Un nuevo informe de la autopsia de la profesora Pilar González Bres, que falleció el 16 de marzo en Marbella (Málaga) tras ser vacunada dos semanas antes contra la Covid-19 con AstraZeneca, ha relacionado su muerte con el compuesto que le inocularon. Este escrito contradice el resultado preliminar de la autopsia y descarta que la causa de la muerte estuviera relacionada con patologías previas.

Fue el pasado 18 de marzo cuando se realizó la autopsia en el Hospital Costa del Sol de Marbella a la docente. No se detectaron indicios de trombo en el cuerpo de la víctima y los investigadores apostaron por la hipótesis de que hubiese sufrido un aneurisma como causa de la hemorragia masiva que provocó su deceso.

La noticia, adelantada por Diario Sur, supone ahora un giro radical de los acontecimientos. La historia clínica de la profesora, el estudio de muestras al microscopio y los análisis realizados niegan la existencia de patologías previas en la docente que le fueran a provocar un trombo. 

La causa judicial parecía que podría quedar archivada, aunque ahora habrá que ver qué estima el Juzgado de Instrucción número 1 de Marbella. La profesora había acuddido hasta en tres ocasiones al Hospital Costa del Sol por malestar general después de que le inocularan la acuna.

La primera vez que acudió a los servicios médicos fue el 4 de marzo, por un fuerte dolor de cabeza. Volvió 9 días después por los mismos síntomas, se le realizó un TAC y se le dio el alta. Al día siguiente, ella acudió de nuevo al centro médico, donde le repitieron las pruebas y le dijeron que sufría una hemorragia cerebral.

El episodio sufrido por la maestra podría encajar con el conocido como VIPIT. Se trata del síndrome de trombociptopenia protrombótica inmune que podría causar la vacuna, según un grupo de hematólogos alemanes.

Esta reacción adversa al conglomerado de AstraZeneca se produce por combinación de síntomas. Puede ser muy similar a la heparina, por lo que suelen darse coágulos sanguíneos generalizados y un recuento bajo de plaquetas.

Los hallazgos del grupo de científicos alemanes fueron revelados por primera vez  el 19 de marzo, un día después de que se realizara la autopsia a la profesora. Si se reconoce a tiempo, esta reacción se puede tratar "con inmunoglobulinas que ayuden a frenar la activación plaquetaria", explica Andrea Greinacher, director del estudio que detectó el síndrome de trombociptopenia protrómbica.

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