Josep Maria Iglesias, uno de los primeros copadres en España.

Josep Maria Iglesias, uno de los primeros copadres en España. Cedida

Reportajes

Josep María, el primer copadre en España: compartirá un hijo con una desconocida

Coparentalidad Barcelona tiene registrados ya más de 50 perfiles de personas que quieren ser copadres en España.

8 agosto, 2022 02:24

El amor está en crisis, y no solo porque lo cantasen los Black Uhuru y lo escribiese Zygmunt Bauman. Las estadísticas dicen que los españoles pasan por los juzgados de divorcio con la frecuencia que van a la peluquería. Solo en 2020, último año con cifras en el Instituto Nacional de Estadística, hubo 80.015 procesos de disolución de matrimonios. Ante esta tesitura está surgiendo un nuevo modelo de vinculación: la copaternidad. Es decir, gente que se une para tener hijos y todo lo que ello implica... pero sin más nexo entre ellos que ese.

A alguno le sonará a ciencia ficción, y en realidad es algo tan nuevo como que aún no ha nacido ningún niño fruto de este modelo de paternidad. Sin embargo, ya hay algunos en proyecto. Josep Maria Iglesias fue el primero que se lanzó a la aventura, el primer copadre español. Tiene 53 años y está "en conversaciones con una chica, ya hemos preacordado ir adelante", cuenta a EL ESPAÑOL.

Josep Maria nunca había hablado con los medios sobre esto, mucho menos dar su nombre. Como todo nuevo modelo social, hay tabú. De hecho, el resto de personas que forman parte de este reportaje han preferido mantener el anonimato. Sin embargo, él va a dar la cara "porque alguien tiene que abrir camino en esta búsqueda de nuevas formas de familia. Se trata de que las personas que no se encuentran en situación de pareja sentimental estable o han decidido no tener pareja accedan a la paternidad. Históricamente ha sido una gran renuncia de mucha gente por las razones que ya sabemos, pero no debería ser así", explica.

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Cintia ya ha conocido a siete chicos y sigue buscando, a Luis le gustaría "convivir con la otra persona una temporada", Aitana prefiere esta fórmula a la de tener pareja por "lo mal que está la cosa"... todos sus nombres son ficticios, pero sus historias reales y las han contado a este periódico con una ilusión y convencimiento contagiosos. En el centro de todos ellos está Carmen Balaguer, antropóloga y la persona que ha creado esta red de copadres.

Josep Maria Iglesias, primer copadre en España

Josep Maria Iglesias, primer copadre en España Cedida

Copaternidad Barcelona

"Me puse a investigar y vi que no había absolutamente nada de esto en España", cuenta Carmen. En 2018 decidió crear una página de Facebook que hace un año evolucionó en una web. Así, esta agencia nació a principios de 2021 para "ayudar a las personas a conocer a alguien compatible e iniciar el proceso de ser padres conjuntamente", explica Carmen, quien también les acompaña durante todo el proceso. 

El proceso consta de cinco pasos: la agencia encuentra a la persona ideal para cada copadre, se crean los acuerdos y se firman asesorados por un abogado de familia, se ponen "manos a la obra" para la concepción, se prepara la llegada del futuro bebé y, finalmente, nace. 

"Aunque cada persona es diferente, en general el perfil es parecido. Generalmente son personas con un nivel académico alto, bien posicionadas a nivel laboral, y nivel cultural alto. Edades de las chicas en torno a los 40 años (alguna 36, incluso 33, pero lo más general es entre 38 y 42). Edad de los chicos alrededor de los 40-45 años", explica Carmen. 

En cuanto a la situación sentimental de estas personas, Carmen explica que hay cuatro perfiles. Por un lado, personas que no han encontrado a su media naranja y optan por la copaternidad por la edad y "porque ya se han cansado de buscar pareja para formar una familia, argumento que repiten mucho".

Carmen, fundadora de Copaternidad Barcelona.

Carmen, fundadora de Copaternidad Barcelona. Cedida

Por otro lado, personas que no quieren una relación de pareja como nos la han inculcado en esta sociedad, "por estar desencantados o haber dejado de creer en ello". En tercer lugar, personas homosexuales que, "al no formar pareja sentimental con una persona de distinto sexo, optan por la copaternidad". Por último, personas cuya pareja no quiere ser madre o padre, y optan por esta vía sin romper su relación

Josep Maria encaja en el primer perfil descrito. A él le surgió la inquietud de ser padre hace un año, cuando tenía 52 años y desde la Generalitat le dijeron que no podría adoptar debido a su edad. Entonces comenzó a valorar las distintas opciones que le quedaban: "La gestación subrogada es un tema que, aparte de ser muy costoso económicamente, tiene unas connotaciones éticas más complejas. Además, no quiero ser padre yo solo, quiero que mi hijo tenga también un referente y, en este caso, de una madre". 

Primeras citas

"Tuve una entrevista con Carmen donde me preguntó por qué quería hacerlo, la orientación sexual, qué buscaba en la otra persona, cómo plantearía todo lo que es la copaternidad...", recuerda Luis. Esta parte es fundamental para evitar experiencias como las que vivió Aitana buscando por internet páginas de este estilo: "Parecen un poco Tinder, había mucho descontrol, mucha gente muy rara, que lo que buscan es echar un polvo. Son poco serias, no como la de Carmen".

La fundadora de Copaternidad Barcelona tiene claros cuáles son los puntos fundamentales a la hora de establecer perfiles afines: "Por proximidad geográfica, por disponibilidad para mudarse, por edades y por requisitos de nivel socioeconómico y personalidades similares". 

