Risto Mejilde y Laura y María Lara, mellizas e historiadoras en Todo es mentira.

Risto Mejilde y Laura y María Lara, mellizas e historiadoras en Todo es mentira.

Reportajes

La vida tras la cámara de María y Laura, las mellizas historiadoras de Risto Mejide en Todo es mentira

Con 76 matrículas de honor, hablan con EL ESPAÑOL sobre su larga carrera televisiva, radiofónica y académica. 

27 noviembre, 2021 07:00

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María y Laura Lara Martínez (Guadalajara, 1981) acumulan distinciones desde su adolescencia. Conocidas por dirigir y presentar la sección Vamos a contar verdades en el programa Todo es Mentira de Risto Mejide -que sigue la estela de Pablo Motos y Alberto Chicote con sus dos programas-, estas hermanas e historiadoras han sido pioneras en introducir la historia en la televisión generalista durante el horario de máxima audiencia. Sin embargo, su popularidad necesitó años de trabajo y esfuerzo para colocarlas en el panorama televisivo nacional.

Como hermanas mellizas, María y Laura llevan vidas paralelas. Profesoras universitarias en la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), académicas de la televisión, investigadoras y escritoras, las hermanas Lara saltaron a la fama por ser noticia en varios medios gracias a su trayectoria estudiantil. 76 matrículas de honor en la licenciatura en Historia y el Primer Premio Nacional de Fin de Carrera del Gobierno de España avalan a estas profesionales que cada semana cuentan verdades a sus espectadores.

EL ESPAÑOL visita a Laura y María Lara Martínez en el Colegio Virgen de la Soledad, centro escolar que vio crecer a sus dos alumnas más aplicadas. Hoy en día, este colegio situado en la localidad de Azuqueca alberga una biblioteca que lleva el nombre de las hermanas Lara. MadridCastilla-La Mancha poseen otras dos salas de lectura homónimas que honran la figura de las mellizas que desde este 31 de mayo han sido nombradas como hijas predilectas de su comunidad autónoma por su labor divulgativa y de comunicación.

María y Laura, historiadoras de Risto Mejide.

María y Laura, historiadoras de Risto Mejide. Marta Corbal

—Tenéis 39 años, pero una lista de premios y nombramientos inabarcable. 

— Lo decimos con toda la humildad, pero nos resulta muy gratificante que se reconozca nuestra trayectoria. María es doctora europea por la Universidad de Castilla-La Mancha y yo por la Complutense de Madrid. Ambas somos profesoras en la UDIMA. En mi caso de Historia Contemporánea y ella de Historia Moderna y Antropología. Somos también historiadoras oficiales de las Cortes e hijas predilectas de Castilla-La Mancha. Recientemente nos han nombrado Patronas de Honor de la Fundación Siglo Futuro y nos han dado el Premio COPE en Guadalajara. Además somos embajadoras culturales de la ruta del mimbre en Cuenca y también tenemos premios literarios nacionales de novela histórica.

— Sois historiadoras, escritoras y académicas de la televisión y la radio. ¿Cómo llegan dos divulgadoras culturales a un programa de actualidad generalista como TEM?

— En la tele estamos de manera continuada desde 2013. Hemos participado asiduamente en diversos programas de TVE como La Aventura del Saber, Shalom o La Navaja de Ockham. También hemos colaborado en Telemadrid, en Cuatro y hemos hecho documentales para canal Historia, Canal Arte y vamos a ir ahora a la televisión pública portuguesa. En Todo es Mentira dijeron que se habían interesado por nosotras, porque nuestro nombre circula como historiadoras de referencia. Cuando fuimos a una reunión con ellos, pensando que solo sería para una colaboración, nos dijeron que Risto y su equipo nos había hecho una especie de entrevista de trabajo "reunión de trabajo por sorpresa". Al salir nos dijeron que no querían a otras que no fuésemos nosotras.

— ¿En qué consiste y cómo os preparáis para cada programa en TEM?

— A veces nos proponen los temas y otras los proponemos nosotras. Incluso a veces tenemos que improvisar algo de última hora porque ha surgido una noticia de actualidad. Tratamos de buscar temas que tengan que ver con la temática de cada programa. Vamos a programas en los que tan pronto puede haber personas mayores que intenten buscar pareja para paliar la soledad. Entonces nosotras el tema que tratamos ese día es uno de nuestros libros o uno de nuestros temas de investigación enfocándolo hacia la viudedad, el salir de la soledad o la lucha contra la violencia de género. Y lo mismo podemos ir a un congreso de ingeniería informática y hablar de las primeras mujeres que intentaron superar ese techo de cristal de la ciencia y de la tecnología. Si están de actualidad países como Cuba o Venezuela analizamos su historia.

— ¿Cómo es trabajar con el equipo de tarde de Risto Mejide?

