Murcia

Esteban y Sofía llevaban tres meses separados y se habían dado otra oportunidad para salvar su matrimonio. Iban a tratar de retomar su relación sentimental con motivo de la celebración del Día del Padre en una comida familiar que estaba prevista el domingo 17 de marzo en San Pedro del Pinatar. Esteban Patricio Ortega estaba trabajando en Madrid, como chófer de Uber, y no dudó en hacer la maleta para volver a reunirse con sus dos hijos en la localidad de la costa murciana. Sin embargo, el viaje que había proyectado la pareja para reconciliarse, acabó dejando al descubierto las supuestas infidelidades del cabeza de familia en la capital de España. Tanto se torcieron los planes de reconciliación que una discusión con su esposa le acabó costando la vida a este ecuatoriano, de 32 años. Así se desprende de la declaración ofrecida en sede judicial -y a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL- por la presunta autora del homicidio, Sofía Elisabeth Romero. Así comienza su relato... 

“El 20 de marzo le descubrí una infidelidad a mi marido”, afirmó Sofía al titular del Juzgado de Instrucción número 4 de San Javier, antes de ser enviada a prisión  como presunta autora de la muerte del padre de sus dos hijos. "La chica que estuvo con él, me mandó capturas de las conversaciones que habían mantenido. No sé cuál es su nombre. Sólo que él me dijo que era venezolana y doctora. Se veía con una chica como que era prostituta. Yo la llamé", cuenta. 

Las sospechas de esta mujer sobre su esposo comenzaron tres días antes, el domingo 17 de marzo, durante la mencionada comida familiar con los abuelos de los niños, en la que Esteban recibió numerosas llamadas de un mismo número. “Él decía que era una clienta de Uber”. Sin embargo, esta bella ecuatoriana, de 28 años y tez morena, no creyó la versión de su marido y apuntó el número de teléfono. 

Sofía intentó contactar con ella hasta que la venezolana le devolvió una llamada perdida y le confirmó la infidelidad: “Ella me dijo que él nunca le había dicho que tenía mujer”. Le pidió pruebas del affaire a esta mujer y el miércoles 20 de marzo recibió en su teléfono diversas capturas de conversaciones entre la doctora venezolana y el padre de sus hijos. Tras recibir las capturas, en el estómago se le hizo un nudo porque Esteban llevaba 24 horas en Madrid: el martes 19 de marzo, Día del Padre, había regresado a la capital de España aduciendo el viaje por motivos de trabajo. 

Sofía, presunta asesina de su marido Esteban.

Más mujeres desnudas

La joven ecuatoriana trató de digerir el asunto, pero la ira le traicionó y acabó telefoneando sin descanso a su pareja para pedirle explicaciones: “Me dijo que solo era un coqueteo”. El jueves, 21 de marzo, sería la última vez que Esteban haría la maleta para viajar desde Madrid a San Pedro: viajó para intentar salvar su matrimonio y acabó perdiendo la vida. A las 12.30 horas, llegó con su coche a la Urbanización Keymar de la localidad de la costa murciana y aguardó en el exterior a la llegada de su esposa, a la que solía llamar cariñosamente Negrusca. Sin embargo, ese día su mujer no estaba para piropos románticos. Sofía abandonó su puesto de trabajo en unos semilleros y fue al encuentro de su marido. Nada más bajarse del coche, en la puerta de acceso al residencial, le espetó: “¡Ahora sí me vas a decir las cosas!”. Ese fue el comienzo de la fatídica discusión que se prolongó durante diez minutos y en la que perdió la vida este chófer de Uber. 

La pareja prosiguió con la discusión mientras subía por las escaleras hasta la segunda planta del bloque en el que se ubica su piso. “Dentro de la casa, él comenzó a alterarse, gritando: '¡Eres una loca, una desconfiada, la otra chica es una amiga!'”. En ese momento, siempre según su propia declaración, Sofía le pidió el móvil a Esteban para que le demostrase que no tenía que desconfiar nada de él. Conforme este le entregó el terminal, la Negrusca se descargó una aplicación para recuperar imágenes pasadas y lo que vio le acabó de revolver las tripas. “Pude ver a más mujeres desnudas”, según aseguró la supuesta homicida en sede judicial. Entre las instantáneas, halló una que pertenecía a una amiga en común del matrimonio. 

