Carpetazo judicial al caso de Pilar González Bres, la profesora que falleció el 16 de marzo en Marbella (Málaga) tras ser vacunada dos semanas antes contra la Covid-19 con AstraZeneca. 



El Juzgado de Instrucción número 5 de Marbella ha archivado las diligencias abiertas a raíz del fallecimiento de esta mujer. Considera que no se ha justificado la comisión de un hecho delictivo, según han informado desde el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).



El auto de archivo fue dictado el pasado lunes, 26 de abril, una vez que se constató que el informe definitivo de autopsia no atribuía la muerte a una causa concreta, pero tampoco descartaba que fuera a raíz de la administración de la vacuna.



En este sentido, el informe ampliatorio del examen médico llevado a cabo contradecía las conclusiones forenses iniciales. Las mismas indicaban que el motivo del fallecimiento no tenía vinculación con el fármaco inoculado.



Como consecuencia, el Juzgado de Marbella ha dictado el archivo de las diligencias incoadas a raíz de la denuncia del cónyuge de la fallecida al concluir que no se ha demostrado la comisión de un hecho delictivo.

La primera autopsia

Fue el pasado 18 de marzo cuando se realizó la autopsia en el Hospital Costa del Sol de Marbella a la docente. No se detectaron indicios de trombo en el cuerpo de la víctima y los investigadores apostaron por la hipótesis de que hubiese sufrido un aneurisma como causa de la hemorragia masiva que provocó su deceso.



La ampliación del informe dio un giro de los acontecimientos, pero el juzgado ha decidido archivar. Antes de su fallecimiento, la profesora había acudido hasta en tres ocasiones al Hospital Costa del Sol por malestar general después de que le inocularan la vacuna.


La primera vez que acudió a los servicios médicos fue el 4 de marzo, por un fuerte dolor de cabeza. Volvió nueve días después por los mismos síntomas, se le realizó un TAC y se le dio el alta. Al día siguiente, ella acudió de nuevo al centro médico, donde le repitieron las pruebas y le dijeron que sufría una hemorragia cerebral.


El episodio sufrido por la maestra podría encajar con el conocido como VIPIT. Se trata del síndrome de trombociptopenia protrombótica inmune que podría causar la vacuna, según un grupo de hematólogos alemanes.



Esta reacción adversa al conglomerado de AstraZeneca se produce por combinación de síntomas. Puede ser muy similar a la heparina, por lo que suelen darse coágulos sanguíneos generalizados y un recuento bajo de plaquetas.

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