Karla Sofía Gascón llega en moto a su antiguo barrio de Alcobendas (Madrid).

Karla Sofía Gascón llega en moto a su antiguo barrio de Alcobendas (Madrid). Sara Fernández

Reportajes

El Orgullo salvaje de Karla Sofía Gascón: "Querían acabar con esta gilipollas, pero no contaban con que soy una bestia parda"

Tras irrumpir como una estrella inesperada y ser quemada en la hoguera pública, Karla Sofía Gascón regresa a su barrio de Alcobendas en el que creció. 

"Las trans de hoy irán contra los avances futuros; así somos, imbéciles profundos".

Más información: Karla Sofía Gascón protagoniza junto a Paz Vega el wéstern 'Trinidad'

Publicada
Actualizada

El termómetro se acerca a sus buenos 30 grados antes del mediodía, pero ella aparece de negro implacable. Viene vestida de motera, camiseta sin mangas, brazalete y riñonera ceñida a la pierna. Muy amazona, muy heroína “chunga”, como ella dice. Después de tantos viajes de ida y vuelta, regresa al punto de partida.

Karla Sofía Gascón (Alcobendas, 1972) pasea por las calles que la vieron crecer. Ahí, en el número 8, uno de esos pisos modestos y obreros de la España del desarrollismo, se crió junto a sus padres, su hermano pequeño y otro que ya no está.

Hoy la terraza está llena de bicicletas y ya no sabe quién vive dentro. Tampoco parecen conocerla los vecinos que discuten en la puerta, como todavía se sigue haciendo en los barrios. Al menos en estos de toda la vida, los que menos han asimilado el paso del tiempo.

A ella todo este ambiente le resulta ajeno. Propio de una época que ya fue y a la que sólo acepta volver ante la insistencia del periodista.

En este interbloque ajardinado jugaba con otros niños, estudió electricidad, se fabricó una espada láser con un fluorescente y empezó a tener éxito con las chicas. Luego todo eso cambió. De forma radical, como es ella.

Karla Sofía Gascón, junto a su antigua casa.

Karla Sofía Gascón, junto a su antigua casa. Sara Fernández

PREGUNTA.- ¿A qué te recuerdan estas calles? 

RESPUESTA.- Pues me recuerdan a una época que casi no recuerdo ya, de estar jugando a las chapas ahí abajo, a las canicas. El parque de atrás era todo de tierra, hacíamos la vuelta ciclista y jugábamos al balón. Me acuerdo mucho de que en los recreos tirábamos la pelota contra las paredes de los edificios, porque el colegio estaba justo debajo de mi casa.

P.- Y eso de volver a los orígenes, ¿lo ves como una forma de reubicarte, de saber de dónde vienes o es ya una etapa pasada que no te pertenece?

R.- Lo veo como un momento muy inconsciente, en el sentido de que es una etapa en la que estaba allí físicamente pero en la que no era yo. Es como si no formara parte de mí. Yo no me reconozco en las fotografías de mi infancia, ni siquiera en las de hace diez años. Tampoco soy muy tradicionalista, no tengo demasiado arraigo a la tierra o a un lugar. Aunque, fíjate, la única vez que me pasó algo así fue viviendo en Italia, que escuchaba flamenco y se me caían los lagrimones.

P.- No me digas ahora que eres una folclórica y te gustan los toros.

R.- No, si yo el flamenco no lo aguantaba. Y los toros, la primera y la única vez que fui fue en San Sebastián de los Reyes, que la llaman la Pamplona chica, cuando tenía 18 o 19 años. Me acuerdo de un niño pequeñito gritando “mátalo” y su padre diciéndole que lo gritara más fuerte. Era terrible, me sentí como en el Coliseo y me imaginé todo ese rollo.

P.- Creo que en aquella época estabas muy obsesionada con el físico, que ibas mucho al gimnasio. ¿Sentías que tenías que hacer cosas muy de chico?

R.- Sí, sí, había una presión social muy grande en ese aspecto. Aparte, las películas que yo me tragaba eran todas Rambo, Rocky, Superman, Terminator y así.

P.- Pero, ¿te las ponían en casa o te gustaban a ti? 