Josep Maria ha conocido a dos chicas, y con la segunda tienen ya cita para la clínica y con el abogado. Recuerda que en la primera cita quedaron en una cafetería y, aunque Carmen no lo recomienda, fue inevitable que surgieran temas como el de la custodia compartida. "Empezamos a hablar de la vida, de lo que hacíamos, de nuestros trabajos, por qué estábamos ahí... Se trata de romper el hielo, sin ir al lío inmediatamente, pero también es cierto que por cuestión de edad no quiero perder el tiempo y hablas un poco del proyecto en la primera cita", explica.

En el caso de que no haya una buena conexión por alguna de las dos partes, es Carmen quien se lo comunica a la otra persona. Esto hace que sea menos incómodo, además de evitar que se fuercen las cosas. En este sentido, con Cintia tuvo trabajo: "Ya he tenido cita con siete hombres -cuenta riendo-, hay que conocer muchos para escoger la mejor opción. Todos son chicos normales, coherentes, centrados... pero no puedo ir quedando con siete a la vez. Los he descartado por tiempo. Ahora hay uno que está muy decidido y me empuja más a mí".

Foto de archivo de padre con su bebé

Foto de archivo de padre con su bebé

La concepción

El tiempo que pasa hasta que los copadres hacen 'match', por usar jerga de Tinder, y deciden confirmar el proceso, puede ser amplio. Luis, por ejemplo, tiene claro que si toma la decisión es porque está convencido y conoce muy bien a la otra persona. Por eso, le gustaría antes de nada "irnos de viaje juntos, pasar unas vacaciones... tengo que conocerla bien".

Pero una vez que todo está acordado, desde el tipo de custodia hasta cuestiones como la educación que recibirá el niño o a qué colegio irá, se pasa a la fase de crear al bebé. Estas personas explican que siempre se habla de hacerlo por clínica: ni adopción ni relaciones sexuales. A no ser, claro, que "en el proceso de conocimiento se entable una relación sentimental y escojas el método tradicional", explica Luis. Al final, no deja de ser una forma más de conocer a otra persona.

Si una de las dos partes rompe el contrato pasaría lo mismo que si dos personas divorciadas no respetan el convenio de separación. Es por eso que muchos encuentran similitudes entre la copaternidad y los hijos que tienen parejas divorciadas. "Como ya partimos de un acuerdo entre dos personas que viven por separado, no ha habido el trauma, porque nosotros ya partimos de que no vivimos juntos", dice Josep Maria.

Carmen cree que esta comparación solo existe en "aspectos logísticos". No obstante, "aquí no hay recelos ni rencores, por lo que las disputas que pueda haber se resolverán de manera diferente". Muchas de las personas que se lanzan a la copaternidad piensan, como Luis, que "es probable acabar divorciándose y las batallas se centran en los hijos. Aquí, desde el principio, se plantean unas pautas muy claras".

Modelo del futuro

Todos los entrevistados coinciden en que es un sistema de formar familias que va a crecer muy rápido. También opina así la antropóloga y escritora Leyre Khyal: "Es mucho más funcional, porque realmente estás fundamentando la procreación en unas claves que tienen que ver con su viabilidad. Muchas parejas tienen hijos para darle sentido a la relación, porque toca, para salvar la pareja... sin pensar en la viabilidad de traer esa persona al mundo".

Josep Maria piensa que la copaternidad tiene muchas ventajas. Por un lado, porque "cada vez hay menos parejas estables". También hay hombres solteros que no tienen pareja femenina pero no quieren renunciar a ser padres biológicos, como es su caso. O mujeres que no quieren ser madres solteras, "no por el estigma, que gracias a Dios se ha superado, sino porque es muy gravoso económicamente, de tiempo... no hace falta que tener un hijo suponga tal sacrificio". Es el caso de Aitana. 

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Aunque cuando se lo contaron a sus familias y seres queridos algunos afirman que "se quedaron en estado de shock", Leyre Khyal explica que realmente no es algo tan novedoso: "No se llamaba copaternidad, pero muchos sistemas de parentescos, poligamias, androginias y demás tienen que ver con estos modelos. Por ejemplo, sociedades donde hay escasez de hombres y una mujer se casa con todos los hermanos. Tiene que ver con preservar el linaje, la propiedad… Son acuerdos".

Esta antropóloga entiende que "desde nuestra mirada occidental basada en el amor romántico puede ser extraño, ya que tendemos a proyectar nuestra idea de la pareja y de la familia". Esto explicaría, además, el fracaso de tantos matrimonios en la actualidad: "En Historia del matrimonio, Stephanie Coontz decía que cuando tienes unas expectativas tan altas de lo que es el matrimonio y la familia es muy difícil que no se frustre. Cuando todo es funcional es más sencillo", reflexiona Khyal.

Copaternidad Barcelona tiene alrededor de 50 perfiles en Cataluña, donde Carmen está más centrada. Aún no ha nacido ningún niño, aunque Josep Maria espera ser pronto el primer copadre español. A priori, ellos no le ven ninguna desventaja inherente a este modelo. Tampoco se la ve Khyal, quien cree que "habrá que esperar a ver lo que pasa en una familia hecha por apaño cuando aparezcan problemas de difícil resolución". No obstante, ella lo tiene claro: "En el amor, hay más posibilidades de que la cosa salga mal que bien, así que o pensamos nuevas fórmulas o estamos condenados al sufrimiento".