El alcalde pedáneo de Benizar junto al cartel del pueblo y varios vecinos.

El alcalde pedáneo de Benizar junto al cartel del pueblo y varios vecinos. Jorge García Badía

Reportajes

La rebelión de Benizar, el único pueblo en el que no votará nadie: ni sus 900 vecinos ni el alcalde

Estos murcianos se plantarán el 28-A porque nadie atiende sus quejas, como arreglar una carretera donde se produjeron 10 accidentes en 2018.

27 abril, 2019 02:53

Corría el mes de julio del pasado verano cuando comenzó a arder una frondosa pinada del Barranco de la Peñica. Cuando los bomberos llegaron, el fuego ya había sido sofocado por los vecinos de Benizar que cargaron cubas de agua en los tractores. Hace dos años les quitaron el servicio de urgencias del consultorio médico y los parroquianos fletaron tres autobuses para plantarse en la Asamblea Regional, en Cartagena, para protestar hasta que el Gobierno murciano les restableció el servicio.

En la última oleada de robos, se organizaron patrullas vecinales para atajar los palos en sus negocios y viviendas… En esta pedanía de 868 vecinos, son conscientes de que su término se extiende entre las sierras de la Muela y de los Calaricos, a 32 kilómetros de los servicios de su ‘capital’, Moratalla, y están acostumbrados a aplicar una máxima: todos a una como Fuenteovejuna.

Sin embargo, son ya tantos años de tener que buscarse la vida para solucionar los problemas que sufren, que han decidido hacer públicas todas las carencias de su pueblo dando plantón a los partidos en las urnas.

“¡Los políticos sólo vienen aquí a buscar el voto!”, clama indignado José González, de 72 años, mientras invita al periodista de EL ESPAÑOL a entrar a la casa de dos plantas que él levantó con sus propias manos, justo a la entrada de esta pedanía, enclavada en el noroeste de la Región al límite con Castilla-La Mancha.

“Nos faltan muchas cosas”, sentencia José, apoyado en su garrota para repasar con mimo el estado de los naranjos y los olivos de su patio. “Llevamos muchos años escuchando promesas en los mítines”, agrega Bárbara González, la sobrina de José. “¡No votaré porque nos tienen abandonados!”, afirma con vehemencia esta vecina, de 36 años.

El listado de reivindicaciones que ha llevado a las gentes del lugar a protagonizar un plantón electoral histórico en España, del que incluso se han hecho eco los medios de comunicación de Italia, lo encabeza el arreglo del Camino Rural de Socovos que arranca justo seis kilómetros antes de llegar a la pedanía de Benizar.

José González sufrió un ictus y tardó tres horas en llegar al hospital de Caravaca de la Cruz.

José González sufrió un ictus y tardó tres horas en llegar al hospital de Caravaca de la Cruz. Jorge García Badía

“Ese camino no está catalogado como una carretera y cada vez que llueve con fuerza, como está en la Rambla del Bañador, el agua lo anega, alcanzando más de medio metro de altura”, ejemplifica Ana Moreno, miembro de la Asociación de Vecinos de Benizar y Comarca, mientras muestra en su teléfono móvil un vídeo de un vehículo tratando de avanzar a contracorriente por el citado camino.

Cuando no llueve el problema de esta vía es el peligroso estado en el que se encuentra, tal y como puede comprobar este periodista al cruzarla de camino a Benizar: señales de tráfico dobladas, ausencia de líneas que delimiten los dos carriles de circulación, curvas cerradas propias de un circuito de Fórmula-1, desniveles en el firme más pronunciados que las jorobas de un camello, y un trazado muy estrecho, tanto, que es imposible circular a más de 40 o 50 kilómetros por hora y el periodista al cruzarse con un camión que viene de frente, se ve obligado a meterse en la cuneta para no rozar su turismo con el vehículo pesado.