"Dentro de la casa, él comenzó a alterarse, gritando: '¡Eres una loca, una desconfiada, la otra chica es una amiga!". 

“Cuando se estaban descargando las últimas imágenes, Esteban me dio varios empujones y me intentó quitar el móvil”. El reloj rondaba las dos de la tarde del jueves 21 de marzo, sus hijos, Dylan (4 años) y Michelle (9 años), seguían en el colegio, felices en clase, ajenos a la tragedia que se estaba gestando en el piso que alquilaron sus padres hacía más de tres años. Esteban quiso zanjar la trifulca cogiendo su mochila y le dijo a su esposa que regresaba a Madrid: "¿Tú quieres joderme a mí? ¡Yo soy el que te va a joder a ti!”. Sofía trató de impedirlo: “Tire de su mochila para meterlo otra vez en casa, diciéndole que no me iba a dejar, otra vez, sola con los niños”. Su marido sacó el teléfono móvil y comenzó a grabarla y ella estalló amenazando con suicidarse. 

“Me fui a la cocina, cogí un cuchillo que estaba en un cajón, Esteban fue detrás de mí, y yo empecé a intentar cortarme las venas”. Su marido trató de evitar que se autolesionase su Negrusca, presa de los celos por las supuestas infidelidades del hombre con el que contrajo matrimonio en San Javier un caluroso día de junio de 2013. Durante el forcejeo entre el matrimonio, con el móvil y un cuchillo jamonero de por medio, se produjo el luctuoso desenlace: “No recuerdo si él llegó a coger el cuchillo, no recuerdo si el cuchillo se cayó al suelo o no. No sé si fui yo o él quien provocó lo del cuchillo en el cuello de Esteban”, afirmó la supuesta homicida. 

"Me fui a la cocina, cogí un cuchillo que estaba en un cajón, Esteban fue detrás de mí, y yo empecé a intentar cortarme las venas". 

Esteban, en un viaje a Estados Unidos.

El único dato preciso es que un corte de un centímetro le seccionó la yugular a este ecuatoriano, de 32 años, que murió desangrado en el suelo de la cocina. Todo ello a pesar de que su mujer llamó al 112 y personal médico trató de reanimarlo en el piso de la Urbanización Keymar, situada en el Barrio de Las Esperanzas.

La discusión fue grabada

Vicente San Martín, el abogado de la acusada, avanza que ha solicitado a la Guardia Civil una copia del teléfono de la víctima mortal para demostrar que Esteban no sufrió un corte en la yugular por una agresión de Sofía, sino por un accidente fortuito: “No hubo dolo ni intencionalidad alguna por parte de mi clienta”. De hecho, la acusada, a preguntas de la Fiscalía, insistió que “en esa discusión, no le amenacé con pegarle ni con hacerle daño, solo quería hacerme daño a mí misma”. Para demostrar esta versión, el letrado tiene previsto emplear como una de las pruebas el teléfono móvil del difunto: “Parece que Esteban grabó la discusión con el móvil”. 

"No hubo dolo ni intencionalidad alguna por parte de mi clienta (...) En esa discusión, no le amenacé con pegarle ni con hacerle daño, sólo quería hacerme daño a mí misma". 

Durante la disputa, el terminal cayó al suelo y se rompió, por lo que ha sido enviado a Valencia donde el Instituto Armado trabaja a contrarreloj para recuperar todos los archivos de interés para la investigación: vídeos, fotos, audios, conversaciones de WhatsApp… El abogado murciano Vicente San Martín también ha solicitado una copia de las fotos del teléfono, con el objetivo de corroborar las instantáneas de mujeres desnudas y así demostrar la versión ofrecida por Sofía.