R.- A mí me hacían muchísima gracia, me parecían muy divertidas. Rambo, en Vietnam, con la selva, me encantaba. Y Rocky III con Mr. T, que era el malo. Y El retorno del Jedi… 

P.- Es que entre tanta masculinidad se les podría buscar una segunda lectura, ¿no? 

R.- Era lo que se llevaba en esa época, el culturismo, el gimnasio y que las pavas te miraran porque eras el más guay y el más fuerte. Mira, yo en mi carpeta tenía una foto de Samantha Fox, que es lo que me gustaba ser, y en el otro lado, fotos de Rambo pegando tiros con una metralleta.

La actriz repasa su infancia y adolescencia, una etapa en la que ahora no se reconoce.

La actriz repasa su infancia y adolescencia, una etapa en la que ahora no se reconoce. Sara Fernández

P.- Siempre ha estado ahí esa dualidad, entonces.

R.- Había una cuestión que era lo que tú querías ser -o lo que tú sabías que eras- y otra lo que tenías que ser. No tiene mucho misterio. Y luego, es verdad, que empecé a tener muchísimo éxito con las niñas y siempre escogía a las que se parecían a lo que yo quería ser.

P.- Ah, ¿sí? ¿Buscabas en otras lo que querías para ti? 

R.- Pero yo creo que eso pasa en todas las relaciones. Tú ves parejas que tienen un parecido inmenso, que parecen gemelitos, y a mí me pasaba conscientemente.

P.- ¿Cómo se lo tomaron tu hermano y tus padres cuando les dijiste que te sentías mujer? 

R.- Bueno, yo esto se lo dije a mi madre el día que lo iba a hacer. 

P.- ¿Así, de repente? Menudo shock, ¿no? 

R.- No. Vine de México y se lo dije en la cocina. Le dije, “oye, voy a hacer esto y tal”. Y me respondió, “me lo creo, porque todo lo que dices, lo haces”. Le pregunté si nunca había pensado que yo me sentía así y me dijo que no. 

P.- ¿No había intuido nada antes? ¿No hubo ninguna señal previa?

R.- A ver, por ejemplo a la ECAM [Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid] iba en moto en minifalda. Ahora eso se ve más, pero en los noventa todo el mundo flipaba. Con mi mujer, saliendo a la calle, he visto a gente abrir la puerta sólo para insultarme por llevar falda.

P.- ¿Y en casa qué te decían? 

R.- Mi madre me decía, "aquí ven como quieras, pero a casa de tu tío no subas así". El miedo de las familias normalmente no viene de lo que ellos sienten, sino de lo que los demás van a pensar de lo que tú haces. O si se van a reir de ti o te van a tratar mal, también hay mucho de protección.

P.- Entonces, ¿no hubo ningún conflicto cuando decidiste cambiarte de sexo? 

R.- Hubo mucho conflicto con mi mujer. Porque, además, yo estaba en México, estábamos separadas y cuando regreso y le digo, “¿a qué no sabes lo que voy a hacer, cariño?” Me respondió: “vete a tomar por culo”. Fue muy impactante para ella, lo sufrió mucho. 

P.- ¿No habías tratado ese tema antes con ella? 

R.- Ella lo sabe desde los 18 años. Pero no es lo mismo saberlo que hacerlo. Aunque, mira, al final se ha dado la vuelta y ahora está encantada. 

Sara Fernández

La actriz trans

Ya hace un rato que hemos dejado el barrio, mental y físicamente. De los cafés cercanos, sólo había mesa en un bar lleno de abueletes y en un kebab. Lo viejo y lo nuevo de las periferias. 

Así que Karla coge su moto, nos guía y nos conduce a un parque a las afueras, donde no tiene problema en sentarse en un banco apartado, el mejor lugar para confesarse con alguien.

Aquí cuenta cómo pasó del todo a la nada, del éxito al más oscuro purgatorio por unos tuits que ya dieron para muchas polémicas. No hubo arrepentimiento ni disculpas. Confiesa que una amiga se lo hizo ver: es ese tipo de personalidad que necesita reventarlo todo cuando las cosas marchan demasiado bien. 

