Hicham, en el centro de salud de Cehegín propinándose mordiscos, en Año Nuevo, y este miércoles, rompiendo un cristal del Restaurante Borrego Canalla en Bullas.

Hicham, en el centro de salud de Cehegín propinándose mordiscos, en Año Nuevo, y este miércoles, rompiendo un cristal del Restaurante Borrego Canalla en Bullas.

Reportajes

El historial delictivo de Hicham en Murcia, entre peleas y droga caníbal: "Va a matar a alguien"

Este marroquí ha sido arrestado por conducir drogado, agredir a un policía, abrirle la cabeza al cliente de un pub y desórdenes públicos.

28 enero, 2022 01:58
Murcia

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Hace unos años la casa de los padres de Hicham se quemó como un ninot de las Fallas de Valencia. El Ayuntamiento de Cehegín medió con Cáritas para que esta familia de Marruecos fuese realojada en un piso de acogida. Un miembro de las Fuerzas de Seguridad conocedor del caso, cuenta que en la calle donde se produjo el siniestro todos ofrecían la misma hipótesis acerca del origen del incendio: "Los residentes decían que Hicham le pegó fuego al hogar familiar, pero no se pudo demostrar". Tal incidente jalona la leyenda negra de un chico, de 29 años, al que los policías locales y guardias civiles consultados por EL ESPAÑOL coinciden en definir así: "Es un peligro público".

Nadie elige a los padres ni a los hijos y en el caso de esta familia de trabajadores agrícolas les ha tocado lo que en la huerta de Murcia se denonima: 'una perlica'. Hicham se convirtió en un fenómeno viral cuando trascendieron dos vídeos suyos del día de Año Nuevo en los que se devora a sí mismo en el centro de salud de Cehegín tras consumir supuestamente droga caníbal. EL ESPAÑOL ha podido averiguar que tales imágenes en las que intenta morder al personal de seguridad del consultorio, no son el primer incidente público causado por este veinteañero, ya que su historial de encontronazos con las Fuerzas de Seguridad se remonta al año 2017.

"Esta familia nunca ha causado problemas desde que se instaló en Cehegín, excepto su hijo", tal y como remarca un integrante de las Fuerzas de Seguridad. "El cabeza de familia trabaja en los invernaderos de flores de la pedanía de Canara". Todo apunta a que Hicham no ha seguido el ejemplo de su progenitor, más allá de dar tumbos laborales, mientras protagoniza incidentes en los que sus compañeros de viaje suelen ser el alcohol y las drogas. Sus antecedentes policiales los inauguró con un tema bastante 'light': le pillaron conduciendo sin la ITV.

En 2018 fue la primera vez que mostró su personalidad agresiva: en un local de copas de Cehegín se vio implicado en una pelea donde no dudó en darle un botellazo en la cabeza a un cliente. El resultado: un delito de lesiones para Hicham y puntos de sutura para la víctima. En 2021, en el mismo mes, fue cazado al volante tras consumir estupefacientes y protagonizó una agresión a un agente de la Policía Local. De modo que su currículum empezó a ganar peso: un delito contra la seguridad vial y otro de resistencia y desobediencia a agentes de la autoridad.

En medio de esos episodios no ha faltado algún desorden público, el consumo de hachís y el misterioso incendio de la casa de sus padres. Esta ha sido la única ocasión en la que sus progenitores se vieron obligados a recurrir a los Servicios Sociales desde que se instalaron en Cehegín. "Se iban a quedar en la calle y Cáritas les ayudó con la vivienda: desde entonces viven de prestado". A pesar de ello, Hicham no deja de dar problemas a su familia, y volvió a liarla en el centro de salud, en Año Nuevo, cuando fue filmado engullendo la sangre de las heridas que se autoinfligió a mordiscos.

Los truculentos vídeos fueron realizados cuando el personal de seguridad del centro médico pidió ayuda a la Policía Local porque el chico trataba de morderles, totalmente ido, y no se dejaba curar las heridas que se causó al consumir -supuestamente- la temida droga caníbal. Después de este incidente volvió a ser detenido por una riña con familiares donde hubo lesionados. "Es una amenaza: un día puede matar a alguien porque pierde el control de su conducta, mostrándose muy agresivo", tal y como alerta un miembro de las Fuerzas de Seguridad que conoce a Hicham. 

