Rocío Monasterio, portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, comparece el pasado miércoles en la Real Casa de Correos de Madrid.

Rocío Monasterio, portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, comparece el pasado miércoles en la Real Casa de Correos de Madrid. Kiko Huesca EFE

Reportajes VOX

Rocío Monasterio y su condena al ostracismo en Vox: sin influencia y fuera de la cúpula de Abascal

El peso político de la portavoz de Vox en la Asamblea madrileña es mínimo tras la mayoría absoluta de Ayuso. El partido frenó su salto al Congreso.

22 enero, 2024 02:05

Corrían las 19:06 del pasado jueves cuando Rocío Monasterio (Madrid, 1974) apareció frente al madrileño Teatro de La Abadía. Un abrigo blanco la distinguía sobre el resto a su entrada en la calle Fernández de los Ríos. La acompañaba Javier Ortega Smith, compañero, portavoz en el Ayuntamiento de Madrid y tándem electoral en la capital, cuyo futuro también cotiza a la baja en los planes de Santiago Abascal.

No más de 150 personas alentaron la protesta contra Altsasu, la obra de teatro creada y dirigida por María Goiricelaya que, sospechosa de equidistante con los guardias civiles agredidos en 2016 en esa localidad navarra, ninguno de los manifestantes había visto. "No necesito verla, es una infamia", zanjó el propio Ortega Smith preguntado por este periódico. "La han visto mis asesores", aclaró.

Pero Monasterio y Ortega Smith se quedaron solos en su reivindicación. Ningún dirigente nacional del partido arrimó el hombro. Ambos aprovecharon la presencia de un megáfono para sentir la comunión con el capítulo de Ferraz hasta allí desplazado. Más que ese mundillo abertzale con el que empatiza la obra, Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida fueron las dianas de sus críticas. El dinero público que sostiene el teatro justificó los reproches.

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Sendas mayorías absolutas del PP en comunidad y capital han minimizado el papel de Monasterio y Ortega Smith en Asamblea y Ayuntamiento, respectivamente, desde el pasado 28 de mayo. En Bambú, sede nacional de Vox, son conscientes del problema. La falta de tirón frente a la hegemonía popular en la capital y la necesidad de fraguar nuevos liderazgos parecen asignaturas inabordables para Abascal.

Por eso se prodigó más en otros territorios con mejores expectativas durante la campaña. Las elecciones no hicieron sino cumplir los pronósticos. No obstante, Rocío Monasterio, que bajó de un 9% de votos en 2019 al 7% de las últimas elecciones autonómicas, digirió sola el resultado, sin el respaldo del líder de Vox junto al atril.

Javier Ortega Smith (c), y Rocío Monasterio (c-i) durante la concentración con motivo del estreno de la obra 'Altsasu'.

Javier Ortega Smith (c), y Rocío Monasterio (c-i) durante la concentración con motivo del estreno de la obra 'Altsasu'. EFE

Hace tiempo, además, que sus rostros ya no figuran en ese Monte Rushmore del populismo de derechas que Vox talló en noviembre de 2018 junto a Abascal e Iván Espinosa de los Monteros, marido de Monasterio, y cuya salida el pasado agosto ahondó en su soledad frente a las figuras emergentes del partido. 

¿Y por qué Abascal no contará con ella para su nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN)? Su ausencia es uno de los puntos más destacados por las numerosas fuentes consultadas por EL ESPAÑOL. Adelantada la Asamblea General del partido al próximo 27 de enero, el líder de Vox aumentará de 11 a 20 los miembros de la cúpula. Monasterio no estará en el máximo órgano directivo del partido pese a duplicarse. Tampoco contará con dirigentes íntimamente afines. 

Ni Congreso, ni Disenso

Monasterio es presidenta del Comité Ejecutivo Provincial (CEP) de Vox en Madrid. "Rocío no puede estará en el CEN porque los estatutos impiden que un presidente provincial forme parte", justificaban a este periódico fuentes próximas a Monasterio durante la manifestación del pasado jueves. 

Sin embargo, como ha podido comprobar EL ESPAÑOL, tal incompatibilidad no consta en los estatutos aprobados por el partido el pasado junio. No en vano, hasta tres presidentes provinciales tendrán asiento en la nueva ejecutiva. Es el caso de José Ángel Antelo, vicepresidente murciano y presidente del CEP de Vox en Murcia; José María Figaredo, secretario general del grupo parlamentario de Vox en el Congreso de los Diputados y presidente del CEP asturiano; y Blanca Armario, diputada y presidenta del CEP de Cádiz.

Las fuentes próximas a Monasterio no han vuelto a contestar a este periódico. Tampoco desde la dirección nacional de Vox aclaran una afirmación que contaría con tres excepciones. 

Sí estará Ortega Smith, cuya ausencia en la nueva ejecutiva habría motivado un nuevo cisma en el seno de la formación. Tanto en ciertos sectores más nostálgicos con los postulados iniciáticos del partido como en la opinión pública. Conocido su malestar con el rumbo actual de Vox, las especulaciones sobre una eventual candidatura del portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid han sido múltiples en las últimas semanas. El adelanto electoral arruinó toda posibilidad. 

"Si algo caracteriza a Rocío es su resistencia", destaca una fuente próxima a Monasterio en conversación con este periódico. La portavoz de Vox en la Asamblea madrileña resiste mientras la dirección nacional impulsa los liderazgos de sus cuatro vicepresidentes autonómicos y abona los perfiles jóvenes para conectar con su principal nicho electoral. "Mientras Abascal abandona a quienes crearon el partido en 2014, confía en quienes comenzaron a arrimarse en 2019", sintetiza otra fuente.

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El inminente adelanto electoral que Pedro Sánchez anunció el 29 de mayo, día posterior a las elecciones autonómicas y municipales que certificaron el fracaso de Vox en Madrid, abrió una espita para Monasterio que Bambú pronto cerró. La posibilidad de una isla. Buscar un puesto de salida el 23-J y dar el salto al Congreso de los Diputados. Presidido por el jefe de la delegación de Vox en el Parlamento Europeo, Jorge Buxadé, quien será relegado de vicepresidente a vocal en la próxima ejecutiva; el comité electoral no llegó a contemplar dicha posibilidad

Además, tal y como publicó este periódico, Buxadé "sugirió" a Monasterio los fichajes en calidad de asesores de dos dirigentes cercanos: Marcos Cruz, entonces vicesecretario nacional de Afiliación; y Julio Utrilla, exdiputado por Valencia. El hecho soliviantó al entorno de Monasterio durante semanas. Además, fue uno de los motivos del abandono de un Espinosa de los Monteros cuyo peso orgánico menguaba paulatinamente.

A Monasterio siempre se le incluyó en esa misma corriente liberal que, encabezada por el propio Espinosa de los Monteros, fue engullida por el sector más conservadurista del partido. Anunciada el pasado martes, la ausencia de Víctor González Coello de Portugal en el próximo CEN ha sido vista por muchos como el último acta de defunción liberal despachada por Abascal. Fuentes cercanas al líder de Vox insisten en descartar dicha división. 

Tampoco cuajó la opción de presidir Disenso, el think tank de Vox siempre en el ojo del huracán por la gran cantidad de recursos (7.870.000 euros) que el partido ha destinado a la batalla cultural a través de dicha fundación. Monasterio mantiene una estrecha relación de amistad con Jorge Martín Frías, responsable del laboratorio de ideas donde Bambú sondeó su acomodo. Según publicó The Objective, la intención de Abascal y sus colaboradores era "dejarla morir ahí"