Es pura catarsis. Quemar la tierra, dejarla reposar y avanzar otra vez por un terreno nuevamente virgen.

Karla coge su moto en busca de un lugar más tranquilo para conversar.

Karla coge su moto en busca de un lugar más tranquilo para conversar. Sara Fernández

P.- Cuando recogiste el premio a mejor actriz en el Festival de Cannes diste un discurso muy reivindicativo sobre el odio hacia las trans. ¿Te gusta sentirte parte de un colectivo? ¿Cogerías una bandera?

R.- No me gustan las banderas, ni los nacionalismos, ni agarrarme a ninguna cosa grupal. Pero al final entiendes que no hay otra forma de que te escuchen, que si no hubiera discriminación positiva seguiríamos con los mismos señores de negro tomándose el carajillo todos los días. Pero con la película todo se desvirtuó. La gente hablaba por todo México, por toda Latinoamérica, por las izquierdas, por las derechas… Yo intento aportar mi granito de arena con lo que digo, pero no creo que represente a nadie más que a mí misma.

P.- Ahí quizás empezó todo. La gente pensó: una artista, trans, con ese discurso guerrillero, progre… Era fácil ubicarte. 

R.- Es que si te soy sincera, mis ideales de cómo tiene que convivir la gente están más cerca de la izquierda que de la derecha. A lo mejor en otras cosas no tanto.

P.- El problema surge cuando aparecen esos tuits y salen otras cosas que te hacen salir del molde.

R.- Es que esas cosas que dicen que yo he dicho no están comprobadas legalmente. Pero me la pela ya, porque estoy hasta la madre de este rollo. O sea, estoy hasta el culo de la tontería. En su momento me callé porque quería decir, “oigan, ¿ustedes están gilipollas o qué les pasa?” Pero el único interés era destrozarme a mí y a la película. Yo era el blanco más fácil y dijeron, “vamos a acabar con esta gilipollas”. Pero no contaban con que yo soy una bestia parda.

P.- Has explicado muchas veces que los tuits te parecen sacados de contexto, pero cuando dices que no está comprobado legalmente…

R- Es que han publicado casi que era una asesina.

P.- Ahora que ha pasado más tiempo, ¿entiendes qué pasó y por qué pasó?

R- Era obvio que se juntaron muchos intereses políticos, sociales, económicos y de muchos tipos para destrozar una película que estaba ganando muchos premios. Pero los más importantes eran los otros [los Oscar]. Por eso dejaron todas las maquinaciones para hacer daño en el momento justo.

P.- ¿No querían que ganara una peli de Netflix, no querían que ganara una trans, no querían que ganara una producción europea? 

R.- Todo eso y más, en una coctelera. En Hollywood no le interesa a nadie que Netflix se lleve el Oscar. Lo hacen todos los años, aunque algún día ganará y no les quedará más remedio. Pero había unos intereses políticos y sociales que iban justo en contra de lo que representábamos la película y yo. Incluso desde dentro del mundo LGTBI.

Había mucha gente que no quería que una actriz trans estuviera siquiera nominada como actriz e hicieron lo posible para que ganara lo que ellos creen que es una mujer de verdad. Invirtieron muchísimo dinero. Si es que lo dije desde el primer día que recogí ese premio que mencionabas. Salió ésta de ultraderecha que era sobrina de Le Pen o no sé qué coño...

P.- Marion Maréchal.

R.- Ésta. Dijo en televisión que el premio no lo había ganado una mujer. Me llamó Jacques [Audiard, el director de Emilia Pérez] para pedirme perdón por haberme metido en este jaleo. Yo le dije: “mi vida, a esto que tú llamas infierno yo le llamo hogar”. Por eso me gusta Rambo. El problema que tenemos en este mundo es que todo pinche Cristo opina lo que le sale del pimiento, lo expresa públicamente y parece que todo vale.

La artista reflexiona sobre la polémica por la que fue apartada de la promoción de Emilia Pérez.

La artista reflexiona sobre la polémica por la que fue apartada de la promoción de Emilia Pérez. Sara Fernández

La política

Y, claro, tanta carnaza tardó una milésima fracción de segundo en llegar a la política. 

