
El actor cubano William Levy. EL ESPAÑOL
William Levy, el actor cubano que triunfa en España: "Se está perdiendo el sueño americano. Todos los migrantes lo tenían"
"Cuando llegó la Policía, les dije que esa no era la forma de hablar a una persona, se enojaron y me llevaron preso. // "La fama es un cuchillo de doble filo" // Cuando trabajas no estás con la familia, mis hijos están creciendo y no me quiero arrepentir de no estar con ellos".
De buenas a primeras, William Levy (44) te recibe con una gran sonrisa. Sin duda, la mejor arma para conquistar la mayoría de países latinos e, incluso, Estados Unidos. Afincado en Miami y separado desde hace uno de la actriz Elizabeth Gutiérrez (46), madre de sus dos hijos, Christopher (19) y Kailey (15), el actor de origen cubano ha estado de promoción en nuestro país con Bajo un volcán.
Rodada en Tenerife, principalmente en Garachico, pero también en Guía de Isora y Adeje, a William le ha dejado tan buen sabor de boca seguir rodando en España que no descarta que se convierta en su principal plató. No hay que olvidar que el año pasado también rodó la serie Arcadia, junto a Paula Echevarría (47) , que podrá verse en SkyShowtime, y que en 2022 filmó otra serie, Montecristo, junto a Esmeralda Pimentel (35) o Roberto Enríquez (57). "No me importaría para nada quedarme aquí para trabajar porque me siento como en casa", confiesa a EL ESPAÑOL.
Su llegada a España viene precedida de una fuerte polémica ocurrida en el restaurante Baires Grill de Miami, donde supuestamente se involucró en una pelea por la que fue arrestado, pasó una noche en prisión y salió en libertad tras pagar una fianza de 500 dólares. Por si fuera poco, aseguran que faltó a una de sus citas ante el juez porque había cogido un avión para venir a nuestro país a promocionar la película. El actor nos lo cuenta todo con pelos y señales.

William Levi durante la sesión fotográfica.
Pregunta .– Permíteme que te diga que perteneces al mismo club selecto que Frank Sinatra, Jane Fonda, Bill Gates, Isabel Pantoja…
Respuesta.– (Risas)
P.– Ya sabes por dónde voy, ¿no?
R.– Lo de la Policía. Hombre, no es mal club tampoco, ja, ja, ja. Pues mira, de ahora en adelante esa será mi respuesta. "Oye, William ¿que te pasó?"; "Pues que ya formé parte de un club diferente" (risas). Hay que hacerlo todo con carisma porque si no imagínate. Lo que ocurrió fue más bien una confusión porque se han dicho tantas cosas que no pasaron.
Simplemente fue una pequeña discusión entre un amigo mío con un papá de uno de los niños del equipo de béisbol y lo que hice fue tratar de evitar que la situación escalara y derivara en una pelea. Cuando llegó la Policía, empezamos a hablar, les dije que esa no era la forma correcta de hablar a una persona, se enojaron y me llevaron preso.
P.– ¿Qué hay de cierto en las acusaciones de allanamiento de morada y que no se pagó la cuenta de las bebidas porque era demasiado alta?
R.– La cuenta se pagó. Lo que pasa es que mi amigo está en todo su derecho de decir algo estaba mal, estaba cuestionando la cuenta con la muchacha. Al lado había un tipo que empezó la discusión, yo me metí en medio y al que apresaron fue a mí, ja, ja, ja.
P.– ¿En qué punto está la situación? ¿Está pendiente de juicio?
R.– Sí, el abogado está en ello. No estoy muy al tanto porque no es nada grave. Estoy centrado en mi trabajo.

El actor cubano William Levy.
P.– Dicen que faltaste a tu cita con el juez.
R.– No, no es cierto. Y además, no tengo que presentarme en el juicio. Es mi abogado quien se presentará por mí. No es obligatorio.
P.– Según Univisión o Telemundo has de ir a terapia para el control de ira. ¿Es cierto?
R.– Pero por qué dicen eso si yo no peleé con nadie en ningún momento. Tienen muy confundidas las cosas. No lo entiendo. ¿Terapia por enojo? No tengo ningún problema, estoy tranquilo, feliz con mis cosas. Decidí ser papá por seis meses, algo que casi nadie hace.
P.– William, ¿qué es la fama?
R.– La fama viene por el éxito en lo que uno hace, pero es un cuchillo de doble filo. No todo el mundo lo sabe manejar. A veces la gente piensa que la fama viene acompañada de actitudes que uno debe tomar en la vida, pero no es así. Es un puente para usarla a favor de muchas cosas. La fama has de usarla a favor del bien, eres una especie de portavoz, te da una responsabilidad muy grande y con eso viene el poder usarla de forma correcta.
P.– Haciendo una analogía con la película que presentas, la fama es como un volcán. Si se acercan los fans a saludarte, si firmas autógrafos y si sigues rodando todo está en calma, pero cuando uno erupciona…
R.– Con respecto al público lo que existe es cariño. Salgo tranquilo, recibo a todo el mundo con mucho cariño, hay que ser muy agradecido por haber sido elegido, por haberme recibido en su casa. Por otra parte, la que más me puede llegar a molestar un poco son algunos compañeros de prensa, uno o dos, gente que te odia, que envidia todo el éxito. Cuando empiezan a difamar tu persona y dicen cosas para destruir tu carrera y tu vida llega a incordiar, pero es parte de la vida.
