema de corrupción que, al final, ni siquiera fue tal. Pero como era un demócrata socialista de verdad, dimitió. Y, al año y pico, el de derechas también dimitió porque a su mujer la pescaron en una historia turbia de una empresa. No es que estuviera penado. ¡Es que no era bonito! Era una cuestión de dignidad personal. Eso son los valores. El abecé de ser presidente del Gobierno.
Durante estos últimos cinco años, la actividad de Amalio de Marichalar ha sido frenética. "No me oculto: también participo de la Plataforma por la España Constitucional, que agrupa a otras 129 asociaciones, a través de las que hemos organizado ya seis grandes manifestaciones –en Cibeles, en Plaza de Castilla, en Colón– en poco más de dos años. Y yo soy de los que va casi todos los días a la manifestación que se hace frente a Ferraz. Llevo allí 655 días".
Amalio de Marichalar remueve su café con leche.
No obstante, el conde de Ripalda se considera ajeno a cualquier ideología. "Trato de ser neutral en el discurso político. No me debo a ningún partido. La sociedad civil no debe estar adscrita. Perdería su libertad porque lo político está contaminado. El problema es que hoy no se permite disentir. Se impone un mensaje y, si no lo compartes, eres fascista. Es un reduccionismo de parvulario. Pero si mañana vienen otros partidos y estos no respetan la libertad o la Constitución o cualquier otra norma de transparencia, lo denunciaremos con la misma contundencia".
El Palacio de los San Clemente
Amalio de Marichalar viste unos mocasines negros con borlas, una corbata de Hermès, no falta en su muñeca derecha una pequeña pulserita rojigualda. No se quita la americana, decorada con un pañuelo bermellón en la solapa, porque el frío ha llegado a Soria. Allí, en el interior del Palacio de los San Clemente, o de los Vizcondes de Eza, según quién lo refiera, hay mucha actividad, ya que estos días el conde veranea junto a su esposa, Amalia del Corral, y su hija Blanca. Las pequeñas nietas de Marichalar y un gran danés corretean por el patio interior de esta vieja Casa Fuerte erigida en el siglo XII en defensa de la ciudad.
Este lugar, explica Amalio de Marichalar, es la única de los Doce Linajes de Soria que aún queda en pie. Explica el noble que en la fachada, presidida por un balcón con una bandera de España, también hay unas cadenas. "Simboliza que aquí ha dormido un rey. En este caso, Alfonso XIII", explica, remitiendo, de nuevo, a su abuelo y a su trabajo ministerial.
"¿Qué es para usted la nobleza?". El conde hace un breve parón en el marco de la puerta que da al patio interior. Reflexiona unos segundos. "Dar la mano y que tenga valor. Firmar un contrato con la palabra. Lo imperecedero. A veces digo que soy muy antiguo. Me encanta irme de marcha, bailar y tomarme unas copas, pero también sé que hay una parte de responsabilidad familiar, de obligaciones sobrevenidas por la herencia de las uno debe dar testimonio leal y honesto".
P.– ¿Siente el peso del apellido?
R.– Claro que lo siento, del apellido y del título, pero es un honor. Siempre y cuando se crea en los conceptos de honor, verdad, honestidad y dignidad, que para mí son esenciales. Uno debe tener nobleza de espíritu, de comportamiento y de ejemplo, porque no hay nobleza si no se ejerce. Me gustaría añadir que España es un pueblo muy noble. Lo hemos visto en Valencia, con la dana, o estos días con los incendios. Desprenden nobleza aquellos que ayudan a sus vecinos mientras ponen en riesgo su propia vida; aquellos luchan por salvar a su ganado, a sus pueblos. Son un ejemplo de nobleza de espíritu y de acción.
Amalio de Marichalar y Sáenz de Tejada, conde de Ripalda, en el Palacio de los San Clemente, durante la entrevista con EL ESPAÑOL.
P.– Supongo que también ha habido presiones por sus relaciones familiares.
R.– Hoy vivimos en una sociedad muy mediática. La presión, naturalmente, ha sido muy fuerte. A mí me han contactado periodistas para tratar de comprarme exclusivas. ¡Jamás se me habría pasado por la imaginación! El honor y la conciencia son más grandes.
P.– ¿Cómo es su relación, a día de hoy, con la Casa Real?
