José Arcadio D. N., apodado 'el Melillero', junto a varios miembros de su grupo de amigos.

José Arcadio D. N., apodado 'el Melillero', junto a varios miembros de su grupo de amigos. EE

Reportajes Violencia de género

'El Melillero', el hijo de un legionario senegalés, delincuente desde los 12 años: su caída final

Niño tutelado y ratero desde crío, integró una banda criminal que saltó de Melilla a la Costa del Sol. El martes roció con ácido a su ex y a una amiga.

16 enero, 2021 02:06

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“Sus padres hace mucho que dejaron de intentar controlar a José Arcadio, un animal salvaje y malo como es él”, explicaba este viernes al reportero un melillense que conoce bien a Abdou Majid D. D., un legionario nacido en Senegal y casado con Saida N., una marroquí de nacimiento pero nacionalizada española.

Abdou, ya retirado del Ejército, anda compungido estos días. Su hijo José Arcadio ha vuelto a meterse en líos. Esta vez, más serios que nunca. Aunque desde crío ya lo venía haciendo (robos, armas, amenazas, malos tratos, hachís...), esta vez es mucho peor. “El padre es un hombre bueno. El hijo es el diablo”, asegura un militar que coincidió con Abdou durante un tiempo en la ciudad autónoma.

‘El Melillero’, como apodan al segundo de los cuatro vástagos de Abdou, fue detenido alrededor de las 23.30 horas de este viernes tras haber rociado cuatro días antes con ácido sulfúrico a su ex, Sandra, que se debate entre la vida y la muerte en un hospital de Sevilla, y a una amiga íntima de la chica, Cristina, también en estado grave.

Sandra tiene afectado el 45% del cuerpo, con quemaduras “muy profundas”, principalmente en el rostro, el cuello y el pecho. Sus vías respiratorias también están dañadas. Su amiga tiene una evolución más favorable, aunque continúa grave en un hospital de Málaga con quemaduras en la cuarta parte de su cuerpo.

El pasado martes, sobre las dos de la tarde, las dos jóvenes iban a bordo del Mini blanco de Sandra por las calles de Cártama, en Málaga, cuando José Arcadio las alcanzó con su Wolskwagen Golf, se apeó de su coche y les lanzó un bote de ácido a través del pequeño espacio -cuatro dedos- que la chica se atrevió a abrir en la ventanilla del conductor.

Luego, ‘el Melillero’ se fugó. Se convirtió en el “hombre más buscado de España”, aseguran las fuentes policiales consultadas. “Sin duda. Detenerlo era una prioridad máxima”, añaden. 

Cristina y Sandra, las dos jóvenes heridas con ácido sulfúrico por José Arcadio D. N..

Cristina y Sandra, las dos jóvenes heridas con ácido sulfúrico por José Arcadio D. N.. EE

Cerca estuvieron de hacerlo el miércoles por la noche, tras una persecución a 200 km/h por una autovía malagueña. Después de que un radar detectara la matrícula de su coche, ‘el Melillero’ consiguió sortear un control policial y continuar con su fuga a pie.

Su coche apareció minutos después cerca del cementerio musulmán de Mijas. En su huida a punto estuvo de atropellar a un agente, que tuvo que disparar al vehículo y saltar a un lado para evitar el impacto.

Anoche, en la carretera que une Mijas con Coín, 'el Melillero' apareció a bordo de una moto de campo. Trataba de huir de la zona. Los agentes lo vieron y empezaron una persecución. El presunto agresor del ácido sufrió una caída y volvió a huir corriendo. Se le detuvo minutos después.

"Es un lobo"

Antes de cometer esa barbaridad con Sandra y Cristina, ‘el Melillero’ ya llevaba un año en busca y captura. Con una veintena de reseñas policiales en su expediente, tenía siete órdenes de detención por robo con fuerza, malos tratos, conducción sin carnet… Tres de ellas conllevan su ingreso inmediato en prisión.

Su novia rompió con él a mediados de diciembre, cuando en una discusión ella sufrió un corte profundo en una mano con un cuchillo. En el hospital, donde la cosieron, dijo que había sido el perro.

A partir de ahí, José Arcadio comenzó a amenazarla y perseguirla, hasta que la quemó con ácido. Pero, ¿cómo ha podido suceder? ¿Cómo un prófugo de la justicia ha podido pasar un año sin que se le apresara y acabar dejando a dos mujeres al borde de la muerte?

