A la izquierda, el concejal del PP Jorge Mota, cuyo hermano fue asesinado por ETA en 1990; a la derecha Sandra Barrenechea, nueva edil de Bildu, quien fue condenada por formar parte de EKIN.

A la izquierda, el concejal del PP Jorge Mota, cuyo hermano fue asesinado por ETA en 1990; a la derecha Sandra Barrenechea, nueva edil de Bildu, quien fue condenada por formar parte de EKIN. Cedida / EH Bildu

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Al hermano de Jorge Mota (PP) lo mató ETA y desde hoy debe compartir pleno con una edil condenada por terrorismo

El concejal de San Sebastián se sienta a escasos metros de Sandra Barrenechea, de EH Bildu, vinculada a Ekin, la organización que hacía de cadena de transmisión entre la rama política de la banda terrorista y su brazo armado.

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A Jorge Mota, concejal del Partido Popular en el ayuntamiento de San Sebastián, le faltan adjetivos para describir lo que siente. De su boca salen palabras como "repugnante", "ofensivo", "humillante". Desde este jueves, a menos de seis metros de distancia, tendrá que compartir pleno con Sandra Barrenechea, una concejal de EH Bildu que fue condenada por terrorismo. Ella perteneció a Ekin, la organización heredera de KAS (Koordinadora Abertzale Sozialista) que hacía de correa de transmisión entre la rama política de ETA y su brazo armado. O, en palabras del edil, "aquellos que pasaban la información para extorsionar a sus objetivos". Objetivos que, como su hermano, muchas veces fueron asesinados.

Aún recuerda aquel fatídico 13 de marzo de 1990. Ángel Jesús Mota Iglesias, funcionario de prisiones en la cárcel donostiarra de Martutene, está en el barrio de El Antiguo, en San Sebastián. Su esposa Ana termina la jornada en su negocio de fotografía. Otro día más. Mientras echa el cierre al local, Ángel coge a su bebé, de seis meses, y se dirige hacia el coche para acomodarlo en su sillita y conducir de vuelta a casa. Ella baja la persiana metálica. De pronto, el rugido ensordecedor de una detonación. El corazón se desboca.

El etarra Francisco Javier Balerdi Ibarguren acaba de descerrajarle a Ángel un tiro a quemarropa. Por la espalda. En la cabeza. Sin piedad. Poco importa que lleve al niño en brazos. Ambos, padre e hijo, se desploman sobre el suelo. Ana está en shock. Al pequeño tiene que rescatarlo del charco de sangre una vecina que pasa por la zona. Ángel muere al día siguiente, 14 de marzo, en el hospital. ETA se acababa de cobrar otra vida más. Su primer funcionario de prisiones. Una sangrienta victoria para la izquierda abertzale.

Ángel Jesús Mota, hermano de Jorge Mota, durante su juventud.

Ángel Jesús Mota, hermano de Jorge Mota, durante su juventud. Imagen cedida

Mota, decíamos, recuerda aquella tarde infernal con inmensa pesadumbre. Han pasado ya casi 35 años del asesinato de su hermano, pero el dolor no cesa. Cada día, cada noche, recuerda el rostro de Ángel, su ilusión por dedicarse al magisterio, su voz. El padre de ambos murió de Alzheimer hace unos años. Nunca dejó de culparse por la tragedia. Él también había sido funcionario de prisiones y le dijo a Ángel que se postulase a una de las plazas de interino. Aprobó las oposiciones. Jamás se lo perdonó.

Cinco años después, ETA comenzó a enviar circulares a los directores de las prisiones amenazándolos de muerte. Estos, temerosos de pisar la calle, se quedaban en las cárceles de forma preventiva. Como los etarras tenían que matar a cualquier costa, pusieron la mira en los trabajadores de los presidios. A Ángel le tocó como le podía haber tocado a cualquier otro.

"Ibarguren, que era un trabajador de Herri Batasuna en el ayuntamiento de San Sebastián, fue el que lo mató. La bala tenía orificio de entrada y de salida. Podría haber matado perfectamente a mi sobrino". Jorge lo cuenta con crudeza, distante, sabedor de que en un mundo ideal el próximo 14 de marzo el ayuntamiento de San Sebastián estaría honrando su memoria en el 35 aniversario de su asesinato.

La realidad es bien distinta. Desde este jueves, Mota tendrá que vérselas a diario con la nueva edil de Bildu en el cabildo donostiarra. Ella sustituye a la concejala Olaia Duarte, que se pasa al Senado. Al dejar su puesto vacante, este debe ocuparlo el siguiente de la lista electoral, Sandra Barrenechea. "La cual ha sido colocada, con mucha maldad y frivolidad, por el grupo municipal de San Sebastián o incluso por el mismo Otegui y la cúpula de EH Bildu. La han puesto allí por su afán de seguir humillando a las víctimas".

Jorge Mota (c) en un homenaje a Miguel Ángel Blanco.

