Diego Rodríguez, ingeniero eléctrico.

Diego Rodríguez, ingeniero eléctrico. Cedida

Reportajes

A Diego se lo rifaron al terminar la universidad: la carrera en la que siempre encuentras trabajo

Ingeniería Eléctrica, en la UEx, no tiene paro: el auge de las energías renovables hace que las empresas se rifen a los ingenieros.

4 diciembre, 2022 02:11

Cuando a Diego Rodríguez (Badajoz, 1994) le preguntaban qué quería ser de mayor él no contestaba futbolista ni astronauta. "Mi única vocación era ayudar a las personas, por eso pensaba en la medicina", decía. Por ello, cuando llegó a los 18 años, su elección pudo sorprender a propios y extraños: Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Extremadura. Lo que podría parecer algo aleatorio se convirtió, a la postre, en un gran acierto: "Estaba haciendo la carrera y ya me llegaban ofertas de trabajo", asegura a EL ESPAÑOL. 

Lo mismo han experimentado todos los alumnos de su promoción. Apenas eran una veintena, pero todos veían cómo les llovían las ofertas sin llegar a estar graduados: Ingeniería Eléctrica, en la UEx, es una carrera que no sabe lo que es el paro, la carta a jugar para quienes apuestan todo a la seguridad laboral.

La familia y los profesores han sido dos enormes pilares en la formación de Rodríguez. "Vengo de una familia humilde y la idea era hacer una carrera para vivir mejor de lo que pudieron ellos", cuenta. El momento clave ocurrió en 2º de Bachillerato, cuando un profesor le planteó la posibilidad de hacer una ingeniería, algo que no había pasado por su cabeza.

Diego Rodríguez, junto a un lago.

Diego Rodríguez, junto a un lago. Cedida

"Me acordé de mi padre, que siempre se ha dedicado a temas como instalaciones eléctrica", recuerda este joven. Por tanto, la ingeniería escogida fue la eléctrica, que además "parecía más aplicada, más práctica". Sospecha que certificó pronto: "Yo no sabía que esta carrera no tenía paro, pero en esos años mis profesores me decían que tendría trabajo incluso antes de salir".

Rodríguez salió con trabajo, tal y como le habían pronosticado, con la capacidad de firmar proyectos y con una marca personal respecto a otras carreras. Razones que considera más que suficientes para poder decir, sin temor a equivocarse, que tomó la decisión correcta al hacer Ingeniería Eléctrica.

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Trabajo garantizado

Diego Rodríguez se graduó en 2018 y entró directamente a trabajar. Como el resto de sus compañeros, ya podía haber empezado antes, pero prefirió esperar a terminar la carrera. José Luis Canito, director de la Escuela de Ingenierías Industriales de la UEx, explica a EL ESPAÑOL que las empresas les piden estudiantes "desde hace meses, hay una demanda brutal y no encuentran trabajadores. Nuestros alumnos tardan cinco años de media en graduarse, pero antes de terminar es muy fácil que ya estén contratados".

Rodríguez consiguió un contrato en DuctoLux, una empresa de ingeniería ubicada en Mérida. Entró gracias a un programa de innovación y talento que se dedicaba a la digitalización de fotovoltaicas y termosolares. Un campo en auge, más aún si cabe con la crisis energética actual, donde a los alumnos como Rodríguez se los rifan.

"Todo lo relacionado con las renovables ha pegado un gran 'boom'. Empezaron a subir las facturas eléctricas y la gente comprobó que este tipo de instalaciones se amortizan mucho antes. Por eso existimos nosotros, porque hacemos estudios especializados que clavan cuándo se amortiza una instalación, cuántas placas es recomendable poner...", argumenta Rodríguez. Al mismo tiempo que trabajaba para DuctoLux, este pacense realizó un Máster de investigación, otra de sus grandes pasiones.

Escuela de Ingenierías Industriales de la UEx.

Escuela de Ingenierías Industriales de la UEx. Cedida

Por ello, cuando expiró su contrato decidió dar el paso al mundo académico. Otra de las ventajas de Ingeniería Eléctrica es su versatilidad, abriéndose ante los graduados un abanico de posibilidades muy distintas entre sí. "La gente no lo sabe, pero nuestra carrera te da muchas herramientas. Yo he tenido la suerte de que me gustan muchos campos distintos, tengo más de 30 cursos en energía renovable, alta tensión, programación... son temas muy actuales y se necesitan a muchos ingenieros", explica.