— En la tele nos encontramos admiración y cariño. Todo lo que podemos decir de Cuatro es positivo. Nos sentimos muy reconfortadas desde el momento en el que producción organiza la recogida por parte del coche de Mediaset. Siempre vamos hablando con el conductor y cuando llegamos allí nos ponemos frente a la cámara. Nos resulta muy cómodo hablar ante la cámara, aunque sabes que están millares de personas viéndote. La verdad es que la cámara nos transmite mucha confianza. Lo mismo podemos decir de todo el equipo de Todo es Mentira: de Miguel Lago, de Antonio Castelo, de Marta Flich… y, por supuesto de Risto. Él siempre dice que nuestra sección es su favorita y es muy amigo nuestro. Estamos muy a gusto, lo decimos con total sinceridad.

María y Laura, historiadoras de Risto Mejide en pleno programa.

María y Laura, historiadoras de Risto Mejide en pleno programa.

Investigadoras de pandemias

Además de su labor televisiva, Laura y María Lara Martínez son conocidas por su amplia producción literaria. A la edad de 17 años, escribieron su primer libro junto a su abuelo, Ángel Martínez Álamo. Varios años y obras después, María se ha hecho con el Premio de Novela Histórica Ciudad de Valeria en el año 2011 gracias a su libro El velo de la promesa. Por su parte, ambas cuentan con el premio Algaba del año 2015, galardón otorgado por El Corte Inglés y la editorial Edad y que en su décimo tercera edición recayó en su novela Ignacio y la Compañía: del castillo a la misión.

En el año 2020, las hermanas Lara se enfrentaron a un proyecto que consideraron de obligado cumplimiento. Con la llegada de la crisis del Covid-19, las expertas decidieron escribir un libro sobre todas las pandemias por las que ha atravesado la humanidad desde sus primeros tiempos. El resultado, una obra titulada como Los caballos amarillos (Ciudadela, 2020) que resume todas las enfermedades que diezmaron a la población mundial y que arrojan luz sobre la situación actual.

Acostumbradas a viajar alrededor del mundo para impartir clases y conferencias en universidades como Bolonia, Harvard o Georgia, las historiadoras se vieron enfrentadas al confinamiento. De esta inspiración nació un libro que demuestra que crisis como el cólera, la gripe española o la peste tienen más relación de la que pensábamos con la gestión actual del coronavirus. Por ejemplo, mostrando cómo estas situaciones límite cambiaron la realidad económica y social del pasado o enseñando que siempre han existido negacionistas.

— ¿Qué lectura histórica válida para la gestión de la crisis del covid-19 podemos sacar de vuestro libro Los caballos amarillos?

— La historia ofrece enseñanzas muy valiosas. Ahora que teníamos una sociedad tecnológica que supuestamente tenía controlado todo el bienestar controlado, al menos en un 90%, nos hemos dado cuenta de que somos muy frágiles. Somos casi igual de vulnerables que en la época de la peste negra. Tenemos una debilidad que nos hace contagiarnos a pesar de los sofisticados medios que existen. Luego se ve cómo la ciencia, lógicamente, es la diferencia. Se ha avanzado mucho en este aspecto, por lo que se puede atajar antes el problema.

En el libro habláis de supersticiones, de chivos expiatorios a los que se culpó de pandemias, como los judíos, pero también de negacionistas de tiempos pasados.
Sí, negacionismo en la historia de las pandemias ha habido en todos los procesos, también en la gripe de 1918 existían movimientos contrarios a llevar mascarilla y lo contamos en el libro. Estos movimientos tenían un epicentro en Chicago. Estados Unidos, en 1918, estaba mucho más desarrollado tecnológicamente que Europa y sin embargo había negacionistas que complicaron la situación.

María y Laura, en el colegio donde estudiaron en Guadalajara.

María y Laura, en el colegio donde estudiaron en Guadalajara. Marta Corbal

Lamentablemente, en la historia de las pandemias vemos cómo además se han producido fake news y chivos expiatorios. Por ejemplo, con las epidemias de cólera de Madrid del siglo XIX se acusaba a los jesuitas de envenenar las fuentes. Y luego hablamos también de cómo la respuesta más productiva que se ha producido en todo ciclo de pandemias ha venido de la mano de la cultura.

— Contáis cómo grandes obras fueron escritas en épocas de reclusión ¿Cómo fueron los confinamientos en el pasado?

— En los confinamientos se han creado grandes obras. Shakespeare escribió Marco Antonio y Cleopatra en un confinamiento. Newton formuló la teoría de la gravedad en un confinamiento. Además vemos cómo, lamentablemente, a lo largo del tiempo los confinamientos no solo han venido marcados por pandemias. Algo trágico, por ejemplo, fue lo sucedido con los judíos en los guetos o las medidas segregacionistas hacia los nipones en los Estados Unidos tras el ataque a la base de Pearl Harbor.

