Los Buendía López en Aspe, Alicante.

Los Buendía López en Aspe, Alicante. Cedida

Reportajes

El verano de los Buendía y sus 6 hijos: "No solemos comer fuera o ir al cine y la ropa se hereda. Es una forma de evangelizar"

Pasar por dos cánceres y cuidar de una hija con trastorno del espectro autista ha hecho que esta familia se caracterice por ser cercanos, acogedores y empáticos.

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Daniel Buendía (42) y Verónica López (40) son padres de seis hijos que utilizan su perfil de Instagram -que en sus inicios era sólo de la madre- para mostrar el estilo de vida que lleva una familia numerosa y cristiana en pleno siglo XXI. Daniel es médico y ella, aunque ahora se dedica exclusivamente al cuidado de su familia, terminó los estudios en ciencias del matrimonio y la familia, siempre pensando "en que en algún momento podía ayudar a otras familias". Ambos son murcianos, pero actualmente viven en Aspe, un pueblo de Alicante junto a Cayetana (9), Pablo (6), Berta (5), Aurora (4), Mónica (3) y Pelayo (1).

"Me animaron a ir poniendo poco a poco cosas de nuestro estilo de vida, no tanto el día a día cual Gran Hermano u otros influencers, pero sí del cómo vivimos, con ejemplos concretos como la condición de mi hija, el número de hijos que tenemos, etc. El sentido de ser una familia cristiana en pleno siglo XXI y cómo eso puede ser iglesia doméstica en el mundo. Es una forma de evangelizar", explica en conversación con EL ESPAÑOL Verónica López.

Estos padres crecieron en un entorno muy similar al que hoy ofrecen a sus propios hijos. Ambos tienen tres hermanos, sin embargo, Verónica tuvo que enfrentar los tres abortos que sufrió su madre. No contrajeron matrimonio con la intención consciente de formar una familia numerosa, sino que confiaron todo a la voluntad de Dios.

Los seis hijos de la familia Buendía.

Los seis hijos de la familia Buendía. Cedida

"Después del parto de mi primera hija me diagnosticaron cáncer de mama y me pidieron congelar óvulos para un posterior tratamiento ya que la quimioterapia afectaría a mi fertilidad. Nos negamos pues como digo, dejamos en manos de Dios nuestra paternidad y aceptamos quedarnos con sólo una hija. Efectivamente la regla se fue, pero al poco de acabar todo el tratamiento volvió y, al mes, estaba embarazada de mi segundo hijo. El propio oncólogo no se lo podía creer y desde entonces no hemos buscado ni hemos evitado, han venido cada año o pasados dos, pero siempre confiados que la nueva paternidad que Dios nos otorgaba era un regalo.

A pesar de que la alegría inundaba la familia Buendía López por superar el cáncer y por su segundo hijo, Verónica volvió a escuchar la temida palabra: cáncer. Esta vez, el proceso fue más complicado. Tenía un hijo de tres meses y una hija, Cayetana, de tres años y acababa de enterarse de que estaba embarazada de nuevo. Se debatía entre el júbilo de dar vida a una nueva persona y la desdicha de la enfermedad.

Confinamiento y parto

A los tres meses de nacer Berta, su tercera hija, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez anunció un confinamiento sin fecha final. El desarrollo fue más lento, pero no extrañó a ninguno de sus padres, pues todos sus hijos siguieron el mismo patrón. Tras años de incertidumbre porque Berta retrasó todavía más en caminar y hablar, el año pasado, con cuatro años de edad, comunicó a Diego y Verónica la causa de ese retraso: autismo grado II.

"La niña se ha escapado de casa, tiene una discapacidad de un 66% y está empezando a hablar ahora, que va a cumplir seis años. El diagnóstico fue un alivio porque ya se le ponen herramientas. Como cada uno tiene una personalidad distinta, que una de ellas tenga una discapacidad no supone más. Al final es adaptarnos a ella. De momento está muy integrada con los hermanos y con su clase. La dinámica es normal y, de hecho, si no hay tele, no hay tele para ninguno. Si hay que poner mesa, ella la pone. Ella aprende a nadar como los demás, se baña y no hacemos un trato de favor".

Pasar por dos cánceres y cuidar de una hija con trastorno del espectro autista ha hecho que esta familia se caracterice por ser cercanos, acogedores, alegres y empáticos. Para ellos, el primer hijo los cambia tanto física como mentalmente, pero en el momento en el que llega el tercero, la casa "va sola". "Logísticamente, pasas de meterte en el coche, cerrar la puerta a irte a coger carro, toallitas, muda, agua y no sé cuántos "por si acaso". Para mí los hijos más fáciles han sido la cuarta y el quinto.

Aunque la vida cambia con seis hijos, como es lógico, no consideran que hayan renunciado a su vida de antes. Más que renuncia, Verónica cree que es un privilegio 'cargar' con tantos hijos. Para ella lo bonito de su familia es estar presente en todos los momentos de sus hijos, recogerlos del colegio, cuidarlos cuando están malos o ayudarlos cuando necesitan algo. "El amor es lo contrario al egoísmo. Cuando tienes hijos, estás formando y educando un futuro ciudadano del mundo y del cielo, eso conlleva una renuncia en todos los niveles, de tu economía, de tus proyectos, de tu comodidad…pero te aseguro que no lo cambiaría por nada".

Pregunta.– ¿Cómo se mantiene económicamente una familia tan grande?

Respuesta.– Pues si bien es verdad que el sueldo de mi marido no es malo y vivir en un pueblo hace que la vida diaria sea más barata que en una ciudad, prescindimos de muchas cosas que no vemos necesarias. No solemos comer fuera o ir al cine, la ropa se hereda, se come mucho de cuchara y muy planificado y no hay caprichos innecesarios más allá del día de Reyes o el del cumpleaños.

Cayetana, Pablo, Berta, Aurora, Mónica y Pelayo.

Cayetana, Pablo, Berta, Aurora, Mónica y Pelayo. Cedida

Verano en familia

En una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) al 32% de la población de entre 25 y 79 años dice que la playa sigue siendo el principal destino para pasar las vacaciones, no obstante, este dato ha decrecido con respecto a hace tres años, donde el porcentaje se redujo a un 38%. Frente a estos datos, hasta un 27% de los encuestados no irá a ningún sitio de vacaciones, mientras que en 2022 era de un 25%.

A este dato es a la que pertenece la familia Buendía. Aprovechan en estos meses de calor la piscina que tiene la casa familiar, descansar y reunirse con amigos. "No solemos ir a ningún sitio y tenemos la suerte de tener una casa con piscina, por lo que ya es mucho más que tiene cualquier otra persona y estamos muy agradecidos por ello. Luego hemos hecho alguna inversión, como comprar un proyector con el que ponemos 'cine de verano' los viernes, invitamos amigos a casa, se hacen actividades que no se pueden hacer durante el curso como Legos, puzles o pinturas, deberes o aburrirse, cosa que fomenta mucho la imaginación".

Al vivir lejos de su lugar de nacimiento, no reciben ayuda de la familia, pero sí de su "tribu", el Camino Neocatecumenal. Consideran a esta comunidad más que una familia unidos en la fe "que es el sostén más importante de mi familia", sentencia Verónica.

Se entiende este camino como un "itinerario de iniciación cristiana" que tiene la finalidad de reavivar la fe bautismal en adultos y ofrecer una formación cristiana permanente, siempre bajo la dirección del obispo diocesano. A diferencia de otros grupos, no es ni una orden religiosa ni una asociación de fieles, es una realización diocesana al servicio de la evangelización en las parroquias.