En la UEx, Rodríguez investigó sobre energías renovables, fotovoltaicas, contaminación lumínica o mejora del cielo estrellado en Extremadura. Uno de los proyectos que llevaron a cabo en la Escuela de Ingenierías Industriales fue la creación de una web que conecta a personas que tienen ideas con otras (mecenas, inversores o empresas), los llamados 'nodos', que puedan impulsar esas ideas de alguna manera: "La red te conecta con la necesidad que tengas para convertir la idea en realidad".

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Pero Diego Rodríguez es un hombre de acción y no le gusta verse demasiado tiempo en el mismo lugar. Así, dejó la universidad para volver al sector empresarial: "Este año estoy en Somos Emotion, una empresa del parque tecnológico y científico de Badajoz que se dedica al tema de fotovoltaicas, instalaciones, comprobación y mejora de baterías de coches eléctricos, detectar fallas, dimensionar puntos de recarga eléctrica, mejorar la eficiencia enegética o el estudio de facturas eléctricas", entre otras muchas cuestiones.

Una clase de la Escuela de Ingenierías Industriales.

Una clase de la Escuela de Ingenierías Industriales. Cedida

Ingeniería asequible

Uno de los grandes miedos de los jóvenes a la hora de decantarse por una ingeniería es el aura de dificultad que rodea a estas titulaciones. Diego Rodríguez, sin embargo, opta por "desmitificar eso de que la ingeniería es supercomplicada". "Lo oficial son cuatro años y hay gente que consigue sacarse el título en ese tiempo", dice. Él tardó seis años, "otra gente la hace en cinco, algunos en más... pero, si estudias y le dedicas el tiempo y las ganas necesarias, la puedes sacar perfectamente en cuatro años".

Este grado, que este verano se coló en el prestigioso ranking de Shanghái como la mejor entre las más de 50 universidades que ofrecen esta titulación en la nación, está a la vanguardia en España. El tema de las energías renovables está tan candente que Rodríguez afirma que muchos compañeros que no eran ingenieros eléctricos también se están dedicando a ellas. Es decir, hay escasez de ingenieros eléctricos.

Por todo esto, Rodríguez no entiende que haya tan pocos jóvenes que opten por esta ingeniería. "Apoyo mucho a la gente que intenta hacer este tipo de carreras tecnológicas porque hay mucho futuro en ellas, no se imaginan las enormes posibilidades que tiene. Yo he estado en inteligencia artificial, 'machine learning'... puedes dedicarte a lo que quieras o a lo que el mercado demande porque la carrera te da las bases para ello", afirma.

La nota de corte para hacer Ingeniería Eléctrica en la UEx es de 5.00 puntos debido a que no se llegan a cubrir todas las plazas disponibles. Es lo que ha pasado, por ejemplo, este curso 2022-2023.

Alumnos de la Escuela de Ingenierías Industriales.

Alumnos de la Escuela de Ingenierías Industriales. Cedida

José Luis Canito atribuye esta situación a que todas estas ventajas "no les llegan a los chicos de 16, 17 0 18 años. Que a un chaval le digas que se vaya a Badajoz a estudiar porque es la número 1 en el ranking de Shanghái le da igual". Rodríguez apenas puede recordar a algunos alumnos sevillanos entre los pocos que no perteneciesen a la región.

—Diego, ¿por qué cree que la gente no va a la UEx a hacer una carrera que les garantiza un buen futuro?

—La gente no sabe lo que tenemos, Extremadura es la gran desconocida. A mí me parece que es una Escuela de Ingeniería impresionante y no solo porque haya estudiado allí. He estado metido en tantos proyectos que me he dadao cuenta. En muy pocos sitios existen programas de orientación integral como el nuestro. Los conocimientos y habilidades son importantes, pero la actitud no es que sume, sino que multiplica. Si multiplicas por 0, de poco vale lo demás.

—¿Cómo se ve en el futuro?

—Estoy muy contento en mi empresa y ellos conmigo, o eso dicen. Siendo completamente sincero no tengo una preocupación real, porque sé que si por cualquier casualidad quisiese cambiar o mis jefes encontrase a otra persona más adecuada, encontraré trabajo rápido. No lo afronto con miedo. Cuando dejé la UEx me fui unos meses a Alemania para aprender el idioma y conocer otra cultura. Al regresar, no tardé ni una semana en volver a trabajar: fue pisar la tierra y darme empleo. Yo no tengo perfil en redes sociales y, aún así, me estaban llegando ofertas.