Historia contra la discriminación

Las hermanas Laura y María Lara se muestran orgullosas de formar parte de la historia del colegio Virgen de la Soledad de Azuqueca, lugar al que siempre regresan para conceder entrevistas. En la biblioteca que lleva su nombre, se guardan varios de sus libros. Los niños más mayores, les suelen pedir dedicatorias y firmas. Cuando llegan al centro escolar, varios jóvenes se les acercan y eso les hace sentirse felices. Como madre de dos mellizos de un año de edad, niña y niño, Laura afirma estar muy conectada con la infancia y reitera su compromiso de lucha contra el bulliyng y la discriminación.

Ambas historiadoras tienen una agenda muy apretada entre congresos internacionales y colaboraciones en secciones de televisión o radio como Historias con Historia en Radio Galega o en Madrid Directo de Onda Madrid. También poseen un programa en Onda Cero titulado Princesas en Jeans, que al igual que su libro homónimo trata de otorgarles visibilidad a las mujeres en la historia. Las hermanas Lara aseguran luchar para darle al género femenino el espacio que merece, pero no como una cuota que hay que cumplir.

Íntimamente conectadas con Castilla-La Mancha y el pueblo de su infancia, enseñan el árbol donde les esperaba su abuelo o las aulas donde estudiaban con la misma naturalidad con la que hablan sobre Hernán Cortés, la inquisición, los comuneros de Castilla o la historia del Black Friday en los Estados Unidos. Cuentan que desde niñas soñaban con ser profesoras, periodistas y escritoras. Todo al mismo tiempo. Lo cual han logrado, según María, teniendo que sacrificar una gran parte de su ocio e infancia.

María y Laura, en la biblioteca con su nombre.

María y Laura, en la biblioteca con su nombre.

— ¿En qué ha consistido vuestra preparación intelectual durante todos estos años?

— Desde niñas hemos sido muy responsables. Salíamos muy poco y dormíamos muy poco. Porque nosotras lo queríamos así, no nuestros padres. Luego la vida nos lo ha compensado. Pero, sinceramente, los años de divertimento es como si hubieran estado en coma. Estábamos tan concentradas preparándonos, estudiando y formándonos que nosotras considerábamos que entre irnos a pasar una tarde del domingo con las amigas o estar estudiando, primero debíamos estudiar y luego disfrutar de las vacaciones. Lo comparamos a ser deportista de élite, que se tienen que privar de muchas cosas para triunfar en unos Juegos Olímpicos.

— Con el paso del tiempo, ¿ha merecido la pena el sacrificio?

— Puede parecer que ahora esto que digo resulta exagerado, pero es que nosotras desde pequeñas teníamos la creencia o la vocación de que teníamos que hacer algo útil para el conjunto social. Y por otro lado, es algo que a día de hoy todavía tenemos que explicar en determinados contextos, porque en nuestra sociedad no se cultiva la cultura del esfuerzo. Por ejemplo, para ascensos, para cargos, a lo mejor se lo dan a alguien menos preparado, pero no al que más trabaja. Sin embargo, María y yo seguimos creyendo la cultura del esfuerzo y es lo que cada día cultivamos y desarrollamos. En algunos momentos nos han metido en un despacho y nos han dicho: “¿Pero vosotras por qué hacéis tantas cosas? ¿Por qué os complicáis la vida si en la sociedad actual uno gana las lentejas calentando el asiento?”. Eso lo he tenido que oír.

— Además de vuestros logros como historiadoras y autoras, ¿qué supone para vosotras divulgar cultura a todo tipo de públicos?

—Nosotras nunca hemos investigado un tema por conseguir un mérito o un papel burocrático. Siempre hemos investigado temas que al gran público, a la sociedad, le puedan interesar. Nos intentamos acercar a los alumnos universitarios, pero también a personas que hayan podido ser analfabetas, porque en su momento no tuvieron acceso a la escuela, pero quieran aprender. Hemos tenido el don y la capacidad de preguntar a las multitudes, a asociaciones, a foros, a colectivos, a universidades. Nos gusta congeniar con todo el mundo, de todas las edades, de todas las condiciones sociales.

Es decir, que nuestro mensaje, se adapta a cada uno de los niveles del auditorio, es por nuestra capacidad dialéctica o nuestra empatía, nuestra sensibilidad. Llega y ahí es donde trabajamos en un mensaje que llegue. Defendemos los derechos humanos a través de la historia, también con nuestras publicaciones. Intentamos que la historia sea una aliada para construir una sociedad mejor, para defender a mujeres, niños, colectivos desfavorecidos y, en definitiva, a todas las personas.