El jeroglífico todavía no se ha resuelto: una parte de la izquierda se sintió decepcionada por los comentarios racistas, otra parte de la derecha la defendía de la cancelación woke, las terfas por un lado, los moralistas por otro… El cine y su papel en Emilia Pérez, que había ganado mil premios antes de llegar a los Oscar, quedó a un lado.

Karla Sofía Gascón ya era un personaje público de primer orden, a la espera de una adscripción política clara para quienes sostienen las trincheras.

P.- Hace unos meses, cuando presentaste una nueva versión de tu biografía, viniste con un titular traído de casa en el que decías que eras menos racista que Ghandi y menos de Vox que Echenique.

R.- Sí, luego le pedí perdón a Echenique por haberlo utilizado. Pero era la única forma de decir, “es que sois subnormales”. Pero si decía subnormales también iba a ofender.

P.- No sigas. A lo iba es que, para terminar de ubicarte, si el 0 es la derecha y el 10 es la izquierda, ¿dónde estás tú?

R.- Si te soy sincera, me habría gustado que hubiera un partido centrado de personas normales y corrientes. Mis ideales yo creo que son más de izquierdas, pero a veces perdemos el norte. Jamás me verás con esta gente de Vox, aunque me hacía muchísima gracia cuando me defendían. Quienes me quieren eliminar me defienden y los que están conmigo, me defenestran.

P.- Pero, entonces, ¿dónde te colocas? 

R.- El otro día conocí a Albert Rivera. Y creo que Inés Arrimadas habría hecho un buen trabajo. En conjunto, me gusta el centro. Pero al final, sean de extrema derecha, de extrema izquierda o de centro, a todos les encanta vivir que te cagas de bien. 

P.-  Ya que has vivido en diferentes países, ¿qué opinas, por ejemplo, de pagar impuestos en España? ¿Crees que se pagan demasiados o te sientes a gusto? 

R.- Yo creo que los impuestos bien utilizados son importantes para que haya un equilibrio entre las personas que tienen recursos y las que no, para que podamos vivir en una sociedad más justa. El problema es lo que se hace con los impuestos, ese es el rollo que no entienden los políticos. 

Nosotros los contratamos para que administren nuestro dinero de la mejor forma posible, pero resulta que la mayoría se lo funde en gambas o en cosas que no deberían. Y, en cambio, nos dicen cómo tenemos que comportarnos y qué tenemos que hacer.

P.- Viendo los casos de corrupción que aparecen a diario, con dinero, prostitutas… ¿Qué película es España?

R.- Antes lo tenía más claro, la veía una España muy de Alfredo Landa. Ahora ya no lo tengo tan claro. Somos una España muy de Torrente, pero también creo que hay un avance europeísta muy interesante. 

P.- ¿Qué contradicción, no?

R.- Sí, porque hay un una especie de interés en avanzar, pero seguimos anclados en ese rollo de pandereta, casete y fiesta. 

Sara Fernández

P.- Me has dejado claro que con Podemos nada, pero, ¿estarás con la ley trans, no? 

R.- Estoy a favor por la parte que me toca, claro. Lo que pasa es que cuando tú pones leyes que no son acordes a la realidad social, crean una especie de confusión muy grande. Al principio salió mucho tonto haciendo el show para hacer ver que la ley era una mierda y eso es lo que creo que ha estropeado un poco el concepto.

P.- Hay una vertiente dentro del feminismo, dentro de esa izquierda con la que te identificas en lo social, que excluye a las trans porque consideran que los derechos que hay que defender son los de las mujeres biológicas. 

R.- ¿Y quién te puede decir a ti quién es una mujer biológica y quién no? ¿A qué nos reducimos, al cromosoma que a usted le dé la gana, al concepto social o a si tenías una cosita u otra? Esa parte lo que hace es dar la razón al patriarcado. Me molestan muchísimo estas señoras que se creen más mujeres que otras porque son ellas quienes reparten el carné.

Y eso es igual que quienes quieren impedir que las mujeres y hombres trans compitan en sus categorías deportivas. Cuando tú has pasado por un proceso, o incluso antes, estás exactamente en las mismas condiciones. Sería como cuando se decía antes que las personas de color no podían competir con las blancas porque estaban más capacitadas. Lo que sí tiene que haber son unos controles en cuanto a los niveles de testosterona, musculatura o lo que sea.

