Adiós a las torrijas, a las procesiones, a las ‘cañitas’ antes de comer y a las vacaciones de Semana Santa. En pocas horas, tocará levantarse temprano, preparar el táper... Pero antes, muchos iniciarán, este domingo, el camino de regreso. Como muy tarde, lo harán el lunes, que también está marcado como festivo en varias Comunidades. En cualquier caso, un gran número de familias volverán a Madrid y se verán expuestas a atravesar la A-5. Y, sobre todo, a superar con éxito (y sin multa) el nuevo radar de tramo situado entre los kilómetros 4 y 5’750 (Paseo de Extremadura) que prohíbe circular a más de 70 kilómetros por hora desde el pasado martes. 

El radar, instalado por el Ayuntamiento de Madrid –junto a los semáforos que regulan el tráfico en la misma vía–, pretende que se reduzca la velocidad para mejorar la seguridad vial y, al mismo tiempo, que disminuya el ruido en una zona integrada dentro de la ciudad. Una estrategia que ha encontrado el beneplácito de los vecinos de la zona, pero no de los conductores. ¿El motivo? Desde que se implantó en pruebas el pasado 15 de febrero hasta el 10 de abril, el radar ha detectado un total de 27.712 infracciones por superar el límite de velocidad. Es decir, todos esos coches habrían sido multados. 

Radar de la A5 Ayuntamiento de Madrid

Y lo podrán ser, si no tienen cuidado, este mismo domingo o el próximo lunes camino del trabajo. En total, se estima que más de 120.000 conductores atraviesen esa vía (contando ambos sentidos) todos los días. En este regreso de vacaciones serán aún más. Por esa razón, desde las localidades del sur de la Comunidad de Madrid (Móstoles, Alcorcón y Arroyomolinos, entre otras), se han opuesto a su implantación –así como a la regulación del tráfico mediante semáforos–. Aunque, de momento, sin conseguir que el Ayuntamiento de Manuela Carmena haya escuchado sus reivindicaciones o propuestas. 

¿Cómo evitar ser multado?

Pero bien, una vez conocida –y asumida– su implantación, ¿qué es un radar de tramo y cómo se puede evitar ser multado?  Es sencillo. Hay dos cámaras de visión artificial infrarrojas (una situada al inicio del recorrido y otra al final) que controlan la velocidad de los coches. Ambas graban la matrícula del coche que ha pasado, calculan en un ordenador el tiempo que han tardado en recorrer la distancia y su velocidad media. Entonces, detectan si han superado los límites establecidos y se disponen a poner la correspondiente multa. 

A5.

Sólo los vecinos y las plataformas por una ciudad más sostenible han aplaudido la medida de Manuela Carmena y el Consistorio. En cambio, desde la Comunidad de Madrid, han criticado fuertemente la instalación del radar de tramo así como de los semáforos. ¿Sus motivos? Rosalía Gonzalo, consejera de transportes, ha pedido que se retiren porque supone un incremento del tiempo para los conductores que tienen que atravesar la vía y, además, da lugar a que aumenten los atascos a la entrada de la ciudad. Que ni siquiera sirve para luchar por el medio ambiente. 

En la misma línea, José Luis Martínez-Almeida, candidato del Partido Popular al Ayuntamiento de Madrid, también ha calificado la medida como “claramente perjudicial” y ha expuesto su solución: soterrar la zona para que los vecinos pongan fin a un ruido acústico que les viene molestando desde hace años. Pepu Hernández, por último, entiende que este método soluciona tan solo el problema parcialmente. 

De cualquier modo, los madrileños volverán de sus respectivas vacaciones y tendrán que atravesar esa A-5 y un radar ya bautizado como “criminal” por lo que supone. La carretera, por cómo está configurada, pide –como se dice habitualmente en el argot– correr más sin que eso suponga ningún peligro para el tráfico o el resto de conductores. Sin embargo, esta vez, todos tendrán que frenar. O para no saltarse un semáforo o para evitar ser multados. 

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