El penoso estado del Camino Rural de Socovos se extiende a lo largo de tres kilómetros, pertenecientes al Gobierno de Castilla-La Mancha, y no solo todos los vecinos tienen que cruzarlo obligatoriamente, también los servicios de emergencias y si a eso se añade la distancia del hospital: el tiempo que se pierde puede ser mortal.

“La ambulancia tardó en llegar una hora y media cuando sufrí un ictus”, relata José González, mientras su esposa, Francisca Sánchez, le coge con fuerza el brazo y lo mira emocionada, consciente de que aquella mañana del 10 de julio de 2016, estuvo a punto de quedarse viuda porque el soporte vital básico no llegaba hasta el puesto de la fruta del mercado semanal, en el que su marido empezó a sentir que se le paralizaba el lado izquierdo de su cuerpo.

“La ambulancia iba dando brincos por ese camino”, denuncia Francisca. El servicio de emergencias tardó tres horas en recorrer los 53 kilómetros que separan Benizar del centro hospitalario de Caravaca: hora y media para llegar a la casa de José y otra hora y media para llevarle a la puerta de urgencias.

No hay carteles electorales

A raíz del anuncio de los vecinos de esta pedanía moratallera de que ninguno de los 789 electores acudirá a las urnas el próximo domingo, el Ayuntamiento de Socovos (Castilla-La Mancha) ha parcheado los agujeros del camino de la discordia.

Por su parte, el Ayuntamiento de Moratalla ha anunciado que destinará 56.982 euros de los fondos europeos Leader para adecuar un local de Benizar como sala de velatorio paliando otra carencia significativa de la pedanía y otros pueblos del entorno. Pero eso no ha apaciguado los ánimos y el plantón electoral de las generales se extenderá también a los próximos comicios autonómicos y municipales de mayo.

“No queremos una autopista, solo pedimos una carretera digna como la de cualquier otro pueblo de España”, sentencia el alcalde pedáneo de Benizar, Juan Rodríguez, con el que nos entrevistamos en el Centro Social y Cultural, situado frente a la plaza Juan Domingo, el centro neurálgico de una población sin atascos, donde todo el mundo se saluda por la calle, el fenómeno de la inmigración se reduce a ocho vecinos de nacionalidad extranjera, solo hay tres empresas, dos bancos y los comercios y bares no suman más de quince establecimientos. “Estamos en tierra de nadie, entre la Región de Murcia y Castilla-La Mancha”, reflexiona el pedáneo.

Vecinos de Benizar jugando una partida de dominó en la cantina del Centro Social y Cultural situado frente a la plaza Juan Domingo.

Vecinos de Benizar jugando una partida de dominó en la cantina del Centro Social y Cultural situado frente a la plaza Juan Domingo. Jorge García Badía

Tal afirmación pone en pie de guerra a la mesa donde se está celebrando una disputada partida de dominó, al calor de unos aperitivos. “¡No vamos de farol, aquí no va a votar nadie!”, clama Juan, desde la barra, captando la atención de los ‘cracks’ octogenarios del dominó.

“Pago todos mis impuestos: 600 euros de IBI por la vivienda, 128 euros de sello del coche, 100 euros cada tres meses por el agua… y llevo treinta años con la carretera sin arreglar”. La soflama de este agricultor, de 52 años, que a diario se desloma cultivando plantas aromáticas a lo largo de dieciséis hectáreas, levanta los aplausos del respetable de la cantina del Centro Social y Cultural. 

“En el Calar de la Santa y El Sabinar también se está empezando a movilizar la gente”, advierte Juan apurando un trago de su cerveza. La mecha de esta rebelión también está prendiendo en el Campo de San Juan (260 vecinos) y Cañada de la Cruz (159). De manera que este domingo las urnas puede que echen de menos más de 1.000 votos entre todas estas pedanías del noroeste de la región. El alcalde pedáneo de Benizar está con los vecinos: “Tengo mis ideales políticos, pero ahora mismo mi partido es mi pueblo”. Se niega a desvelar sus siglas políticas.

