Viernes de Dolores. Así se conoce al viernes de la semana anterior a la Semana Santa. Encuadrado en la quinta semana de cuaresma, también conocida como Semana de Pasión, el Viernes de Dolores es aquel que precede al Domingo de Ramos en la cultura cristiana. No obstante, pesar de que muchos se confunden, hoy no se debe felicitar a las Dolores; hoy es, entre otros, San Braulio

No. No es el día de Dolores. Si usted felicitaba a las mujeres que portan este nombre en España cada vez que el calendario litúrgico marcaba esta fecha, cometía un error. A pesar de todo, no es un craso error y está justificado.

Muchos creerán que para adivinarlo sólo había que fijarse bien: el santoral está definidio por días, pero la celebración de este quinto día de la quinta semana de cuaresma varía cada año. Es decir, no tenía una festividad fija. Nada más lejos de la realidad; ese no es el motivo.

En muchos puntos de España se sigue felicitando a las Dolores en este día. Es decir, se puede considerar que se hace, prácticamente, por tradición. ¿Pero por qué se les felicita si no es su día?, se preguntan muchos.

El Concilio Vaticano II, convocado por Juan XXIII en primer lugar y por Pablo VI posteriormente, realizó diversas modificaciones en el calendario litúrgico. Entre las mismas, se consideró oportuno suprimir las fiestas que se consideraban 'duplicadas'.

La primegia festividad de los Dolores de Nuestra Señora se celebraba en el quinto día de la quinta semana de cuaresma. O, lo que es el mismo, el viernes anterior al Domingo de Ramos o viernes de la Semana de Pasión. Pero aquel concilio decidió que esa festividad se suprimiría, quedando únicamente en liza la festividad de Nuestra Señora de los Dolores, celebrada el 15 de septiembre.

El inicio de la Semana Santa

Como ya se ha referido y es popular, la celebración de la Semana Santa se lleva a cabo cuando manda el calendario lunar. Los siete días que la preceden se conocen como Semana de Pasión. Por este motivo, el Viernes de Dolores también es conocido como Viernes de Pasión

La Virgen de la Macarena de Sevilla, a su paso por la calle Feria.

Los católicos expresan su fervor religioso en esta celebración por los 'Dolores de la Virgen María' en la semana que precede a la conmemoración de la muerte y resurrección de Cristo.

En algunas regiones, como en Andalucía, suele ser el pistoletazo de salida para las procesiones. No siempre es así, ya que por ejemplo en Jerez de la Frontera (Andalucía) se pueden ver procesionar misterios incluso el jueves de esa quinta semana de cuaresma.

Pero no sólo en el sur de España ocurre esto. Por ejemplo, en Cartagena cada Viernes de Dolores se celebra el día gran de su patrona, la Virgen de la Caridad.

Igualmente, hay otras regiones que estiman el Viernes de Dolores como Viernes de Concilio. El ayuno y la abstinencia toman la batuta de los hogares más critianos, quedando prohibido el consumo de carnes.

Stabat Mater dolorosa

Dentro de los oficios y la misa que se celebran el Viernes de Dolores, hay uno especial. Se incluye una plegaria que medita sobre los dolores que sufrió María, madre de Jesús, durante la crucifixión de su hijo. Se trata del 'Stabat Mater' (Estaba la Madre, en latín).

Muchos confunden este rezo con el 'Stabat Mates Speciosa'. Nada tiene que ver. Este último narra el prólogo de la vida de Jesús: el gozo de María por su nacimiento. El 'Stabat Mater' se podría decir casi que hace lo propio con el epílogo: cuenta el sufrimiento de la madre cuando crucifican a su hijo.

Virgen de los Dolores.

Ambas son atribuidas  al papa Inocencio III y al franciscano Jacopone da Todi. Las plegarias datan del siglo XIII. En latín, el 'Stabat Mater' comienza con un 'Stabat mater dolorosa'. Fue Lope de Vega quien tradujo al castellano estos versos a los que se han puesto música en innumerables ocasiones: 

La Madre piadosa estaba

junto a la cruz y lloraba

mientras el Hijo pendía.

Cuya alma, triste y llorosa,

traspasada y dolorosa,

fiero cuchillo tenía.

¡Oh, cuán triste y cuán aflicta

se vio la Madre bendita,

de tantos tormentos llena!

Cuando triste contemplaba

y dolorosa miraba

del Hijo amado la pena.

Y ¿cuál hombre no llorara,

si a la Madre contemplara

de Cristo, en tanto dolor?

Y ¿quién no se entristeciera,

Madre piadosa, si os viera

sujeta a tanto rigor?

Por los pecados del mundo,

vio a Jesús en tan profundo

tormento la dulce Madre.

Vio morir al Hijo amado,

que rindió desamparado

el espíritu a su Padre.

¡Oh dulce fuente de amor!,

hazme sentir tu dolor

para que llore contigo.

Y que, por mi Cristo amado,

mi corazón abrasado

más viva en él que conmigo.

Y, porque a amarle me anime,

en mi corazón imprime

las llagas que tuvo en sí.

Y de tu Hijo, Señora,

divide conmigo ahora

las que padeció por mí.

Hazme contigo llorar

y de veras lastimar

de sus penas mientras vivo.

Porque acompañar deseo

en la cruz, donde le veo,

tu corazón compasivo.

¡Virgen de vírgenes santas!,

llore ya con ansias tantas,

que el llanto dulce me sea.

Porque su pasión y muerte

tenga en mi alma, de suerte

que siempre sus penas vea.

Haz que su cruz me enamore

y que en ella viva y more

de mi fe y amor indicio.

Porque me inflame y encienda,

y contigo me defienda

en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte

de Cristo, cuando en tan fuerte

trance vida y alma estén.

Porque, cuando quede en calma

el cuerpo, vaya mi alma

a su eterna gloria. Amén.

El 15 de septiembre

En la actualidad, 192.315 mujeres en España portan el nombre de Dolores. De origen español, su significado es 'aquella que sufre dolor'. A Nuestra Señora de los Dolores se le invoca en latín como Maria Virgo Perdolens o Mater Dolorosa, siendo una de las numerosas advocaciones a través de las que la Iglesia Católica venera a la Virgen María.

Esta advocación destaca el sufrimiento de María durante los siete episodios de la vida de Jesús que dañaron profundamente a la Virgen. Así lo narran los evangelios, que hacen referencia a "los siete dolores".

Su festividad se celebra el 15 de septiembre por un motivo muy concreto: la especial relación que la Virgen María tiene con la cruz en la que murió Jesús y el contenido teológico y simbólico que tiene la escena del Calvario. Por eso fue elegido el día 15 del noveno mes del año, por ser el día siguiente de la celebración de la 'Exaltación de la Santa Cruz'.

  

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