R.– El hecho de tener relación con la Familia Real... si bien es un honor para nosotros, lo tomamos con absoluta naturalidad. No tenemos afán de notoriedad ni de aparición publica. Es difícil entenderlo, porque la sociedad no está conceptuada así, pero no hay presunción ni atribución específica. No soy su amigo, sino que tengo un respeto pleno hacia la Familia Real, además de unos sobrinos maravillosos. Lo que sí puedo decir es que echo muchas broncas a la familia porque soy el mayor. ¡Me toca esa parte!
P.– ¿Cree que la Corona debería estar más involucrada en la vida política?
R.– Yo creo que la Corona está haciendo una labor extraordinaria. ¿Qué ha hecho el Rey ante los incendios de España? Se ha puesto el uniforme de campaña en la UME. Una mayoría de españoles saben lo que significa ese gesto. Yo estoy convencido de que hubiese querido ir desde el primer día, como quiso hacer en la dana. Aquello de que el Rey no pueda hacer ningún acto si no está avalado por el Gobierno me parece una norma demasiado restrictiva.
En el interior de la casa nobiliaria se escucha el sonido de los cubiertos y los platos; una mujer del servicio sirve tazas de café a los invitados; al fondo hay una chimenea castellana en la que otrora se secaba la matanza mientras el fuego evitaba a los inquilinos sufrir los padeceres de los cinco grados del invierno; sobre una mesa de comedor destaca la heráldica de su abuelo, Marichalar, Monreal, San Clemente y Ortiz de Zárate y las barras horizontales del vizcondado de Eza.
Fachada con la bandera, el escudo y las cadenas del Vizconde de Eza o de los San Clemente.
Detalle de la entrada del Palacio de los San Clemente.
"El condado de Ripalda se creó en tiempos de Carlos II y Felipe V", explica Marichalar. Se lo dieron a Esteban Joaquín Ripalda y Marichalar por su lucha contra los austracistas. "Ahí está representado tras combatir en Fraga, cerca de Cataluña. Lo hieren de un fusilazo. Por eso la herida que tiene en la pierna". Señala un cuadro, óleo sobre lienzo, de casi dos metros de alto, que muestra a un hombre vestido a la francesa –imposición borbónica– con una casaca carmesí de largos faldones hasta la altura de las rodillas. Fue pintado en 1712 por Miguel Jacinto Meléndez.
No es la única reliquia que se encuentra en el interior del palacio soriano. También hay una escultura elaborada por Benlliure que muestra a su padre, Amalio de Marichalar y Bruguera, junto a su hermana Carmen, tía del entrevistado, cuando estos eran pequeños. "Me encanta su gesto. Siempre que paso me quedo mirándolos". Sobre la obra, un lema: Los de la casa de Acedo pelean con gran denuedo. "Acedo es uno de nuestros apellidos".
El aristócrata, a pesar de haber nacido en Navarra, siente una vinculación absoluta con Soria debido a sus raíces familiares. De hecho, el yacimiento arqueológico celtíbero de Numancia, símbolo histórico de la lucha por la libertad de la Península Ibérica contra los romanos, perteneció a su familia hasta 1907, año en el que su abuelo se lo cedió al Estado porque consideraba que era un bien demasiado importante como para estar en manos íntegramente privadas.
Sin embargo, su familia se quedó con una parte de hectáreas de la finca y, en 2001, el Estado se las quiso expropiar para construir un polígono industrial. Comenzó así una encarnizada guerra en los tribunales que hasta saltó al Parlamento Europeo. "Todos los países nos dieron la razón, salvo España. Qué vergüenza. Pero al final el Tribunal Supremo nos dio la razón en 2013. En paralelo, y desde entonces, llevamos luchando para que Numancia sea Patrimonio Mundial de la UNESCO".
Amalio de Marichalar durante la entrevista con EL ESPAÑOL.
Numancia representa, en palabras del noveno conde de Ripalda, "unos valores que, desde hace 22 siglos, son el pilar de la civilización occidental cristiana", aquella que "trae los derechos humanos y la democracia al mundo". Y añade: "El equilibrio entre el progreso económico, el progreso social y la defensa ambiental proviene de la cultura. La cultura entendida como la mejor herencia moral de la sociedad".
La reivindicación de Numancia no es la única batalla local que Amalio de Marichalar lleva a cabo con orgullo. También es uno de los principales promotores del desarrollo sostenible en Soria gracias a ser presidente de la fundación Foro Soria 21, la cual, desde hace casi treinta años, busca implementar el concepto de desarrollo sostenible a través de la Agenda 21 Local.