En Benizar la campaña electoral está pasando de largo sin pena ni gloria. Prueba de ello es el panorama que presentan los paneles para los carteles de los candidatos a La Moncloa en los que solo hay anuncios de todo tipo, desde un viaje al Oceanogràfic de Valencia hasta los horarios de un camión itinerante que vende pollos asados. Este diario tan solo detecta en un panel un cartel de Alberto Garzón (IU) y otro con las siglas del PP. 

Además, solo se han programado tres mítines y no está claro que vaya a asistir ningún vecino a escuchar a los políticos porque en la zona el ambiente está muy caldeado. Valga como ejemplo que en la población vecina de Otos, a la que le corresponde el colegio electoral de Benizar, sus vecinos se han solidarizado con la causa, y dejaron plantados a los miembros de Podemos que acudieron a ofrecerles un mitin.

Dentro de Murcia y código postal de Albacete

Esta rebelión electoral comenzó a gestarse hace cuatro años con la constitución de la Asociación de Vecinos de Benizar y Comarca. “No juntamos por nuestros problemas porque estábamos indignados”, resume Ana Moreno, la panadera del pueblo y miembro de este colectivo que representa a toda la población.

“Comenzamos a celebrar asambleas y hace un mes decidimos no votar”. La decisión se adoptó después de protagonizar diversos actos, como cortar al tráfico el Camino Rural de Socovos o enviar una misiva al Gobierno murciano exigiendo el arreglo de la carretera B-30, sin obtener ningún tipo de solución. De forma que decidieron hacer algo con eco mediático para hacer públicas las dificultades que atraviesa esta pedanía de Moratalla.

-Ana, ¿ningún político se ha reunido con vosotros en todo este tiempo?

-A Benizar solo han venido el alcalde de Moratalla, Jesús Amo, y el delegado del Gobierno, Diego Conesa, que se presentó a una asamblea vecinal y se comprometió a ayudarnos.

Protestas de los vecinos de Benizar por el estado del Camino Rural de Socovos.

Protestas de los vecinos de Benizar por el estado del Camino Rural de Socovos.

La cruzada de este pueblo tiene como objetivo que los políticos pongan sus ojos en los problemas de infraestructuras que sufren, en la despoblación y en situaciones administrativas disparatadas, como el hecho de que hasta el año 2000, pese a ser una pedanía ubicada dentro del término de la Región de Murcia, tenían asignado un código postal castellano-manchego (02438), lo que obligaba a que el correo y los paquetes tardasen más en llegar porque viajaban por Elche de la Sierra y Socovos antes de llegar a Benizar.

“Más del 40% de nuestra población la componen ancianos, perdemos una media de treinta vecinos al año y nuestros jóvenes se están marchando fuera”, lamenta el alcalde pedáneo, Juan Rodríguez. El paro afecta a cerca de 200 vecinos de un total de 868 habitantes y los nichos de empleo son la agricultura, la ganadería (ovejas, cabras y cordero segureño) o emprender un negocio. “No tenemos ninguna parafarmacia”, pone como ejemplo el alcalde.

Uno de los últimos bebés que ha contribuido a ‘engordar’ el padrón municipal ha sido Izan, trece meses de ternura y ojos azules. “Los padres jóvenes tenemos muchas preocupaciones porque cada vez que se resfría nuestro hijo tenemos que hacer carretera para ir al pediatra hasta Moratalla porque aquí no hay y no sabemos qué pasará con nuestro hijo cuando llegue la edad de escolarizarlo”, detallan Sergio Sánchez, carpintero, de 36 años, y su pareja, Lorena Navarro, de 30 años.