Es un lobo de colmillo afilado. Lleva en la sangre ser un delincuente. Cuando aún era un crío y vivía en Melilla ya daba de qué hablar. Es un quinqui casi desde que se destetó”, explica una fuente policial que conoce de cerca la vida de este hampón, que en junio cumplirá 27 años. “Siendo aún menor ya tenía una ristra de detenciones”, añade otra. 

Tutelado por la administración

José Arcadio D. N. dejó Melilla en 2010, cuando aún tenía 16 años. Al menos su nombre no aparece en el padrón municipal desde entonces, como ha confirmado EL ESPAÑOL.

Nacido el 18 de junio de 1994, se crió rodeado de soldados en el barrio de los pabellones militares, una zona de Melilla donde se instalan los miembros del Ejército que sirven en la ciudad. Pero él, en vez de asumir la disciplina marcial, dirigió su vida hacia el mundo del hampa desde que era un chaval imberbe.

Sus padres tuvieron cuatro hijos. Tres varones y una mujer. Aunque todos ellos “son problemáticos”, José Arcadio es el mayor quebradero de cabeza para Abdou y Saida. Siendo un chaval de 12, 13 o 14 años ya se relacionaba con rateros de distintos barrios de Melilla.

“Algunos le sacaban tres y cuatro años. Formaron una banda que traía loca a la ciudad”, explica una alta fuente policial. Robos en casas y coches, peleas, agresiones a otros menores, vandalismo…

La integraban en torno a una decena de chicos. La Policía Nacional llegó a identificar a ocho de ellos. José Arcadio era uno. Se le detuvo en tantas ocasiones que pasó a estar tutelado por el gobierno de Melilla durante sus años de adolescencia, lejos de su familia. Los jueces conocían bien sus fechorías. 

Vehículo en el que viajaban las dos víctimas.

Vehículo en el que viajaban las dos víctimas. EP

Contacto con el narco

Cuando aún estaba en Melilla, el presunto agresor del ácido hizo contactos en el negocio del narcotráfico de hachís. Se movía entre alijadores, traficantes, transportistas, pilotos de lancha… Y ladrones de mercancía.

La mayor parte de los miembros de su banda dieron el salto a la Península en 2010. Se instalaron en municipios de la Costa del Sol, donde podrían hacer carreraLa banda de ‘el Melillero’ se movía con sigilo en pueblos como Benalmádena, Marbella, Mijas, Fuengirola o Estepona.

Que se tenga constancia, entre 2012 y 2015 robaron en chalets, restaurantes, salones de juego, joyerías, bingos, supermercados… En alguno de esos robos ‘el Melillero’ se quedaba controlando en la calle a bordo de un coche con el que luego él y los suyos huían. Si era necesario no dudaba en embestir a los vehículos policiales que les perseguían.

Durante esos años, ‘el Melillero’ y sus compinches entraban y salían de prisión. En marzo de 2014, se le acusó de participar en la agresión a otro preso en la penitenciaría de Alhaurín de la Torre. José Arcadio le habría sujetado del cuello para que otro recluso le golpeara. Además, se le acusó de un pase de droga dentro de la prisión.

La banda que integraba 'el Melillero' también trabajaba para organizaciones de narcos sacando alijos del mar y moviendo mercancías. Pero no sólo eso. Algunos miembros de su organización, con Manu y Torsio al frente, se especializaron en los vuelcos de hachís. Robaban la droga a otras bandas que la compraban a este lado del Estrecho.

“No sólo robaban los envíos que les hacían a otras organizaciones de narcos. Incluso, cuando ellos eran los encargados de trasladar una mercancía para otra gente, balizaban los fardos para saber dónde los guardaban y luego quitárselos de nuevo. Esa misma droga eran capaces de revenderla hasta tres y cuatro veces”.

En el radar

En 2013, la Policía Nacional y la Guardia Civil ya tenían en el radar a la banda de ‘el Melillero’. Un funcionario policial escribió una nota informativa sobre dicha organización. El 90% de sus miembros procedían de Melilla. El ‘capo’ del grupo era un tal Manu, que competía con Torsio. José Arcadio era uno de los integrantes.