Se trata de un plan estratégico municipal orientado a lograr el desarrollo sostenible de una localidad. Surgió como adaptación local de la Agenda 21 global, aprobada en la Cumbre de Río de Janeiro de 1992 por Naciones Unidas, que hizo un llamamiento a los gobiernos y autoridades locales para que diseñaran sus propias estrategias de sostenibilidad aplicadas a su territorio. Desde entonces, Marichalar y su equipo lo aplican a rajatabla.
"Maurice Strong vino aquí a dar una conferencia presidida por el entonces Príncipe de Asturias. Strong calificó Soria como la primera provincia de un Estado en el mundo que había logrado consensuar la Agenda 21 Local y poner en marcha, efectivamente, el programa 21 de Río de Janeiro".
Detalle de la corbata, la camisa y el pañuelo de Amalio de Marichalar.
P.– Usted conoce bien la España rural y cómo deben tratarse y cuidarse los campos. ¿Qué radiografía hace de los incendios? ¿Qué nos ha llevado a una crisis de esta magnitud?
R.– La sabiduría popular ancestral de los siglos, esa que se transmite de generación en generación, es la que da conocimiento y experiencia para gestionar bien la ganadería, la agricultura, los bosques, la pesca; cualquier actividad, digamos, humana, relacionada con el medio. Quien sabe gestionarla es quien lleva allí años, décadas, siglos. Hay que aplicar, lógicamente, las nuevas tecnologías, pero quien sabe sacarle rendimiento a sus pinares sabe que tiene que limpiarlos todos los años para que el bosque crezca; sabe que el ganado es necesario y que, según sea el territorio, será mejor el lanar o el vacuno para que haya menos rastrojos y no se genere tea, que es lo que prende en nada.
P.– ¿Qué considera que hace falta para parar la sangría de la España rural?
R.– Un pueblo no desaparece si no desaparece el cura, el boticario, la farmacia, la Guardia Civil y, sobre todo, la escuela, que es básica. ¿Qué hemos hecho en muchos pueblos? Lograr que vinieran niños, que sus padres se asentaran para teletrabajar, si podían, y así se han mantenido vivas muchas zonas. Esa es la verdadera repoblación. Eso... y la tradición. Por ejemplo, tenemos las 'suertes' de los bosques de Soria, que viene de los Reyes Católicos.
Se refiere a las parcelas o trozos de tierra comunal que los ayuntamientos repartían entre los vecinos de un pueblo por medio de un sorteo. Es decir, los terrenos pertenecían a toda la comunidad y, para organizar su uso y que todos tuvieran acceso, se dividían en partes iguales llamadas "suertes" y se sorteaban entre los vecinos con derecho a trabajarlas.
P.– Imagino que será de la opinión de que lo medioambiental debe escapar del debate ideológico. ¿Cree que también lo ha viciado?
R.– Desde hace mucho tiempo. Incluso en Naciones Unidas. Es todo culpa del neocomunismo. Primero se adorna de todo lo que significa la ecología y, ahora, la sostenibilidad o desarrollo sostenible. Quienes lo promueven no tienen ni idea de lo que significa, pero quieren transmitir su mensaje y que prenda en la sociedad. Para ello, se rodean de técnicas o tácticas buenistas, a las que nadie puede decir que no, pero que no pretenden el bien supremo de la sociedad, sino intereses propios, habitualmente espurios. Es decir, promueven el materialismo como forma de pensamiento, que es lo mismo que hacía el comunismo.
Amalio de Marichalar y Sáenz de Tejada, conde de Ripalda, en el Palacio de los San Clemente, durante la entrevista con EL ESPAÑOL.
P.– ¿Qué es lo que más le preocupa?
R.– Esta sociedad tan rápida. Todo lo que hemos avanzado en cinco años. ¡Antes lo habríamos hecho en cien! Me temo que el hombre no tiene ningún otro resorte, ningún otro recurso, que no sean su propia conciencia, su corazón y su voluntad. Mira a Trump. Da una orden de ataque. Putin da otra. ¿De quién depende todo en última instancia? De la persona. De sus valores. El problema es que hoy tenemos a Trump, que no tiene educación, y a Putin, que es un dictador. Necesitaríamos el retorno de un Reagan, de un Gorbachov, de una Margaret Thatcher o, en España, de un Adolfo Suárez.