Por extraño que pueda parecer, con todos esos antecedentes policiales, este joven no ha puesto un pie en prisión. De modo que este miércoles, Hicham (Marruecos, 1992) volvió a montar un tinglado de película en Bullas: una localidad situada a quince kilómetros de Cehegín, donde hace unos meses comenzó una relación con una chica marroquí que bien podría ser la horma de su zapato. 

Cocaína en base

Amira -nombre falso- es una adolescente bellísima, a la que le pirra fumar coca en base y que es famosa por las peleas que ha protagonizado con su anterior pareja. Todo ello, a pesar de que al igual que Hicham, se crió en una casa donde sus padres trabajan, tienen formación superior, y llevan una vida tranquila desde que se asentaron como inmigrantes en Bullas. Amira, tal y como le ocurre a Hicham, no ha seguido el ejemplo de su familia. Es una 'ni-ni': ni estudia ni trabaja.

"Padece problemas mentales porque consume cocaína y en su medicación figura el Rivotril", según explica otra fuente de las Fuerzas de Seguridad. "Hemos tenido casi veinte intervenciones con esta chica y su novio, siempre en un estado alto de agitación, por llamadas de los vecinos por ruidos y discusiones violentas entre ambos, donde los dos se agredían, incluso a veces nos atacaban a nosotros".

Esta chica parece tener tendencia a las relaciones tóxicas, puesto que tras romper con su novio que fue apuñalado en el muslo por un okupa, comenzó a tener encuentros con Hicham donde no faltaban ni el alcohol ni las drogas. Y este miércoles la cosa se fue de madre: "Parece ser que empezaron a discutir dentro del coche y en un momento dado ella se bajó frente al Restaurante Borrego Canalla de Bullas.

Hicham estacionó su Volkswagen Golf, sin apagar las luces, pasadas las diez de la noche, en la avenida Luis de los Reyes. Amira se bajó del turismo, que desprendía un fuerte olor a cerveza y de inmediato, trató de poner tierra de por medio con el chico, sin embargo, Hicham logró interceptarla con mucha violencia y la adolescente empezó a pedir auxilio desesperada. Así lo confirma Salvador Fernández Sánchez, el dueño del afamado Restaurante Borrego Canalla: "Escuchamos a una mujer gritando en la calle. No paraba de repetir lo mismo: '¡Llamar a la Policía que me mata!'

- ¿Cuál fue la escena que vieron desde el interior de su negocio?

- Salvador Fernández: Era una noche de miércoles tanquila, solo tenía cinco mesas con doce clientes, cuando escuchamos unos gritos y al mirar vimos a un chico que tenía a una chica enganchada por el cuello. En ese momento, salieron tres clientes a la calle, por suerte, uno era un guarda de seguridad de Alcantarilla que forcejeó con el agresor mientras los otros metían a la víctima en el restaurante. Entonces, yo aproveché para bajar la persiana de seguridad de la puerta y el chico se fue a su coche. Pensé que iba a sacar una pistola cuando abrió el maletero, pero cogió un hierro, se quitó la camiseta, y empezó a golpear el cristal para entrar a por ella.

Hicham arremetiendo contra la cristalera del Restaurante Borrego de Bullas

- ¿Cómo vivieron esa situación?

- Salvador Fernández: Lo pasamos mal todos. Una chica tenía ansiedad y se refugió en el cuarto de baño, otros se escondían por el pasillo que tengo detrás de la cocina... Ni mis cuatro empleados ni yo nos movimos de donde estaba la cristalera para velar por la clientala. Yo tenía miedo de que tuviese una pistola y se pusiera a pegar tiros porque cada vez iba a más: se quitó la camiseta y no paraba de amenazarnos ni de golpear el cristal de seguridad con una barra que era de hierro porque logró hacer un agujero. Los clientes empezaron a llamar al 112 y yo llamé a la Policía Local, tardaron muy poco en llegar, pero esos minutos se nos hicieron eternos.