De hecho, eso me ha enseñado a ser más paciente. Creo que hoy en día pueden decir lo que quieran ya que casi nunca desmiento lo que dicen. Cuando lo hacen, estoy tranquilo, no me afecta. Con el tiempo he aprendido a llevar mantequilla en la piel para que me resbale todo.

El protagonista de 'Arcadia'
P.– ¿Cómo afecta el desgaste de la industria del entretenimiento a quienes han sido moldeados como un producto de consumo?
R.– (Pensativo) No sé, en mi caso personal, hermano, es parte de la carrera. Pero trato de no enfocarme en eso, como ves me voy a casa con la familia, hago mis cosas, no me dejo caer en ser un estereotipo y un producto. Me alejo de todo esto.
P.– En el documental que Kim Kardashian ha producido sobre Elizabeth Taylor se revela que ella encarnó el concepto de celebridad tal y como lo conocemos hoy en día y alrededor de su figura se generaron un sinfín de narrativas. En determinados momentos cogió al toro por los cuernos, habló de sus adicciones, su ingreso en la clínica Betty Ford, sus infidelidades e incluso fue abandera de la lucha contra el sida cuando Hollywood, a raíz del caso de Rock Hudson, dio la espalda a los enfermos. A tenor de lo que te ha pasado recientemente, ¿hasta qué punto sería conveniente que te sentarás para decir esto es así, así, así…?
R.– ¿Sabes qué pasa? En mi caso prefiero darle importancia a lo que valga la pena. Uno carga con las cosas negativas por el éxito. Si me pongo a tratar de explicar o a desmentir esto o aquello se vuelve un juego, un día inventa uno, al día siguiente desmiento yo… Prefiero estar enfocado en mis cosas, aportar lo que pueda, cuidarlo, etc.
P.– ¿Hasta qué punto uno puede controlar su propia narrativa?
R.– Hmmm… Es que si empiezo a morder cabeza a tantas cosas negativas uno termina rodeado de esa energía y no vale la pena. Hay que enfocarse en lo positivo y valorar lo que hace la gente bien. Si le doy importancia, entonces nada, todo se acaba. Hay que estar bien, contento y siempre para adelante.
P.– ¿Se podría decir que al protagonizar el videoclip de Jennifer Lopez I’m Into You fue el trampolín para ser conocido y que el exitazo de Café con aroma de mujer potenció tu éxito?
R.– No sé cómo explicarte. No esperaba ese exitazo con Café con aroma de mujer. Fue muy bien recibido en todos los países. El vídeo de JLo me abrió las puertas en el mercado americano, de ahí surgió Dancing with the stars y luego la posibilidad de trabajar en cine. Hice varias películas, series, y luego se presentó la oportunidad de rodar en países latinos…
P.– En Hollywood rodaste The Single Moms Club, Addicted o Resident Evil: The Final Chapter pero no continuaste. ¿A qué fue debido? ¿La industria es demasiado complicada, no te llegaban proyectos o preferiste mejor potenciar el mercado latino?
R.– Tuve la oportunidad de trabajar allí, pero en 2017 abrimos la productora y empezamos a trabajar en nuestros proyectos. Decidí hacerlo para el mercado latino para dar oportunidades a nuestra gente. Sinceramente, prefiero crear nuestros propios proyectos. Estoy en una etapa en mi vida en la que quiero hacer lo que amo, no trabajar por trabajar, quiero estar tranquilo. Hace cinco años decidí que de enero a junio solo estoy con mis hijos.
Christian, el mayor, juega a béisbol, esa es la temporada fuerte y quiero verlo. Y por supuesto también apoyar a mi hija Kailey. Ahora estoy retomando el trabajo porque de junio a diciembre me concentro en lo profesional. En el trabajo se pierde mucho tiempo de estar con la familia, mis hijos están creciendo y no quiero arrepentirme luego de no haber pasado mucho tiempo con ellos.
P.– Para muchas personas inteligentes el fracaso siempre es un aprendizaje. A este respecto, ¿en qué crees que has fracasado a nivel personal y profesional?
R.– (Tose) No te podría decir en qué he fracasado. Cada cosa que me ha pasado me ha formado en la persona que soy hoy en día. Fracaso, fracaso, no veo. Más bien son enseñanzas. Veo cosas positivas en todo.
P.– Qué orgullo de padre ver que hace unas semanas tu hijo se graduó, señal de que se han hecho las cosas bien y, encima, os parecéis muchísimo, Christian es como un mini tú.
R.– (Carcajadas) Mira hermano. Te lo juro es un mini yo. No me puedo creer que sea igual a mí. Es idéntico a como yo era a su edad, con 5 años lo mismitico que yo, a los 10 también… Increíble que a los 19 tenga mi misma cara. Es la misma cara a los 19. Y también juega al béisbol como lo hacía yo, quería estar centrado en ello, no tenía un plan B en mente y a él le pasa lo mismo.