Una presunta violación sin denunciar

El testimonio ofrecido ante el juez por la supuesta homicida ha destapado una relación de pareja que en los últimos tiempos se había vuelto más que tortuosa. En junio de 2018 se produjo una denuncia por supuesto maltrato físico y psicológico de Esteban hacia su esposa y su hija. Sofía pidió una orden de alejamiento al juzgado, pero el juez no se la concedió y archivó la causa. A principios de julio, la mujer decidió perdonar a su pareja y retomar la relación. “Le perdoné otra vez y él me dijo de salir de fiesta”, declaró en los juzgados de San Javier la supuesta homicida justo antes de revelar que en el transcurso de esa velada pudo ser víctima de una presunta agresión sexual. 

Cuchillo utilizado presuntamente por Sofía.

Tomaron unas copas y se fueron en coche hasta un descampado. “No recuerdo cómo llegamos hasta allí, él estaba intentado quitarme la ropa e intentando forzarme a mantener relaciones sexuales, pero yo no me dejaba”. La Negrusca asegura en su declaración que entonces Estaban supuestamente “me empezó a golpear la cabeza contra el coche, no sé si él me violó”. Lo único que recuerda es que al día siguiente se despertó desnuda en la cama de su piso, con muchos moratones por el cuerpo, y trató de suicidarse cortándose las venas. “Esteban me quito el cuchillo”. Esa calurosa mañana de julio, Sofía acabó en un centro médico de San Pedro del Pinatar, acompañada de su marido. “Esteban me dijo: 'Por favor, no digas nada y me callé'. Él se arrodilló pidiéndome perdón y diciéndome que se iba a alejar de mí”.

"No recuerdo cómo llegamos hasta allí, él estaba intentando quitarme la ropa e intentando forzarme a mantener relaciones sexuales, pero yo no me dejaba". 

Cuando entraron a la consulta le dijeron al médico que Sofía había sufrido un ataque de ansiedad, no mencionaron la accidentada noche de copas. Dos días después de este turbio episodio, Esteban hizo la maleta y se marchó a Nueva York una temporada: “Me dijo que se había ido a Estados Unidos ayudado por su familia para evitar que le denunciara”. Ese viaje solo fue un intermedio en la relación sentimental que ambos mantenían desde 2008. El cabeza de familia regresó a España en octubre de 2018, se buscó trabajo de chófer en Madrid, retomó el contacto con su esposa y el matrimonio comenzó a reconciliarse en marzo de 2019 hasta que las presuntas infidelidades de Esteban provocaron una discusión que le acabó costando la vida.

El juez cree que el ataque a la yugular fue intencionado

Ahora su esposa se enfrenta a un supuesto delito de homicidio que le podría acarrear de 10 a 15 años de cárcel. El auto de prisión emitido por el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de San Javier no cree la versión ofrecida por Sofía: “En su declaración transmitida ante este instructor manifiesta no recordar nada de lo que pasó con el cuchillo, una vez que ella intentó cortarse las venas. No sabe si se lo llego a quitar a Esteban, no sabe si lo tuvo ella en todo momento, no sabe si llegó a caerse y ni siquiera recuerda cómo llegó el cuchillo al cuello de Esteban. No niega haber sido ella, simplemente, manifiesta que no lo recuerda. Sin embargo, estas lagunas memorísticas chocan frontalmente con las manifestaciones espontáneas que hizo hasta a tres personas distintas después de los hechos. En su llamada al 112, dijo que había agredido a su marido para defenderse. A su suegra, a la que llamó justo después, le dijo que había acuchillado a Esteban y esto mismo reconoció a la Guardia Civil el mismo día de los hechos: agredió a su marido en el cuello con arma blanca tras un forcejeo previo entre ambos”.

La resolución a la que ha tenido acceso este diario añade con dureza que desde que esta ecuatoriana fue detenida hasta que prestó declaración en sede judicial, “ha tenido la posibilidad de madurar sus palabras e intentar rectificarlas para difuminar su responsabilidad”. El juez llega a subrayar que la zona del corte que sufrió Esteban en la yugular, “extremadamente peligrosa para la vida”, no fue fruto de un accidente: “Siendo difícilmente de creer que ese corte fuera fruto de un forcejeo, y por tanto, algo casual, volandero o accidental. Más bien, parece que fue una zona específicamente buscada por la investigada para acabar con la vida de Esteban, motivada, precisamente, por ese enfado generado por la supuesta infidelidad”. 

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