La llamada a las dependencias policiales entró a las 22.30 horas con este aviso: 'Un chico está agrediendo a una chica en la avenida Luis de los Reyes'. Cuando una pareja de policías locales llegó a la zona, según fuentes próximas a la investigación, llegaron a pensar que no se tratraba de un caso de violencia de género: "Valoraron la posibilidad de que podría tratarse de un yihadista porque se encontraron a un hombre descamisado, con rasgos marroquíes, que gritaba y golpeaba con un objeto contundente la cristalera de un restaurante donde la gente se había refugiado".

Tuvieron que encañonarle

Hicham estaba empleando como arma arrojadiza la base metálica del juego de triángulos de emergencia de su Golf y ante la presencia policial, no dudó en amenazarles cogiendo una silla de la terraza del restaurante: "¡No acercarse!". Este joven, mientras huía a pie, iba haciendo el ademán de golpear a los dos agentes para marcar distancias y ganar tiempo para pensar. 

"Estaba encolerizado, en todo momento mostró una conducta agresiva y se dio a la fuga", tal y como confirman a EL ESPAÑOL las citadas fuentes ligadas al caso. De hecho, tuvo que ser requerida una patrulla de la Guardia Civil y otro efectivo de la Policía Local acudió a la zona equipado con gas pimienta para reducir al sospechoso.

"Le encañonaron para que se parase, entonces se puso de rodillas en la carretera, tiró el hierro y la silla". Tal era el grado de violencia que demostró Hicham que los policías locales le pusieron tres grilletes: en las manos, en los tobillos, y un tercero unido a los otros dos para inmovilizarlo por completo contra el asfalto. Así lo inmortalizó el vídeo del arresto que hicieron unos vecinos. Otra vez, un lío de Hicham volvía a hacerse viral, como en Año Nuevo, cuando supuestamente consumió droga caníbal.

Hicham tras ser arrestado por agentes de la Policía Local de Bullas con apoyo de la Guardia Civil.

"Estando engrilletado no deponía su actitud: "¡Ya os pillaré!", según aseguran las citadas fuentes. El veinteañero fue arrestado por los delitos de violencia de género, amenazas de muerte a los comensales y empleados del restaurante, los daños causados a la cristalera del local hostelero, valorados en 3.000 euros, así como intimidación grave a agentes de la autoridad. Una patrulla de la Guardia Civil se lo llevó a los calabozos y en breve será puesto a disposición de los juzgados de Mula.

Invita la casa

Entretanto, la Policía Local regresó al restaurante a llevarse a la víctima a un centro de salud porque presentaba moratones en cuello y brazos. En este punto de la noche se produjeron dos gestos reseñables. El primero, Amira, nombre falso, fue atendida 'in situ' por una cliente que era enfermera. El segundo, Salvador Fernández, dueño del Borrego Canalla, dio lustre a las tres generaciones hosteleras de su familia y al premio que recibió como cocinero revelación de la Región de Murcia, al invitar a todo el mundo a la cena para compensarles por la situación violenta que les tocó vivir.

El Golf del agresor fue intervenido y se tomó declaración a la adolescente marroquí. De momento, esto se desprende de las primeras pesquisas: "Ella explicó que el origen de la agresión fue una discusión que mantuvo con su pareja, habrían estado bebiendo y consumiendo drogas porque el coche estaba empapado en cerveza".

EL ESPAÑOL consultó a la Consejería de Salud si Hicham es un paciente diagnosticado de alguna enfermedad mental por el Servicio Murciano de Salud, pero declinaron pronunciarse. Desde el Ayuntamiento de Cehegín, una fuente municipal aseguró que a los Servicios Sociales no les consta ningún expediente para hacer un seguimiento a este joven, de 29 años, por algún desequilibrio psicológico.

Este miércoles, los vecinos de la zona no daban crédito al comprobar que el chico que se viralizó por deborarse a sí mismo en un centro de salud en Cehegín, era el mismo que atacó presuntamente a su pareja y atemorizó a los clientes de un restaurante en Bullas. Un efectivo de las Fuerzas de Seguridad hacía esta reflexión sobre la trayectoria que lleva el joven: "Es un persona peligrosa que sigue en la calle con total impunidad". La última palabra la tendrán los juzgados de Mula.