De hecho, hace poco le dije que tenía que pensar en ir a la universidad, saber qué carrera estudiar, y se enojó conmigo porque dice que no está buscando un plan B (risas). Me contestó: 'Pero si tú siempre me has dicho que no tenías un plan B?', ¿No confías en mí?. ¡Ay, coño!, hasta en eso es igual a mí, compadre, en la actitud, la personalidad… Lo bueno es que tengo mucha suerte de ser su papá. Tengo dos niños de gran corazón, son muy nobles. No se puede perder eso.
P.– ¿Pero tiene previsto ir a la universidad?
R.– Sí, la empezará. Todavía no quiero ni preguntarle qué hará porque se enoja conmigo. Creo que va a tomar las clases básicas para luego hacer lo que desee. Ahora mismo está interesado en el béisbol y por jugar bien le dan una beca para ir a la universidad, Lo pensará en el 'Summer' (verano). Más adelante habrá noticias (sonríe)
P.– He visto en tu Instagram que estás dando lecciones de conducir a Kailey,
R.– Sí, le estoy enseñando a manejar, estoy con ella a su lado y lo hace muy bien. No corre peligro porque el lugar donde vivimos es como un rancho, no pasan coches e incluso la gente anda con caballos. Es un lugar muy seguro.
P.– Se cumplen 25 años del mediático caso de Elián González, ¿cómo ves que ha evolucionado la sociedad norteamericana y su sistema con respecto a los migrantes?
R.– Hay muchísimas cosas que faltan por hacer para mejorar. Lo de Elián fue triste porque si una madre da la vida por ti en el mar para darte un futuro, lo mínimo que uno puede hacer es poner la política al lado, hacer lo justo. A veces ponemos la política por delante de otras prioridades. Todo lo que está pasando ahora con la migración en Estados Unidos son problemas muy…, hmmm, no soy político, pero todavía nos falta por hacer muchas cosas en muchos aspectos. Se está perdiendo el American Dream, todo el mundo lo tenía. Lamentablemente está desapareciendo.
P.– Aprovechando tu visita, ¿qué otros proyectos tienes en España?
R.– En unos meses sale la serie que grabamos el año pasado llamada Arcadia, pero aún no sabemos la fecha exacta. En estos momentos estoy viendo proyectos a ver qué se nos hace más apetecible. Hay varios proyectos, me demoro para elegir, los vemos todos juntos los proyectos, tanteamos las posibilidades y decidimos.

El actor cubano.
P.– Nuestro país se puede convertir en un plató fijo, ¿no?
R.– Y contento, ¡ehhh!. Ningún problema, hombre. Ojalá.
P.– En Bajo un volcán vuelves a ejercer como productor, ¿deseas controlar el proceso creativo porque tienes una imagen muy potente?
R.– Siempre quise hacer mis propios proyectos y tras crear la productora encontré que tenía mucha más libertad. Es interesante estudiar las propuestas e involucrarse en todo ese proceso porque, en el fondo, todos somos un equipo. No es una cuestión de egos.
P.– En la película es inevitable que sonrías en muchas de las secuencias. Más de una persona pensará que te tendrían que perdonar todos los pecados.
R.– (Risas) ¡Ay, coño!. Va con el personaje, que es muy alegre. Es uno de los roles que más me ha gustado hacer porque me ha dado mucho espacio para jugar, puedo ser más yo. De hecho, con el director Martín Cuervo, con quien tuve una química muy buena, llegamos a acuerdo, vimos las escenas, estuvimos improvisando mucho tiempo, le da frescura a la película, y decidimos no cortar.
P.– La química con Maggie Civantos y Adriana Torrebejano es más que evidente.
R.– Con Maggie tuve una experiencia muy linda, es profesional en todos los sentidos, esta muy centrada, es muy buena persona y tuve mucho gusto con ella. Adriana es un chiste caminando, muy comunicativa, tiene una personalidad que nos partíamos de la risa. Esa química durante la grabación nos ayudó a improvisar mucho más todo el tiempo. Las escenas son muy frescas.
P.– ¿Qué es lo que más te impactó de Tenerife?
R.– La parte del Teide. Es algo increíble. Nunca en mi vida había visto la Vía Láctea a simple vista y la primera vez fue algo indescriptible. El Teide es super cool, se ve el cielo de forma increíble.
P.– Algo muy típico es ir cerca del volcán a asar sardinas.
R.– ¿En serio? Bueno, por el día se dan unos calores del carajo y por la noche un frío que te cagas. ¡Cómo puede cambiar tanto la temperatura!.
P.– Y por último, ¿qué recuerdas de tu entrevista con Mercedes Mila que para ella eres casi como el icono de la belleza griega?
R.– Ja, ja, ja. Se lo agradezco, Es una eminencia. Fue una entrevista con muy buena energía. Se hizo pensando en darle la oportunidad a los fans de estar presentes, y que pudieran conocerme un poco más. Creo que lo logramos. Siempre que tengo chance de compartir y pasarlo bien me apunto el primero.