No hablan en vano: el colegio es un centro rural agrupado (CRA), con poco más de cincuenta niños en la actualidad, en el que han eliminado primero y segundo de la ESO, obligando a los adolescentes a matricularse en institutos de Moratalla (a 32 kilómetros) o Socovos (a 8 kilómetros), y la plantilla del consultorio médico se reduce a un médico de cabecera, un enfermero y un desfibrilador en caso de infarto de miocardio. Si las dolencias son graves hay que esperar a la ambulancia.

“En enero una pareja de amigos se marchó con su bebé a Alcoy por todos estos problemas y a corto plazo nosotros también nos lo tendremos que plantear”, lamenta esta pareja, consciente de que en ninguna ciudad de la Región podrían encontrar una casa por un alquiler de 250 euros al mes, con aparcamiento y con la tranquilidad que se respira en la calle Abeneyzor donde se escucha cómo el agua corre por una acequia.

Prohibidas las reuniones con políticos

El alcalde pedáneo y la asociación de vecinos han decidido no solo no votar, sino también no reunirse con ningún partido político hasta que no pasen las elecciones generales de abril y las autonómicas y municipales de mayo.

Después de la cita con las urnas, lo primero que solicitarán será la mejora del Camino Rural de Socovos, cuyo trazado trufado de almendros, pinos y con vistas privilegiadas a la verdosa Sierra de la Muela, esconde una luctuosa estadística, tal y como recuerda Ana desde el colectivo vecinal:

“La carretera es la tarjeta de visita de un pueblo y en la nuestra, en el último año ha habido diez accidentes, uno de ellos mortal”. Para evitarlo quieren que se ensanche su trazado dos metros en cada sentido de circulación, que se reponga la señalización y la pintura, y que se canalice la Rambla del Bañador para que la lluvia no anegue esta vía.

El firme de la carretera B-30 presenta numerosos baches.

El firme de la carretera B-30 presenta numerosos baches. Jorge García Badía

Las otras arterias de Benizar no presentan mejores condiciones. Y lo demuestra el alcalde llevando en su todoterreno al periodista de El Español, hasta la carretera B-30 que les conecta con Otos, Mazuza y Casa Requena. El firme está lleno de agujeros como si lo hubiesen bombardeado.

La carretera de la Rambla de Benizar que les conduce hasta la localidad albaceteña de Socovos está llena de baches y en idéntico estado se encuentra el camino del castillo que les une con Nerpio (Albacete) y con otras pedanías de Moratalla, como el Campo de San Juan y El Sabinar.

Están rodeados de carreteras peligrosas, estrechas y altamente deterioradas, a pesar de que la zona goza de interés turístico por sus casas rurales, por sus rutas senderistas, por su castillo o por la impresionante Cueva del Tío Felipe que se abre paso en la montaña, como si un meteorito hubiese atravesado la montaña, y por la que, justo debajo, emana agua de la Fuente de Arriba. “Recibimos turistas porque también se come muy bien por aquí: migas, olla de matanza…”, añade orgulloso el alcalde.

El listado de peticiones a los partidos políticos y las administraciones regional y local se cierra con la contratación de un pediatra, mejoras en el alumbrado para eliminar los puntos ciegos de algunas calles, acabar con los atascos puntuales que sufre la red de alcantarillado y acometer la renovación de los aseos del colegio porque datan de los años ochenta. Todo ello para evitar convertirse en una pedanía fantasma, como le ha ocurrido a Rincón de los Huertos, Casicas del Portal o Charán, donde no vive ni una sola persona y muchas casas se caen a pedazos.

En el salón de actos del Centro Social y Cultural ya están colocadas las urnas a la espera de que el próximo domingo se constituyan las mesas electorales. Ana Moreno, de la Asociación de Vecinos de Benizar y Comarca, prevé que “un 95% de los vecinos no votará, hemos hecho piña después de sacudirnos las siglas políticas porque tenemos problemas comunes. Los únicos que a lo mejor votan serán algunos abuelos porque piensan que si no votan, les quitan la pensión”.