Jorge Mota (c) en un homenaje a Miguel Ángel Blanco. Imagen cedida

Sandra Barrenechea fue detenida junto a otras ocho personas en 2010 por integrar la dirección de Ekin, el entramado político de ETA que nació en 1999 para encargarse de la agitación popular y de que las directrices de la banda terrorista se llevaran a cabo. Fernando Grande-Marlaska, que entonces era juez de la Audiencia Nacional, envió a seis de los detenidos a prisión incondicional, entre ellos a Barrenetxea. Finalmente, fue condenada a un año y nueve meses.

"No obstante, no llegó a entrar en la cárcel porque confesó que no era partidaria de la violencia. Tuvo una reducción de la pena. Es lo que le pasa a muchas personas de tercer grado, etarras que dicen acogerse a los beneficios penitenciarios y salen antes de tiempo", asegura Jorge Mota. "Claro, a todos les da amnesia, nunca se acuerdan de quiénes eran los líderes para los que trabajaban ni qué actividades hacían. Pero Sandra Barrenechea estuvo en Ekin", incide.

"¿Quién me dice que no fue ella misma quien pasó a ETA la información sobre mi hermano para que lo matasen? De pronto, voy a tener a esa persona enfrente. A menos de seis metros. Me parece repugnante. Indignante. Ofensivo. Pero la repugnancia y la indignación no sólo me afectan a mí, sino a todas las víctimas del terrorismo".

Tras el asesinato de Ángel, Jorge se sumó a la organización Denon Artean Paz y Reconciliación, germen del Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco (Covite), del cual fue presidente, aunque años después saldría para integrarse en Asociación Víctimas del Terrorismo, de la cual hoy es delegado en el País Vasco.

Mota considera la estrategia de Bildu una provocación. La organización que dirige Arnaldo Otegui vende a Barrenechea como un perfíl "con una sólida trayectoria en igualdad", una "politóloga y socióloga con más de una década trabajando como técnica de igualdad en la administración". Ella misma se describe a sí misma como una acérrima feminista y considera "las políticas de igualdad una herramienta imprescindible" para el progreso.

Sandra Barrenechea Díaz (Bilbao, 1975) también es licenciada en Ciencias Políticas y Sociología y cuenta con tres másteres, uno en Igualdad de Mujeres y Hombre, otro en Áreas y Modelos de Investigación en Ciencias Sociales y un último en Enseñanza de Educación Secundaria Obligatoria, los tres acabados tras su detención. Entre su experiencia laboral se encuentra haber sido técnico de Igualdad y de investigación y consultora en el ámbito privado, social y sindical.

El nombre de Barrenechea también saltó a la prensa nacional en 2017 después de que esta acusara a cuatro guardias civiles de agresión sexual y torturas durante su detención. Todos ellos fueron absueltos por el magistrado de la Audiencia de Bilbao Alfonso González-Guija Jiménez por falta de pruebas.

Jorge Mota (c) junto a sus padres y sus hermanas en la prisión de Martutene, donde se colocó una placa en homenaje a los funcionarios asesinados por ETA.

Jorge Mota (c) junto a sus padres y sus hermanas en la prisión de Martutene, donde se colocó una placa en homenaje a los funcionarios asesinados por ETA. Imagen cedida.

"Mi respuesta será la 'no bienvenida' a una persona que colaboró con ETA. Para mí es una terrorista. Es humillante e inaceptable normalizar en las instituciones a quienes sembraron terror, muerte y sufrimiento", zanja Jorge Mota, quien recuerda que ya ha tenido que lidiar con otros condenados por pertenencia a la banda terrorista en el ayuntamiento de San Sebastián, como el actual concejal Jon Markel Orgazábal, condenado a seis años de prisión por pertenecer a la organización juvenil Jarrai.

Covite, por su parte, recuerda que Barrenechea es una de las 44 personas que habían sido colocadas en las listas de EH Bildu para las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo de 2023 y que habían sido condenadas por su vinculación con ETA.

Un pleno tenso

Durante la toma de posesión de Barrenechea se vivieron momentos de tensión. El portavoz del PP en el ayuntamiento donostiarra, Borja Corominas, aseguró que se trataba de "un día triste para San Sebastián". Mientras los concejales Jorge Mota y Vanesa Vélez se levantaron del pleno, el portavoz popular quiso tomar la palabra, pero el alcalde de la localidad no se lo ha permitido. Acto seguido, le han silenciado el micrófono.

Borja Corominas considera que es un día "doblemente triste" en su ciudad. "Primero, por la toma de posesión de una persona que estuvo condenada por pertenencia al entramado de ETA. En segundo lugar, por no permitirnos expresarnos libremente en el pleno del Ayuntamiento".

Con su intervención en el pleno del Ayuntamiento, Corominas quería "exigir un compromiso moral con la sociedad" a la que representa. "Un mínimo compromiso ético que ayude a articular vías de entendimiento entre diferentes, un compromiso ético que permita marcar los límites de la decencia política entre los que se establezca el debate público en nuestra ciudad. Ese compromiso ético tiene un mínimo suelo que pasa por condenar el asesinato político, por pedir perdón por los asesinatos cometidos en nombre de una ideología perversa, y pasa, obviamente, por no haber pertenecido a ETA ni a su entorno. Porque nadie pertenece a ETA por error".