Alrededor de dos años después, los integrantes de la organización se separaron. Manu quiso robarle una mercancía a un narco argelino afincado en Marsella. “Tuvieron un enfrentamiento gordo”, explican las fuentes consultadas. Tiros, amenazas, persecuciones…

El jefe de la banda huyó durante un tiempo a Melilla, como suele hacer también José Arcadio cuando tiene problemas, y el grupo se desestructuró. Los miembros comenzaron a unirse a otras organizaciones criminales de la Costa del Sol y de la comarca gaditana del Campo de Gibraltar.

José Arcadio D. N. nació en Melilla en junio de 1994.

José Arcadio D. N. nació en Melilla en junio de 1994. EE

Manu aparece vinculado en los últimos tiempos al clan linense de los Castañas, encabezado por los hermanos Francisco y Antonio Tejón, ambos en prisión y considerados como los reyes del Estrecho durante la última década.

Desde su llegada a Málaga, José Arcadio se mueve como pocos en las glamurosas pero turbulentas noches costasoleñas. Sabe manejarse entre porteros de discoteca que en ocasiones se convierten en sicarios a sueldo y entre ladrones que igual dan ‘palos’ de hachís que roban en lujosas mansiones marbellíes.

Tiene una fuerte amistad con un expolicía expulsado del cuerpo por pertenencia a banda organizada. Esta persona ahora trabaja como personal de seguridad en locales de moda de la Costa del Sol y a sueldo de ricos de la zona que buscan protección.

Juicios pendientes

En enero de 2015, según adelantó SUR en exclusiva, ‘el Melillero’ se topó con varios agentes de Policía Nacional en una discoteca de Mijas Costa. Los policías estaban destinados en la localidad para proteger a una víctima de violencia de género de ‘el Melillero’.

José Arcadio, que aún tenía 20 años, les amenazó de muerte y les insultó. A uno de ellos le pegó un puñetazo en un ojo. Además, animó al resto de clientes del local para que se enfrentaran a los agentes.

El Juzgado de lo Penal número 6 de Málaga lo condenó a dos años y un día de prisión por un delito de lesiones y otro de atentado contra la autoridad.

Tres años después, sobre las siete de la mañana del 21 de junio de 2018, ‘el Melillero’ irrumpió en el restaurante-discoteca Goltier, en Torremolinos. Iba armado con una pistola plateada.

José Arcadio amenazó a varios empleados del local, que estaba a punto de cerrar. Actuó así porque lo habían echado antes. El fiscal pide para él en este caso una pena de dos años de cárcel. El juicio, que debió haberse celebrado el pasado octubre, se aplazó porque 'el Melillero' no se presentó.

Coche en el que escapó el presunto agresor del ácido sulfúrico.

Coche en el que escapó el presunto agresor del ácido sulfúrico. EFE

No es el único juicio pendiente para el sospechoso de rociar a dos jóvenes con ácido. A finales de enero, José Arcadio D. N. tiene la enésima cita en el juzgado. El fiscal pide dos años y medio de cárcel para él tras haber sacado agarrada del pelo y arrastrada de una discoteca de Marbella a una de sus ex, con la que tiene un hijo en común.

Luego, le pegó puñetazos. Más tarde, la amenazó por teléfono y por redes sociales. “Puta guarra, no vales para nada. Te voy a meter un tiro que te voy a dejar inválida (...) Te voy a sacar las tripas. El que te he mandado a tu casa no ha ido a darte besitos”. 

Amenazada y perseguida

Con estos precedentes y el historial delictivo de 'el Melillero' se hace difícil entender que siguiera en la calle. Su última pareja, que ahora lucha por su vida en el hospital sevillano Virgen del Rocío, lo dejó a mediados del pasado diciembre.

Habían estado ocho meses juntos. Al poco del inicio de la relación ella se mudó con él, que cambiaba constantemente de casa para evitar su detención. La joven tuvo que cerrar sus perfiles en algunas redes sociales por la insistencia de su pareja.

Después de dejarle, 'el Melillero' tenía amenazada de muerte a Sandra, cuentan varias personas allegadas a la chica. Tras romper, cambió de número de teléfono para evitar que diera con ella. 

El sospechoso durmió en Nochebuena dentro de su coche aparcado en la puerta de la casa de Sandra, cuya familia (madre y hermana) vive en Casabermeja. En el entorno más cercano de la joven cuentan que 'el Melillero' llegó a contratar a una persona para que la siguiera en todo momento. El pasado martes la siguió y le arrojó ácido sulfúrico encima. Ahora ella y su amiga Cristina intentan ser más fuertes que sus heridas. Él, por suerte, ya está en el calabozo.