Bomberos rescatando el coche hundido en un canal de Cartaya (Huelva).

Bomberos rescatando el coche hundido en un canal de Cartaya (Huelva). Bomberos de Huelva.

Reportajes SUCESOS

Braulio, Jesús y Cristian, los tres jóvenes muertos tras volcar su coche en Cartaya, cayeron al canal por conducir "muy rápido"

Los tres ocupantes del BMW Serie 3 —que no pasó la Inspección Técnica Vehicular— tenían, además, antecedentes penales por robo.

Más información: El coche en el que se ahogaron tres veinteañeros en Cartaya no había pasado la ITV: la corriente los arrastró 400 metros.

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Conducían demasiado rápido. Esa es la conclusión preliminar que manejan los agentes de la Guardia Civil que investigan el accidente mortal ocurrido la madrugada del lunes en Cartaya (Huelva), en el que tres jóvenes del municipio —Braulio P., Jesús C. y Cristian G., de entre 26 y 27 años— murieron ahogados al caer su coche al canal del Piedras. Una conducción temeraria, según fuentes policiales, sumada a la posible presencia de otro vehículo en la escena, están en el centro de las pesquisas.

El coche, un BMW Serie 3 de 1999, se salió de la carretera HU-3401, conocida como la vía de Tariquejos, y acabó bocabajo en una zanja hidráulica de paredes verticales. Fue arrastrado por la corriente más de 200 metros hasta una zona de vegetación baja llamada Valdeflores, al norte del municipio. Los cuerpos fueron hallados a las 8:22 de la mañana, atrapados dentro del vehículo.

La línea de investigación prioritaria es la de una salida de vía por exceso de velocidad. "Por los primeros indicios, todo apunta a que circulaban muy rápido", sostienen fuentes de la Guardia Civil. El quitamiedos metálico apareció arrancado de cuajo y hay marcas de neumáticos en el asfalto que evidencian una pérdida de control. Pero no es lo único que se analiza.

El canal donde fue encontrado el vehículo, justo antes de que las autoridades bajaran su nivel dos metros para poder extraerlo.

El canal donde fue encontrado el vehículo, justo antes de que las autoridades bajaran su nivel dos metros para poder extraerlo. Bomberos de Huelva.

Los agentes tampoco descartan la implicación de un segundo vehículo. Podría haber estado involucrado directamente en el siniestro o haber generado una situación de tensión o huida. No hay cámaras de seguridad en el tramo donde ocurrió el accidente, pero sí se han recogido restos metálicos que no se corresponden con el BMW siniestrado.

Jóvenes con antecedentes

Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL de las mismas fuentes policiales, los tres fallecidos tenían antecedentes penales por robo con fuerza. No eran desconocidos para los cuerpos de seguridad. Uno de ellos, incluso, había estado recientemente implicado en una denuncia por la sustracción de material agrícola en una finca próxima.

A pesar de ello, agentes de la Guardia Civil han querido dejar claro que la investigación no vincula de forma directa sus antecedentes con el accidente. Las pesquisas se centran por ahora en las circunstancias mecánicas y contextuales del siniestro vial.

"El coche estaba completamente volcado, con las ruedas hacia arriba. Tuvimos que bajar al agua con neoprenos y cuerdas para asegurar la zona y remolcarlo", explicó el subinspector Rafael Rodríguez, jefe del parque de Huelva. Al acercarse al coche, los bomberos tocaron los cuerpos antes de poder verlos. Los tres estaban atrapados en el interior.

Fue un vecino quien alertó al 112 tras divisar parte del chasis en el agua. El canal del Piedras, que transporta agua desde la presa del mismo nombre hasta Huelva capital, es una infraestructura de corriente intensa, sin zonas de escape. Cuando llegaron los bomberos del Consorcio Provincial, procedentes de los parques de Ayamonte y Aljaraque, se encontraron con una escena de máxima dificultad.

Historial mecánico

El vehículo, que pertenecía a Cristian G. desde octubre de 2024, había pasado su última ITV en enero de este año, pero estaba ya fuera de plazo desde febrero. Lo preocupante no es solo eso, sino el historial: según datos de la DGT consultados por este medio, el coche acumulaba cinco inspecciones técnicas desfavorables desde 2016, con defectos graves en la dirección, el alumbrado y los frenos.

Matriculado en 1999, el coche había cambiado de manos al menos diez veces y acumulaba más de 423.000 kilómetros. Un vehículo desgastado, sin garantías técnicas plenas, y que nunca debió enfrentarse a una carretera secundaria y sin iluminación a altas horas de la madrugada.

El lugar del accidente, en el tramo norte de la HU-3401, es conocido por su peligrosidad. No hay quitamiedos homologados, la calzada es estrecha y el canal fluye pegado al arcén. Las paredes del canal tienen una pendiente de 90 grados y una profundidad suficiente para engullir por completo un coche sin que quede rastro. La zona ha sido escenario de otros accidentes menores, aunque este es el más trágico que se recuerda.

Mientras tanto, otra rama de la investigación se centra ahora en reconstruir las últimas horas de los tres jóvenes. Se están revisando cámaras en gasolineras, comercios y rotondas del entorno. También se analizarán los móviles de las víctimas para obtener datos de geolocalización o mensajes que puedan arrojar luz.

La Benemérita también ha solicitado el análisis de los restos encontrados en la calzada y en el canal para determinar si efectivamente pertenecen a otro vehículo. Hasta ahora, no hay ninguna prueba definitiva que confirme esa segunda presencia.

Imagen del vehículo en el momento en el que se procedía a extraerlo del canal en el que quedó atrapado.

Cartaya, de luto

El Ayuntamiento ha decretado tres días de luto oficial. Las banderas ondean a media asta y se han suspendido todas las actividades festivas. "Ha sido una mañana trágica", declaró el alcalde, Manuel Barroso. "Cartaya está de luto. Tres hijos del pueblo se han ido de la forma más cruel".

El ambiente en el municipio es denso. Los vecinos, entre la tristeza y el recelo, murmuran sobre los rumores. En los portales, en los bares, se cruzan gestos de incredulidad. "No eran unos santos, pero tampoco merecían esto", dice un joven que los conocía desde el colegio. Otros, en cambio, insinúan que algo raro pasó esa noche.

Los cuerpos han sido trasladados al Instituto de Medicina Legal de Huelva. Se espera que los exámenes forenses determinen si alguno de los ocupantes del coche murió por el golpe o si todos fallecieron ahogados. También se analizarán los restos sanguíneos en busca de alcohol, drogas u otras sustancias que pudieran haber afectado a la conducción.

La investigación podría prolongarse varios días. La Guardia Civil mantiene abiertas todas las hipótesis, aunque el foco —por ahora— está en el exceso de velocidad como causa directa. Los informes mecánicos y las autopsias podrían cerrar el círculo o, al contrario, abrir nuevas preguntas.