P.- Hemos hablado de la política en general, pero te quería preguntar por el presidente, por Pedro Sánchez. ¿A nivel actoral, interpretativo, te resulta creíble?

R.- Los políticos son los mejores actores que hay en el mundo, los que mejor interpretan. Ellos sí que se merecen un Oscar.

P.- Pero yo te estoy preguntado por uno en concreto.

R.- No lo conozco, no puedo valorar. Creo que ha hecho cosas muy buenas por el país y otras cosas que a lo mejor no lo son tanto. 

P.- ¿Y qué te parece esa izquierda bienpensante a la que llaman woke?

R.- Que está muy bonito tener ideales y querer un mundo mejor. El problema es cuando estás metido en una burbuja, en la que solamente escuchas lo que a ti te interesa y no eres capaz de tener una visión objetiva sobre lo que sucede realmente. Y esto pasa mucho ahora mismo. Aunque esto no es de izquierdas ni de derechas, es del ser humano.

Karla Sofía Gascón muestra su simpatía por Ciudadanos.

Karla Sofía Gascón muestra su simpatía por Ciudadanos. Sara Fernández

El Orgullo

Resulta difícil sumarse a la masa, al colectivo, a esos conceptos del siglo XX, cuando el personaje va por libre. Le gusta volar sin ataduras. Pero ahora que Karla Sofía es otra vez aceptada, ha vuelto a rodar -acaba de terminar la grabación de un wéstern junto a Paz Vega- y, por tanto, ha sido asimilada de nuevo por el sistema, dice que celebrará el Orgullo. 

No le gustan las aglomeraciones y cuando se encuentra en un lugar abierto piensa en un baño donde ir a hacer sus cosas. Pero esta vez será diferente. Saldrá y festejará como un ángel caído que se ha vuelto a levantar. Y qué hay más poético para una mujer que fantaseaba con la luz y los seres de la oscuridad.

P.- En la biografía de la que hablábamos antes comienzas hablando de pensamientos suicidas. ¿Qué pasa por la cabeza de una persona que ha nacido con un sexo que cree que no es el suyo? ¿Cómo se gestionan todas esas contrariedades?

R.- Pues si tienes un apoyo, el conflicto es menor. Pero cuando no lo tienes, te preguntas para qué estás en este mundo y cómo vas a poder solucionar tus problemas. Imagino que le ha pasado a mucha gente en esta situación. Cuando yo me sentí sola, sí que pensé que igual no era bueno estar. 

P.- Y ahora, con la experiencia, ¿qué le aconsejarías a una niña en esa misma situación? 

R.- Que hay otras personas en otros países que no tienen las mismas oportunidades. Estaba leyendo un libro que se llama Las malas, [sobre una chica travesti en una comunidad argentina] que estamos a la espera de llevarlo al cine, y tuve que cerrarlo varias veces de las cosas que contaba. 

Es importante no dejarse avasallar y para eso hay que tener mucho valor. Porque hay personas que aun sabiendo que van a destrozar sus vidas y que van a seguir un camino muy difícil, prefieren ser ellas mismas antes que seguir actuando en una vida que no les corresponde. Y para los padres, amor y apoyo. Pero te voy a decir lo que va a pasar, si quieres.

La artista también entra en polémica con las propias trans.

La artista también entra en polémica con las propias trans. Sara Fernández

Sorpréndeme.

R.- Algún día la transexualidad será muy normal. Será tan normal que las mismas personas transexuales que ahora mismo luchan por sus derechos criticarán a otras que quieran seguir avanzando. No sé, si hay trans que pueden tener hijos o lo que sea.

P.- ¿Quieres decir que la propia naturaleza humana nos lleva a demonizar el siguiente paso? ¿Que a las y los trans no les gustará quienes vayan por delante de ellas y ellos?

R.- Por supuesto. Hay personas que ahora pertenecen a un colectivo maltratado, que en su momento serán ellas quienes maltraten. Así somos los seres humanos, imbéciles profundos.